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¿Te sientes triste o estás deprimido? Averigua qué te sucede

Autora: Ana M. Hidalgo

¿Sabes qué es la depresión?

La sintomatología depresiva es uno de los malestares psicológicos más comunes.

De hecho, se ha señalado que la depresión es el diagnóstico clínico más frecuente y con más peligro de mortalidad, debido a las conductas suicidas.

No obstante, sentirse triste o deprimido no es un síntoma suficiente para ser diagnosticado con depresión. La tristeza es una emoción inherente a todos nosotros, y no tiene por qué desencadenar en depresión. De hecho, como señalé en otro artículo, puede resultarnos muy útil. Sin embargo, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que engloba sintomatología muy variada.

Puedes estar decaído un tiempo por algún acontecimiento puntual de tu vida, hasta ahí todo normal. El tema se complica si esto se alarga en el tiempo o interfiere con tu vida cotidiana por su intensidad.

Cómo reconocer la depresión

Los trastornos depresivos pueden presentar una sintomatología muy variada, con diferente grado de gravedad, duración o evolución.

Ahora bien, los trastornos depresivos no se limitan a los síntomas anímicos como puede ser la tristeza o la desesperación, sino que van más allá.

De hecho, suelen tener signos y síntomas relacionados con 5 áreas vitales:  anímica, conductual, cognitiva, física, e interpersonal.

Síntomas anímicos de la depresión:

El síntoma anímico por excelencia es la tristeza, que suele ir acompañado de pesadumbre, abatimiento, infelicidad, sensación de vacío y/o pena. Estas emociones en sí mismas, aunque incómodas, no son malas. De hecho, tienen importantes enseñanzas que mostrarte.

En algunas ocasiones la depresión viene acompañada de otros síntomas aparentemente menos frecuentes. Entre ellos, la irritabilidad, la ira, el nerviosismo, o la inmutabilidad, llegando algunos pacientes a sentir que son incapaces de “tener ningún sentimiento” o “sentirse constantemente enfadados“.

En estos casos, donde la sintomatología no coincide con lo que popularmente se conoce o asocia con la depresión, la persona que lo padece puede tardar en reconocerla y pedir ayuda.

Por eso, si con frecuencia te sientes triste, enfadado o inmutable, puede que estés “incubando” una depresión.

Síntomas conductuales de la depresión:

La apatía, la indiferencia, la incapacidad para el disfrute (anhedonia) o el llanto, suelen estar entre los síntomas más comunes.

Es frecuente sentir que cuesta un mundo levantarse por las mañanas, asearse o ir al trabajo.

Tareas habitualmente sencillas como elegir un menú, la ropa que se va a vestir o preparar la lista de la compra, pueden resultar altamente complicadas.

Recuerda que un síntoma muy común de la depresión es, precisamente, la falta de energía y vitalidad.

Síntomas cognitivos de la depresión:

Además de la tendencia a una visión pesimista de la vida, se encuentra entre la sintomatología más común la falta o disminución de la atención, la memoria o concentración.

Tus capacidades cognitivas se verán mermadas cuando estás deprimido/a.

Es más, el autodesprecio, la autoculpación y la pérdida de autoestima son claves en este trastorno. De hecho, algunos autores consideran estos síntomas como los detonantes más importantes del trastorno depresivo.

Síntomas físicos de la depresión:

Probablemente estos sean uno de los principales motivos por los que la persona deprimida nota que algo no va bien.

De hecho, suele ser el médico de cabecera el primero que trata a los pacientes deprimidos.

Son frecuentes los problemas de sueño, fatiga, cambios de peso, apatía sexual, dolores de cabeza o espalda, naúseas, estreñimiento …

Si tu cuerpo comienza a darte señales de que necesita bajar el ritmo, quizás te esté avisando de una posible depresión.

Síntomas interpersonales:

Aunque este área no ha sido tan estudiada como las anteriores, las personas deprimidas muestran un claro deterioro de las relaciones con los demás.

Tienden a no querer salir o contactar con otros, muchas veces por el rechazo de los que les rodean ante sus continuas quejas y pesimismo.

Esta alteración del funcionamiento interpersonal puede afectar al laboral, llegando a ser incapacitante.

Es frecuente tener bajas laborales continuadas o descuidar las tareas normales de funcionamiento, incluso el aseo personal.

Si te ves reflejado con la sintomatología señalada, no lo demores, es hora de buscar ayuda de un psicólogo.

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Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

Soy Ana M. Hidalgo, psicóloga especializada en ayudar a superar situaciones difíciles y salir fortalecido.

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