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¿Tienes ataques de pánico?

Definición, causas y tratamiento de los ataques de pánico.

Autora: Ana M. Hidalgo

Cada vez es más frecuente encontrar en las consultas de urgencias a personas que han sufrido un ataque de pánico o ataque de ansiedad sin ningún motivo aparente.

Los ataques de pánico conllevan unos síntomas físicos que pueden hacernos pensar que estamos sufriendo un ataque cardíaco. Entre ellos, están las palpitaciones, sacudidas cardiacas o la elevación de la frecuencia cardíaca. De ahí, que quizás lo confundamos incluso con un infarto.

Y es que, el ajetreado ritmo de vida que llevamos puede hacer que la ansiedad crezca dentro de nosotros y se desborde.

Pero, ¿qué es un ataque de pánico?

El ataque de pánico o crisis de ansiedad se define como una experiencia de intenso miedo, que aparece de forma súbita, y va acompañada de síntomas físicos, 4 de los cuales deben corresponderse con alguno de los siguientes:

  • Palpitaciones o elevación de la frecuencia cardiaca.
  • Sudoración.
  • Temblores o sacudidas.
  • Sensación de ahogo o falta de aliento.
  • Sensación de asfixia.
  • Opresión o malestar torácico.
  • Náuseas o molestias  abdominales.
  • Inestabilidad, mareo o sensación de pérdida de conciencia.
  • Sensación de irrealidad o de estar separado de uno mismo.
  • Miedo a perder el control o volverse loco.
  • Miedo a morir.
  • Sensación de adormecimiento y hormigueo.
  • Escalofríos o sofocos.

Las personas que sufren ataques de pánico muy frecuentemente desarrollan ansiedad anticipatoria ante la posibilidad de tener nuevos ataques de pánico.

Esto es, tienden a desarrollar “miedo al miedo”, lo que convierte a esta experiencia en la “pescadilla que se muerde la cola”.

El temor de volver a tener otro ataque, acompañado de los pensamientos negativos que este acarrea, como son el miedo intenso a sufrir un infarto, morir, perder el control, o volverse loco,  hacen que se asocie estas sensaciones a situaciones de intensos miedos, llevándolo a conductas de rechazo o evitación de estas situaciones.

Todo esto, poco a poco, va interfiriendo en la rutina diaria, modificando hábitos y conductas.

Es frecuente además, comenzar a temer aquellas situaciones en las que el escape sería difícil o embarazoso, como pueden ser estar solo (fuera o dentro de casa), acudir a sitios concurridos, subir en ascensor, conducir…

De este modo, poco a poco se van ampliando las conductas de evitación a un gran abanico de situaciones, pudiendo iniciarse lo que se denomina agorafobia

Pero ¿cuáles son las causas de un ataque de pánico?

Aunque no se conocen con certeza las causas de los trastornos de pánico, existen diversas teorías al respecto.

En un principio, los modelos biológicos atribuyen el pánico a un problema bioquímico del sistema nervioso, para el que existiría una predisposición genética, si bien no han desarrollado el suficiente apoyo empírico, por lo que se han desarrollado modelos alternativos.

Más adelante, los modelos psicofisiológicos han señalado que estos ataques de ansiedad se deben a la interacción entre estímulos desencadenantes que provocan cambios fisiológicos o cognitivos (estrés, esfuerzo físico, respuestas emocionales intensas…) y, los procesos perceptivos y de asociación de cada sujeto.

La combinación de estos factores sería, por tanto, la causa de la reacción de ansiedad.

¿Qué hacer ante un ataque de pánico?, ¿hay tratamiento?

A día de hoy se considera la terapia cognitivo-conductual como el tratamiento de elección en trastornos de pánicos, dado que se observan mejorías hasta en el 80% de los casos.

El tratamiento de los ataques de pánico agrupa distintas técnicas psicológicas como el entrenamiento en relajación, la restructuración cognitiva o laexposición a las situaciones temidas.

Si bien, existen unas pautas sencillas que pueden ayudarte a controlar un ataque de pánico puntual:

  • Acepta las sensaciones fisiológicas como algo natural y pasajero. Por lo general tienden a remitir pasados 20 minutos.
  • Durante ese tiempo practica ejercicios de relajación y respiración abdominal, eso te ayudará a disminuir pulsaciones y palpitaciones, entre otros síntomas.
  • Intenta distraer tu mente con algo ajeno a tus reacciones físicas o pensamientos negativistas. Por ejemplo, cuenta de 7 en 7 o recita alguna canción o poema.
  • Distrae tu cuerpo con alguna tarea como recoger y ordenar el cuarto, clasificar y archivar documentos, planchar la ropa…

Los ataques de ansiedad son más habituales de los que nos pensamos a priori.

No obstante, si notas que la frecuencia de tus crisis de ansiedad aumenta, consulta con un especialista dado que puede degenerar en un trastorno de ansiedad.

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Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

Ana M. Hidalgo, psicóloga magister en intervención en la ansiedad y el estrés.

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