¿Sabes qué son los derechos asertivos?
¿Crees que estás obligado a ceder siempre?
Autora: Ana M. Hidalgo
Conoce tus derechos asertivos y comienza a cambiar tus creencias limitantes.
En demasiadas ocasiones posponemos nuestra felicidad y nuestros derechos a los de otras personas.
Aceptamos peticiones que no deseamos aceptar, nos resignamos sin dar nuestra opinión, posponemos nuestros planes para atender a los de otros…
No siempre nos respetamos tanto como solemos hacerlo con los demás.
Asumimos que los demás tienen derechos y olvidamos los nuestros propios.
Hay una serie de suposiciones tradicionales erróneas que si se siguen de forma rígida y estricta nos limitan y nos impiden respetar nuestros propios valores.
No se trata de restringir los derechos de los demás, sino de hacer valer los nuestros de forma adecuada, al tiempo mostramos consideración con la forma de pensar y sentir de los demás.
En psicología, esto se conoce como inteligencia emocional, y está directamente relacionada con la asertividad, es decir con el respeto a sí mismo y también al prójimo.
Principales derechos asertivos
A continuación te muestro tachados algunos ejemplos de supuestos erróneos, que aunque pueden estar muy arraigados en nuestra mente, impiden nuestro desarrollo asertivo.
Frente a ellos, te indico en negrita el derecho asertivo a valorar.
Supuestos erróneos vs. Derechos asertivos:
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Es ser egoísta anteponer las necesidades propias a las de los demás.
—Algunas veces tenemos derecho a ser los primeros y pensar primero en nuestras propias necesidades, de hecho, hacer esto puede llegar a beneficiar a los demás. Piensa por ejemplo que si te excedes en el cuidado de otros y dejas atrás tu propio cuidado, acabarás enfermando. Si ocurriese esto, ya no podrías continuar ayudando a quien tanto crees que lo necesita.
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Es vergonzoso cometer errores.
—Todos cometemos errores, y gracias a ellos aprendemos, por lo que no es nada vergonzoso errar, sino que como suele decirse: “errar es humano”.
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Si no opinamos como la mayoría, estaremos equivocados.
—Cada uno es libre de tener su propia opinión y su propia forma de sentir.
De hecho, siempre será así pues cada uno tiene su propio punto de vista formado a partir de la realidad que experimenta.
Además, gracias a idealistas, creativos y mentes que piensan y se expresan de forma distinta el mundo sigue avanzando.
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Siempre hay que acatar los puntos de vista de los demás.
— Escuchar los puntos de vista de los demás puede ser algo muy enriquecedor, pero eso no nos obliga a acatarlos sin más, tenemos derecho a tener nuestro propio punto de vista y, por tanto, sacar nuestras propias consecuencias sobre cómo queremos o nos conviene más actuar.
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Hay que intentar ser siempre lógico y consecuente.
— Con frecuencia las mejores ideas, o al menos las más creativas, surgen de la espontaneidad, del mayor uso de la emoción frente a la lógica, y tenemos derecho a poder usar nuestro ingenio, creatividad y explorar nuevos caminos sin importarnos la lógica.
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Más vale lo malo conocido…
—Tenemos derecho a querer prosperar e intentar mejorar aquello que no nos gusta o satisface.
No es necesario conformarse siempre con lo que tienes, a veces tan solo te falta un paso para llegar donde quieres.
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No debo hacer que los demás pierdan su tiempo escuchando mis problemas.
— Tenemos derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.
Al igual que nos agrada ayudar al prójimo, para otros también puede ser una satisfacción el poder ayudarnos.
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Hay que ser humilde ante los halagos.
— Tenemos derecho a recibir reconocimiento explícito por un trabajo bien hecho.
Abajo la falsa modestia, tenemos derecho a estar orgullosos de aquello que hacemos bien.
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Hay que tratar de relacionarse siempre y no ser antisocial.
— Tenemos derecho a estar solos, aunque los demás deseen nuestra compañía.
A veces necesitamos tiempo para nosotros mismos y debemos aprender a rechazar las peticiones de los demás.
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Hay que responder a los demás y dar explicaciones.
— Tenemos derecho a responder y a no hacerlo, a dar explicaciones o no darlas, pues también tenemos derecho a nuestra intimidad.
No es necesario justificar ante los demás todos nuestros actos o palabras.
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Nuestros superiores tienen derecho a ordenarnos y exigirnos siempre.
—Tenemos derecho a ser tratados con dignidad con independencia del cargo que ostente la otra persona.
Después de leer esta lista, identifica cuál de estos derechos asertivos sueles olvidar y crees que sería interesante incluir en tu vida cotidiana para poder comenzar a incorporarlos poco a poco.
Recuerda: tan importante es el respeto hacia los demás como el respeto hacia uno mismo.
Haz valer tus derechos empezando a respetarte tú mismo.
Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.
Ana M. Hidalgo
www.terapiaconAna.com
Sobre la autora:
“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.
Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.
Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”
Grandes consejos para tenerlos en cuenta en nuestro día a día…
Excelente artículo. Me gusta que es claro y conciso. Muchas gracias, tocaya. Bendiciones desde Ohio.
Ana María
Gracias a ti por comentar Ana, me alegra saber que te gustó. Un saludo.