Cómo mantener mi motivación para lograr objetivos
Claves para tener una motivación excelente y algunas anécdotas de cómo aprendí estas claves
Autora: Ana Hidalgo
Cuando nos sentimos bien no nos falta motivación.
Es fácil tener muchos proyectos en mente, plantearse nuevos objetivos, nuevas metas e incluso ponerlos en práctica.
Sin embargo, con demasiada frecuencia, estos objetivos se deshinchan rápidamente cuando nuestra motivación decae.
Es por eso que muchos de neustros proyectos terminan yéndose al cuerno.
Si quieres evitar que tu motivación decaiga tan fácilmente, toma nota de las siguientes claves que te propongo:
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Antes que nada, asegúrate de que tus objetivos están bien planteados.
Esto es: son concretos, medibles y te aportan algo de gran valor para ti.
Ten en cuenta que todo objetivo se compone de otros específicos más pequeños, alcanzables y manejables.
Además, los objetivos deben repartirse en el tiempo de forma ordenada y con cierta cronología.
Te expliqué cómo hacerlo en otro post (pincha aquí para leerlo).
Además, es importante revisar bien losobjetivos y asegurarse de que están pensados por ti y para ti.
De hecho, puede ser que te cueste encontrar la motivación para alcanzar tus objetivos porque no provienen de ti, sino de la presión social, y no tanto por tus deseos más profundos.
Ahí va cómo me sucedió a mí:
Hace años, los demás me decían que tenía que hacer más ejercicio, y yo siempre cedía y me lo proponía como objetivo cada inicio de año.
Sabía que hacer ejercicio sería beneficioso para mí, sin embargo no me motivaba nada de nada el ponerme a ello, lo veía como una carga y no creía que mi salud estuviera tan mal como para merecer ese sacrificio.
La consecuencia de ello: no era nada constante con ese objetivo y terminaba abandonándolo.
Sin embargo, hace un par de años comprendí la importancia que realmente tenía el ejercicio en mi salud.
Me di cuenta que me ahogaba y no podía seguir el ritmo a mi hija para jugar al pilla pilla o montar en bici.
Fue así como encontré mi motivación y a día de hoy practico ejercicio de forma regular desde hace unos años.
Es decir: OBJETIVO LOGRADO AL PLANTEARLO POR MÍ, Y NO POR PRESIÓN SOCIAL.
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Se constante pero no tengas prisa.
No olvides ajustar bien el tiempo que necesitarás en alcanzar tus metas.
Aa veces nos creemos que seremos más rápidos en conseguir algo y nos desanimamos cuando no sucede así.
Por tanto, trata de ser lo más realista posible a la hora de plantear tus objetivos, reservando un tiempo extra para imprevistos.
No importa tanto lo que tardes sino lo que consigas, por lo que cultiva tu paciencia.
Así lo aprendí yo:
Cuando era pequeña mi abuela me enseñó a hacer ganchillo.
Yo estaba deseosa por acabar el tapete que estaba realizando y por eso no prestaba demasiada atención a cada uno de los puntos que debía dar para hacer el dibujo de mariposa que me había propuesto.
Ella con mucha tranquilidad, me deshacía todo lo hecho hasta eliminar el fallo y me pedía que volviera a empezar desde ahí.
– “Cuando lo termines, nadie sabrá si tardaste una semana o un mes en hacerlo, sólo se verá que está bien hecho.
Sin embargo, si por acabar pronto permites que tengas fallos, estos volverán a ti cada vez que mires el tapete, aunque hayan pasado muchos años”.
¡Qué sabia era mi abuela!, me dio un gran consejo sin que yo en ese momento me diera ni cuenta (LAS PRISAS NO SON BUENAS PARA ALCANZAR OBJETIVOS).
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Si la pereza llega a ti y te cuesta arrancar, comienza con cosas sencillas.
Si notas que te cuesta alcanzar algún objetivo puede ser porque es demasiado grande, divídelo en objetivos más pequeños tantas veces como sean necesarias hasta que puedas manejarlo mejor.
Te cuento cómo lo hice:
Recuerdo cuando todavía estaba en la facultad y tenía que estudiar alguna asignatura que no me gustaba o me resultaba especialmente difícil.
Siempre trataba de buscar mil cosas que hacer para justificar el demorar estudiarla, sin embargo, esto sólo conseguía aumentar la tensión a la hora de su estudio.
SIn embargo, aprendí que cuando nos enfrentamos a aquello que tememos aumentamos nuestra seguridad (lo consigamos vencer o no).
Por ello, planeé una estrategia que me ayudase a estudiar:
Lo primero era preparar todo el material, después sentarme en la habitación (podían pasar unos minutos sin hacer nada más, sólo mirar los libros cerrados), a continuación, abría el libro por el tema a estudiar, pasado un par de minutos comenzaba leyendo los primeros párrafos…
A simple vista puede parecer un ejercicio sumamente tonto, pero este pequeño ritual para los “días malos” favorecía mi motivación.
Esta división en tareas sencillas me ayudaba a no iniciar en ese tiempo otras conductas alternativas que me alejaran de mi objetivo y, a la vez, estos sencillos pasos me acercaban y concienciaban de qué es lo que tenía que hacer.
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Diviértete logrando tu objetivo.
No me he vuelto loca, todas las tareas que tenemos que desarrollar pueden tener un lado divertido.
Me viene a la cabeza la canción de Mary Poppins (“con un poco de azúcar…”).
Que ves que tu tareas es súper aburrida, rétate a ti mismo para hacerla en un tiempo determinado y después trata de mejorar tu marca personal.
También puedes buscar otra actividad que te guste que puedas compaginar con el logro de tus objetivos, cuando la encuentres, verás cómo hacerla comienza a ser más sencillo.
Te pongo un ejemplo de cómo lo hice:
A mí no me gusta nada cocinar, y menos aún alguna comida que no me guste demasiado, por eso, cuando decidí aprender a comer de forma más saludable, aproveché para poner música que me gustara y echarme algún bailecillo en la cocina.
De este modo, cocinar comenzó a resultarme más sencillo e incluso apetecible dado que suponía mi ratito de dispersión personal.
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Busca la variedad.
Para lograr un mismo fin existen caminos distintos, y no es necesario hacerlo siempre de igual manera. Quien sabes, quizás puedas descubrir algo que te apasiona.
El poder ser creativo e innovar de vez en cuando te ayudará a mantener la motivación que necesitas.
Te pongo varios ejemplos:
Para mejorar tu estado de salud realizando ejercicio, puedes alternar el correr con la bici, el baile o el boxeo.
Si quieres comer más vegetales, puedes cambiar el tipo de verduras que consumes o la forma en que la cocinas.
Para mejorar tu nivel de inglés, puedes combinar las clases de la academia con las películas en versión original, la música que te guste en este idioma, las quedadas en bares para el intercambio de idiomas, etc., etc.
Como puedes imaginar, todas estas estrategias las he ido poniendo en práctica para no caer en la monotonía y perder mi motivación, piensa qué puedes hacer tú para hacer tus tareas algo más variadas.
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Adelántate a las dificultades y aprende de ellas cuando lleguen.
Todos los grandes objetivos plantean grandes retos, lo que se traduce en encontrar dificultades de vez en cuando.
Lista todo aquello que creas puede salir mal y busca una solución antes de que suceda.
De este modo, te será más fácil vencer tus miedos y los baches del camino te serán más suaves.
En consecuencia, te desanimarás menos con cada piedra encontrada.
Recuerda que los errores y baches son sólo una parte del camino que hay que aceptar como parte del aprendizaje.
Me encanta contar siempre con un plan alternativo, pero tampoco hay que obsesionarse con eso.
Por lo general, las cosas tienden a ir bien, aunque a veces la vida nos hace dar un rodeo.
Es como una buena novela, si el protagonista no se cruzara con ninguna dificultad por el camino y todo le saliera perfecto siempre, no sólo sería irreal y aburridísima, sino que se perdería muchísimos aprendizajes.
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Ten presente todo aquello que puedes lograr y recompénsate por tus pequeños y tus grandes avances.
Si como te comentaba al principio has definido bien tu objetivo, tendrás claro por qué haces lo que estás haciendo.
Es decir, tener presente su utilidad aportará todo el esfuerzo que supone el lograr tu objetivo.
Con frecuencia olvidamos fácilmente nuestro objetivo final, para evitarlo, escríbelo en un papel y tenlo siempre visible.
Prepara alertas de recordatorio en el móvil para que semanal o quincenalmente te inspiren a seguir y continuar tus esfuerzos.
También puedes pedirle a un amigo que revise mensualmente tu progreso y te ayude a recordar por qué lo haces…
Busca todas aquellas estrategias que se te ocurran para mantener tu motivación al alza cada día.
De este modo, recordando sus beneficios te será mucho más fácil continuar hasta alcanzar tus objetivos.
Además, como el esfuerzo debe tener recompensa, no olvides recompensarte por tus avances, ya sean grandes o pequeños pues esto te ayudará a mantener tu motivación viva y a ser más positivo con las expectativas de logro de tus objetivos.
Ahora te pido un favorcito…
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Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.
Ana M. Hidalgo
Sobre la autora:
“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.
Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.
Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”
Gracias Anita por tus consejos que siempre me ayudan a mi persona.
a y felicidades por ser Máma
Gracias Beto por tus comentarios.
Hola Ana.!! Tus artículos me ayudan mucho para preparar mis oposiciones.Un abrazo
Hola Amparo, me alegra saber que te son de utilidad, gracias por hacérmelo saber.
Mucha suerte en tus oposiciones. Un abrazo.