Que no te cuenten historias, tú puedes. Te reto a demostrártelo.
Ejercicios para entrenar la autoestima
Autora: Ana Hidalgo
Aunque pueda sonarte precipitado y demasiado rápido, lo cierto es que se puede aumentar la autoestima en un mes. Al fin y al cabo, podemos entender la autoestima como el hábito de cuidarnos y ser coherentes con nosotros mismos.
Partiendo de esta base, podemos entrenarla como un hábito y comenzar a ver cambios en ella de forma rápida.
Ahora bien, como ocurre con el deporte o la alimentación, no se trata de hacerlo una vez y olvidarse, sino de mantener los nuevos hábitos. Es por eso que en este artículo te hablaré de las acciones que puedes emprender para fortalecerte día a día.
Cómo aumentar la autoestima en un mes
La teoría es muy sencilla, tan sólo hay que abrir la mente. La clave está en cómo hacerlo.
En muchas ocasiones he hablado sobre autoestima, sus componentes o incluso cómo afecta la baja autoestima en pareja. Te dejo a lo largo de este mail enlaces a artículos y conferencias en los que he hablado de ello por si quieres profundizar en el tema.
Ahora bien, hoy quiero plantearte un reto importante, aumentar la autoestima en un mes. Por eso precisamente, quiero dejar gran parte de la teoría a un lado para meternos de lleno en este reto.
En realidad, el método es sencillo, consiste en sólo 4 pasos:
1.- Aprender a ver la realidad desde distintos ángulos. Ya sabes, todo tiene su lado bueno y su lado malo. Aunque a veces cueste verlo, siempre están los dos polos y la vida puede relativizarse.
2.- Cuidar tus palabras. Tendemos a exagerar aquello que no nos gusta usando palabras del tipo horrible, terrible, siempre, nunca… Sin embargo, relegamos el uso de excelente, maravilloso, genial, fantástico… El uso desequilibrado de estas palabras enormes repercute en tu autoestima. Hablo de ello en otro artículo, pincha aquí para leerlo.
3.- Dejar atrás la pereza y retarse a la acción. Las cosas no cambian si no hacemos nada para que cambien. Es por eso que hace falta dejar la pereza atrás y emprender acción. Lo fantástico es que no hace falta emprender grandes hazañas, se puede ir poco a poco.
4.- Equilibrar pensamientos y acciones. ¿Cómo nos vamos a sentir bien con nosotros mismos si nos vemos como incongruentes o fraudes porque no actuamos conforme a nuestros propios principios? Aumentar tu autoestima supondrá precisamente tomar conciencia de tus valores y comenzar a decidir y actuar en base a ellos.
Antes de empezar:
¿cómo vas a saber si realmente has conseguido el reto? La importancia de este paso previo es que puedas comprobar tu progreso, al igual que podrías verlo en una dieta (bajas kilos) o en un entrenamiento deportivo (ganas fuerza, resistencia o velocidad, por ejemplo).
Ok, vamos a situar tu situación actual en una escala para poder luego compararlo, ¿qué te parece?
Para ello anota tus respuestas a las siguientes preguntas:
- Si tuvieras que dar una puntuación de 0 a 100 a tu autoestima actual, ¿cuál sería?
- ¿Cuántas veces hay discrepancias entre lo que realmente piensas y lo que haces? (0-100%).
- ¿Cuánto te conoces? (0-100%).
- ¿Con qué frecuencia te etiquetas de forma negativa o permites que otros lo hagan? (0-100%)
- ¿Cuánto te aceptas a ti mismo/a? (0-100%).
- ¿Haces valer tus derechos asertivos, te respetas y haces respetar? (0-100%).
- Ante alguna adversidad, ¿qué grado de confianza sueles tener en ti? (0-100%).
Estas preguntas te servirán para ver tu línea de partida en cada uno de los componentes de tu autoestima. Además, podrás analizar tu autoestima general con las dos primeras preguntas.
¿Preparado/a para ponerte manos a la obra?
Si ya lo has anotado, toca remangarse y comenzar a emprender acción. Ten en cuenta que no pretendemos pintar tu vida de rosa o marcarte grandes objetivos. Se trata de que te sientas bien contigo, de encontrar coherencia entre tus pensamientos y tus actos.
Ejercicios para aumentar la autoestima en un mes:
Ahora que ya tienes tu punto base, quizás hayas descubierto que en algunas áreas estás más fuerte que en otras. No pasa nada, suele ser habitual. Saberlo te ayudará a saber en qué aspectos hacer más o menos hincapié.
Recuerda los 4 principios básicos: relativizar tu perspectiva, cuidar tus palabras, tomar acción y decidir en base a tus valores.
- Ana, pero es que a mí eso me cuesta, ¿cómo lo hago?
1. Plantéate el origen de aquello que te está paralizando o mantiene baja tu autoestima y dale la vuelta.
Muchas veces pensamos que las cosas tienen que ser como nos las han enseñado y punto, no buscamos otras posibilidades.
¿Cuántas veces has pensado que sólo había una forma de hacer algo y luego has descubierto más opciones? Si no se te ocurre ningún ejemplo, échale un vistazo a cualquiera de los muchos videos que hay en internet. Por ejemplo, jamás hubiera que unas deportivas usadas pudieran servir de suelo en parques infantiles. Sin embargo, a día de hoy hay muchos suelos blanditos fabricados así.
Quizás sea la hora de darle una vuelta a tus miedos y creencias y ponerlas patas arriba. ?
Un truquito para cambiar tu perspectiva es cambiar tu ángulo de forma literal. Prueba a hacer el pino, tumbarte en el suelo, subirte a una mesa, pensar a la pata coja… De esta forma tus pensamientos cambiarán su ángulo y te llevarán a lugares distintos.
Con esta idea en mente, crea hipótesis que se salgan de tus perspectivas más lógicas, abre tu mente y plantéate:
- ¿Qué me asusta en realidad?
- ¿En qué se basan las creencias de mi miedo?
- ¿Podrían mirarse desde otro ángulo?
- ¿Encierra este miedo palabras dañinas hacia mi persona?
- ¿Se cumplen esas palabras o calificaciones dañinas el 100% de las veces?
- ¿Por qué me aferro a estas creencias?
2. Busca tus para qué
Lo que te dices a ti mismo y lo que dices en voz alta a los demás tiene mucho que ver con cómo te comportas.
No se trata de que busques sólo el lado bueno de la vida, incluso el lado malo puede enseñarte algo.
Explora tus miedos y tus frenos, pero, sobre todo, indaga sobre tus valores, principios y creencias. Ellos te irán mostrando el camino hacia qué retos asumir.
Plantéate el para qué actuar desde distintos ámbitos. ¿Cuáles de tus valores podrían apoyar ese comportamiento u objetivo que quieres lograr? Cuando tengas esta respuesta, ya tendrás tu motor listo.
Quizás decidas hacer ejercicio no por estar en forma (que quizás te importe un pepino), sino para sentir que te cuidas y te mimas, que tienes un ratito sólo para ti y nadie más, para tener una excusa y aparcar tus preocupaciones, salir de casa, pausar tus obligaciones…
Si eres capaz de encontrar tu auténtico para qué, uno que se relacione con tus valores y creencias, la motivación para lograrlo será mayor.
A partir de ahora, ten a mano en tu vocabulario el “sí puedo” y el “voy a hacerlo por…”. Aparta tus excusas y las palabras enormes derrotistas. Tu para qué es más grande que todo eso, sólo tienes que encontrarlo.
3. Rétate a actuar y hazlo en base a tus principios
Antes de dar un sí o un no que no quieres dar, para un momento. Tómate unos segundos para reflexionar, ¿tomar esta decisión me aleja o me acerca a ser quien quiero ser?
Es muy posible que, sobre todo al principio, la inercia te lleve hacia donde has ido tantas veces, a, por ejemplo, mirar por otros antes que por ti. Sin embargo, esto puede cambiarse, se entrena.
Refuerza tus derechos asertivos, hazte consciente de ellos y comienza a ejercerlos.
Si eres tú quien inicia la conversación o la propuesta, coge aire, llénate de valor y expón tu opinión sincera. Quizás no salga a la primera, pero practica. Incluso hazlo delante del espejo si lo ves necesario.
Que a pesar de todo has cedido, no pasa nada, Zamora no se conquistó en una hora. Busca las agallas dentro de ti y vuelve a intentarlo. Recuerda que todos tenemos derecho a cambiar de opinión, y tú también puedes hacerlo.
Míralo como un reto. Hoy has tardado en decir en voz alta lo que piensas 30 minutos y no delante de la persona implicada, no pasa nada; mañana tardarás 15, después 10, 5, 2… hasta que llegue el día en que te atrevas a hacerlo al instante.
Ya sabes que aumentar la autoestima en un mes supone aceptar retos, así que rétate. Busca cada día una situación en la que hacer valer tus derechos asertivos. Practica y poco a poco irás fortaleciendo tu auto-respeto, te sentirás bien por ir entrenándote.
4. Acéptate más
Si durante este mes vas aceptando los retos, ten en cuenta que al principio el objetivo será retarse. No importa tanto si logras o no tu propósito, el primer objetivo es aceptar el reto y ponerte a prueba. Si consigues retarte, felicítate, llénate de piropos y date algún capricho.
Te recomiendo que al principio comiences por cosas pequeñas y te premies con algo simbólico.
No importa si tu reto es muy grande o muy pequeño a ojos de otros, lo importante es hacerlo.
Aquí donde me ves, te confieso que soy bastante asustadiza. Así, de primeras me suelen asustar los cambios. Sin embargo, procuro ir enfrentándolos, a mi ritmo, por supuesto, pero sintiendo que sigo avanzando poco a poco. Esta sensación de ir en la dirección que quiero ir (al ritmo que sea) es la que me da la tranquilidad de saber que sigo caminando conforme a mis propios valores.
Por ejemplo, soy una persona que come malamente. Sin embargo, procuro ir incorporando pequeños avances a mi dieta. Aunque suene raro, ¡por fin como algo de fruta!
Atrévete a aceptarte tal cual eres, con tus virtudes y tus defectos. Ojo, eso no quiere decir que te resignes, trata de mejorar en aquellos aspectos que sean importantes para ti. Ve a tu ritmo y paso a paso, pero siente que te acercas a lo que quieres.
5. Relativiza, juega
La mayoría de las veces tendemos a sobrevalorar los riesgos y minimizar las oportunidades o el valor de los logros. ¿Qué tal si relativizas aquello que te preocupa?, ¿de verdad es tan grave?
Un truco es plantearse si tus actos cambiarán a mal tu vida o la de otros de forma irreversible. Si no es así, no es tan grave.
Fíjate, no se trata de ceder a todas las tentaciones que te plantee la vida. Sin embargo, entre ceder a todas y no ceder a ninguna hay mucho margen. La vida no muerde tantas veces como crees. Prueba, explora, juega a sorprendente como cuando eras niño/a.
Busca pequeñas cosas que quizás no te atrevieras a hacer y hazlas. Ponte un calcetín de cada color, inventa nuevas recetas, saluda a desconocidos… Prueba, juega, disfruta más siendo tu mismo/a.
De niños todos hemos hecho el bobo alguna vez, reído sin ningún motivo especial, inventado juegos, historias… La vida es demasiado corta para tomársela tan en serio.
Cuando estrenabas una bici, unos patines o un patinete no te preocupabas por si te caías. Sabías que te ibas a caer, que así aprenderías, y con todo y con eso, te lanzabas a la aventura. ¿Qué te ha pasado en la vida para que ahora no salgas a comerte el mundo? Relativiza, muy posiblemente aquello tenga solución. Pide ayuda si hace falta, pero no te quedes estancado en lo que pasó, avanza, juega, disfruta.
6. Divide y vencerás
- Ana, es que yo no sigo viéndolo complicado, no creo que pueda aumentar la autoestima en un mes.
No pasa nada, aún así inténtalo. Todo lo que hagas hoy por mejorarla ya es todo un avance.
Fíjate, muchas veces olvidamos que podemos ir paso a paso, sin adquirir grandes compromisos. Es precisamente eso lo que nos va a ayudar a seguir moviéndonos y avanzar.
Es un poco lo que te comentaba sobre mi relación con la fruta. Todavía no la como todos los días, pero ya llevo varios años comiéndola, voy a mi ritmo.
Quizás no te animas a empezar algo por miedo a no mantener el “compromiso social”. Es lo típico de “dije que lo iba a hacer y al final no lo he hecho”.
Yo, sabes lo que digo ante eso: “al carajo con el compromiso impuesto”. Recuerda algo importante, el compromiso es sólo contigo mismo/a. Para ello, la mejor opción es seguir el dicho: divide y vencerás.
No adquieras el compromiso de forma larga, sino el que puedas asumir hoy, ahora mismo. “Lo haré hoy, mañana ya veremos”. De esta forma te das opciones a probar cosas nuevas.
En el fondo sabes que esta técnica funciona, seguro que la has utilizado alguna vez. Por ejemplo, con las series de Netflix la empiezas y si no te gusta, a otra cosa.
Apóyate en ella para avanzar, probar, intentar, caer y sacar ganas de levantarte. Es como un juego, no pasa nada. ¿Has jugado alguna vez al CandyCrash o similiar? Pues algo así, que lo logras, pasas de nivel al siguiente reto; que no, no pasa nada, sigues intentándolo en ese nivel.
7. Mes sana in corpore sano
Tranquilo/a, no vengo a decirte esa cantinela que también sabes de que hay que hacer ejercicio.
Simplemente quiero que sepas que cuando haces algo de ejercicio bajan tus niveles de cortisol (hormona del estrés). Además, libera beta-endorfinas (responsables del bienestar), aumenta la capacidad mental, incrementa el flujo sanguíneo al cerebro…
No te digo que sea obligatorio hacerlo, simplemente te muestro otra vía para aumentar tu autoestima en un mes. Te reto a que lo pruebes.
Hacer algo de ejercicio y cuidar tu dieta te ayudará a aumentar tu sensación de autocontrol y autoeficacia. Como puedes imaginar, ambos factores repercutirán en tu autoestima.
En cualquier caso, espero que con estos 7 consejos puedas llevar mejor las 4 reglas para aumentar tu autoestima. Te las recuerdo una vez más: relativizar tu perspectiva, cuidar tus palabras, tomar acción y decidir en base a tus valores.
¿Te animas a ponerte a prueba y aumentar tu autoestima?
Me encantará leer tus avances en los comentarios del blog.
Por cierto, también puede interesarte:
- Medicina para la autoestima. Aquí te comparto un ejercicio que empleamos en terapia bastante curioso, no te lo pierdas.