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Burnout: enfermedad laboral

La OMS reconoce el desgaste emocional como enfermedad laboral

Autora: Ana Hidalgo

Probablemente hayas oído que, el pasado 25 de mayo, se ha aceptado formalmente el burnout como enfermedad laboral. Pero, ¿sabes quién decide esto?, ¿qué es realmente el burnout o síndrome del trabajador quemado?, ¿cómo puede afectarte? Vamos a intentar dar respuesta a estas preguntas.

¿Quién decide si algo es o no una enfermedad?

Para muchos, el estar quemado por el trabajo, sentir estrés, agotamiento o desmotivación es algo normal. Se plantean que es lo que suele pasarle a cualquiera cuando tienes trabajo. Es decir, equiparan trabajar con estar quemado. De hecho, muchas empresas y trabajadores no lo ven como una enfermedad, sino como un posible daño colateral de trabajar. Sin embargo, cuando este estrés se mantiene en el tiempo, puede ser muy incapacitante y dañino física y psicológicamente. Es por eso que la OMS (Organización Mundial para la Salud) tras escuchar las recomendaciones de muchos expertos, lo ha reconocido como enfermedad laboral. Cabe decir que, si bien ya aparecía en ediciones anteriores, aparecía en otro epígrafe más impreciso. De hecho, estaba dentro de los problemas relacionados con la dificultad pare controlar la vida. Según los expertos, el cambio que ahora se propone al vincularlo con problemas laborales, facilitará su mejor prevención y gestión. Así, el síndrome de desgaste emocional, como se cita al burnout en la nueva clasificación, pasará a ser enfermedad laboral en la CIE-11.

Pero, ¿qué significa incluir el burnout en la CIE-11?

La CIE es el manual diagnóstico de enfermedades por excelencia. De hecho, sus siglas significan: Clasificación Internacional de Enfermedades. Este instrumento identifica estadísticas de salud en todo el mundo y proporciona un lenguaje común para los profesionales de la salud. Como se ha señalado, permite entender qué hace que las personas enfermen y mueran para tomar medidas preventivas. Para asegurarse de estar actualizada, se revisa cada 10 años y se van incorporando los cambios oportunos según investigaciones y recomendaciones de profesionales de todo el mundo. Es por ello que, la nueva CIE, en este caso la 11 edición, entrará en vigor en enero de 2022. Reconocer el burnout como enfermedad, permite darle la visibilidad e importancia que tiene sobre la mesa. Y es que, se estima que entorno al 59% de los trabajadores en España sufre estrés laboral. Es decir, aproximadamente ¡¡¡ 6 de cada 10!!! Sin embargo, hasta el momento parecía pasar desapercibido. Si nos centramos sólo en el burnout, y no en todas las dolencias de estrés laboral, algunos expertos apuntan a que el 20% de los trabajadores europeos lo sufren. Por lo que su inclusión permitirá un mejor entendimiento y una mayor prevención.

¿Qué es el burnout?

La expresión de burnout o síndrome de desgaste emocional, no es algo nuevo. De hecho, ya en los años 70 fue descrita por distintos profesionales. Esta dolencia hace referencia a un conjunto de síntomas relacionados con el agotamiento físico y mental intenso. Dichos síntomas están relacionados con estrés laboral crónico o frustración laboral prolongada. Veamos sus síntomas más comunes.

Síntomas del burnout

  • Síntomas psicológicos y emocionales que aparecen con el burnout.

Destaca el agotamiento emocional y físico. Con frecuencia aparece el sentimiento de no poder dar más de sí en el trabajo. Se produce una sobrecarga laboral que acaba quemándonos emocionalmente. Aparecen sentimientos negativos, desmotivación, cinismo laboral… También con frecuencia el trabajo deja de llenarnos, deja de haber aspiraciones, aparecen los descontentos generales, la insatisfacción … Así, es frecuente tener un sentimiento de baja realización personal en el trabajo. Esto suele generar problemas de irritabilidad, falta de concentración, pérdida de memoria, desmotivación. Entre otros síntomas emocionales pueden aparecer sentimientos de culpa, soledad, irritabilidad, indefensión, impaciencia…

  • Síntomas físicos del síndrome del quemado.

Generalmente este tipo de síntomas son los que suelen marcar la primera alerta que nos lleva a acudir al médico. Entre otros síntomas, con frecuencia aparecen problemas gastrointestinales, de insomnio, sudoración, fatiga, taquicardias, dolores de cabeza, de espalda, tensión, hiperventilación… Como en otras dolencias por estrés, el burnout también afecta al sistema inmunológico, debilitándolo. Es por ese motivo por el que quedarás más expuesto a virus y enfermedades si lo padeces.

  • Síntomas conductuales del burnout

El burnout puede llevarnos a actuar de forma que no somos. Es posible iniciarse en el consumo excesivo de sustancias (café, tabaco, alcohol, estimulantes…) o buscar evadirse en conductas de riesgo. Como ya hablé en otros artículos, ira y depresión pueden ir de la mano, por lo que el burnout puede causar respuestas agresivas. Además, también puede alterar la forma en que te comportas y relacionas con los demás (incluso fuera del ámbito laboral). Así, es frecuente aumentar las disputas con tu pareja y familiares, descuidar las relaciones sociales, aislarse…

Quién puede padecer burnout

Nadie está libre de poder ser víctima de esta enfermedad. De hecho, te comparto el ejemplo de cómo diferentes perfiles profesionales pueden verse afectados por esta enfermedad laboral.

  • Personas ambiciosas laboralmente a las que les gusta su trabajo.

En este tipo de perfil hay dos casos bien distintos: aquellos que “se dejan los cuernos” y “los deshinchados”.

Personas muy implicadas

A priori, es el perfil que toda empresa puede querer tener entre sus empleados. Son personas proactivas con ganas de aprender, trabajar y crecer profesionalmente. Este tipo de perfil suele abarcar más de lo que realmente puede, bien por decisión propia (para intentar impresionar, cumplir con su compromiso con la empresa…), bien por exigencias del puesto (temor a ser despedido si no cumple, críticas de superiores…). Con el tiempo, comienzan a estar sobrecargados. Esto los lleva a abandonar su salud y su vida personal para poder atender las demandas del trabajo. Así, descuidan sus horas de comida o el tipo de alimentación que llevan, disminuyen su vida familiar y social por falta de tiempo, duermen peor por estrés… Es decir, se queman.

Personas deshinchadas

Este tipo de perfil entraron a la empresa con ganas de comerse el mundo. Sin embargo, su labor se ha visto frenada o no ha sido reconocida suficientemente. Con el tiempo, estas trabas los han ido desgastando y ha comenzado a importarles todo un pimiento. Han pasado de ser proactivos a ser negligentes, abandonar responsabilidades, y limitarse a “cumplir” lo estrictamente necesario. Con el paso del tiempo, su desmotivación los lleva a sentirse no realizados y acudir a trabajar con gran esfuerzo. Es decir, la ilusión inicial se ha convertido en frustración que se lleva tanto al terreno personal como profesional. Con frecuencia aumenta la irritabilidad, depresión, desaliento, indefensión…

  • Personas sin aspiraciones en el puesto de trabajo

En ocasiones, se escoge un trabajo más por necesidades económicas que por auténtica motivación hacia el mismo. Cuando esto sucede, la sensación suele ser de falta de desarrollo personal y profesional y aburrimiento en las tareas. A la larga, esto suele derivar en estrés, depresión, decaimiento…

Cómo afecta el burnout a las empresas

El síndrome de desgaste emocional afecta directamente a las empresas como se refleja en los siguientes aspectos:

  • Produce un aumento del absentismo laboral.
  • Disminuye la dedicación y eficacia en el trabajo por parte del trabajador.
  • Genera mala imagen empresarial (los empleados con burnout hablarán peor de la empresa para la que trabajan).
  • Puede suponer una “epidemia” de descontento laboral (cubrir las bajas puede repercutir en una mayor sobrecarga de trabajo en el resto de la plantilla).
  • Disminuye la productividad.
  • Aumentan las prácticas laborales poco seguras, aumentando la tasa de accidentes.
  • Crecen las denuncias y problemas legales al aumentar las demandas.
  • Disminuye el compromiso con la empresa, aumenta la desmotivación y los abandonos del empleo.

En qué se diferencia el burnout de otros trastornos

Si bien el burnout o desgaste emocional está asociado a estrés crónico en el trabajo, comparte sintomatología con otras dolencias. Así, por ejemplo, los trastornos de ansiedad y depresión debido a otras causas no laborales, podrían compartir sintomatología. Sin embargo, el origen del burnout es principalmente laboral y sus síntomas pueden ser de menor intensidad. A diferencia del mobbing, que también tiene un origen laboral, no predominan las relaciones de hostigamiento con los superiores o compañeros de trabajo. Su origen se debe más bien a la sobrecarga laboral, agotamiento y desmotivación que las circunstancias laborales generan.

Cómo podemos prevenir el burnout

El desgaste emocional es una problemática que nos afecta a todos en alguna medida, bien directa o indirectamente. Por ejemplo, muchos empleados públicos sufren de burnout generando pérdidas en nuestra economía. Es por eso que debemos tomar conciencia de su importancia y tomar medidas preventivas al respecto. Si bien yo no tengo soluciones salvadoras, si dejo algunas propuestas que quizás tú puedas complementar en los comentarios. Así, entre todos, podemos generar ideas válidas.

Como trabajadores, podemos recordar algunas de estas medidas.

  • Tener presente nuestros valores y preservar nuestra salud y bienestar por encima de las presiones sociales. Para ello, te puede ser de gran ayuda establecer prioridades.
  • Comunicar de forma asertiva con nuestros compañeros y superiores a fin de poder expresarnos con claridad y exponer nuestras ideas y puntos de vista.
  • Poner límites para no sentir que estamos ante injusticias de las que no podemos escapar.
  • Cuidar nuestra vida social y personal.
  • Desarrollar habilidades personales y profesionales que ayuden a no estancarse laboralmente.
  • Ajustarse al horario establecido y cumplirlo sin sobrepasar el marcado por ley.

Como entidades laborales o empresas

Entre las recomendaciones que señala el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales para prevenir el burnout están:

  • “Escuchar las necesidades de nuestros empleados.
  • Motivar la expresión de nuevas iniciativas.
  • Realizar prácticas que permitan identificar, evaluar y abordar los riesgos psicosociales.
  • Establecer mecanismos de feedback sobre el trabajo realizado.
  • Promover el trabajo en equipo.
  • Aumentar el grado de autonomía de los empleados.
  • Promover la formación continua y desarrollo dentro del trabajo.
  • Evitar ambigüedades a la hora de exponer las tareas a realizar o el plazo de las mismas.
  • Regular las demandas referidas a la carga de trabajo y adecuarlas en cada caso.
  • Fomentar la colaboración y no la competitividad.
  • Favorecer la flexibilidad horaria…”

Qué podemos hacer si sufrimos burnout o desgaste emocional

En primer lugar, si ya has tomado conciencia de tu desgaste emocional, ya has dado un paso importante. Ahora el siguiente consiste en pedir ayuda. Acude a tu médico de cabecera o a tu médico asignado por tu mutua de trabajo y hazle saber cómo te sientes. Si bien la propuesta de la OMS no entra en vigor hasta 2022, es evidente que necesitas ayuda y tratamiento. Recuerda que de no hacerlo la sintomatología empeorará y pueda derivar en afecciones más graves como un trastorno depresivo. Una vez hecho esto, complementa tu tratamiento con atención psicológica. Es decir, acude a terapia psicológica. Como sabes, soy magister en ansiedad y estrés y estaré encantada de ayudarte en mi centro de psicología de Alcorcón. Abordaremos tu caso concreto, tus preocupaciones, miedos y síntomas en general desde la metodología psicológica que más se ajuste a ti. Además de esto, busca apoyo social. Habla con tus familiares y amigos sobre cómo te sientes y trata de recuperar poco a poco tus pequeñas y grandes ilusiones diarias. Revalúa tus prioridades, cuídate un poco más (haz ejercicio, come más sano), permítete dormir un poco más, no llegar a todo, relajarte… En definitiva, trata de cambiar tu perspectiva a una más saludable. Como ya hemos comentado, no tienes por qué hacerlo solo. Si necesitas ayuda profesional, ya sabes que me tienes a tu disposición.

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Sobre la autora:

“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional. Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas. Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”

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