Tips para rejuvenecer emocionalmente y sentirse vivo
Si te hablan de rejuvenecer, es posible que pienses en caras operaciones estéticas o en productos de cosmética. Sin embargo, hoy no vengo hablarte de envejecimiento físico. Me interesa mucho más el que se relaciona con la actitud de enfrentarse al mundo y vivir.
¿Alguna vez has tenido la sensación de que tus días pasan sin pena ni gloria?, ¿confundes unos con otros y la noche y el día viene a ser casi igual?
Es posible que necesites rejuvenecer la forma en la que vives. Si recuerdas, de niños sentíamos ansias por vivir, seríamos capaces de comernos la vida de un solo bocado. Reíamos a carcajadas, nos divertíamos con el vuelo de una mosca, experimentábamos cosas nuevas con frecuencia…, ¿lo recuerdas?, ¿te gustaría volver a esa capacidad de disfrute y emoción?
Obviamente no tengo ninguna barita mágica, pero sí conozco varios tips que pueden ayudarte a rejuvenecer tu interior y sentirte más vivo/a.
El desgaste vital
No es casualidad que vivamos en un mundo donde los trastornos depresivos crecen a gran velocidad. Hemos olvidado cómo sentirnos bien, o lo que es peor, hemos dejado de hacer aquello que nos sienta bien por falta de tiempo, pereza o cualquier otra excusa que hayamos adoptado.
No perdemos la ilusión por cumplir años y envejecer, sino que envejecemos (al menos internamente) porque perdemos la ilusión por vivir. Te haces viejuno cada vez que te niega la oportunidad de sentirte vivo/a.
Con frecuencia nos aferramos a nuestros hábitos, sin cuestionarnos si estamos donde realmente queremos estar o si nos hemos convertido en quien deseábamos ser desde niños. ¿Hace cuánto que no pruebas algo nuevo?, ¿recuerdas lo que se siente al hacerlo?
- En mi caso, Ana, es que tengo demasiadas responsabilidades.
La carga social está muy presente en la forma en que vivimos nuestra vida, eso no te lo puedo negar. Sin embargo, como nos enseñó Pau Donés, VIVIR ES URGENTE.
Ganar tiempo para ti, para emplearlo en lo que realmente te hace feliz, vivir experiencias, arriesgarte de vez en cuando (con cabeza, obviamente), aullarle a la luna simplemente porque está ahí, reír, cantar, bailar, besar a quien quieres, hablar con quien admiras … Si no sacas tiempo ahora para esto ahora que estás vivo, ¿entonces cuándo?
Todas estas pequeñas o grandes acciones te ayudarán a rejuvenecer desde el interior. Si algo te mueve por dentro y no daña a nadie, no lo aplaces. No dejes tus decisiones para después, la vida no funciona así.
Como sabes, lo importante no son los años que vivimos, sino cómo los vivimos.
Por eso, precisamente, para ayudarte a rejuvenecer desde el interior, quiero compartirte los siguientes consejos.
8 tips esenciales para rejuvenecer y sentirse vivo:
1. Cambia el ángulo
¿Quieres un truquito rápido para rejuvenecer desde el interior? Cambia el ángulo en el que miras tu mundo.
Me viene a la cabeza la escena de la película El club de los poetas muertos, cuando suben a las mesas para coger esta perspectiva distinta.
- Oh capitán, mi capitán…
Agáchate, túmbate en el suelo o súbete a un taburete. También puedes cambiar el ángulo cambiando el orden en el que realizas tus rutinas. Por ejemplo, puedes vestirte de forma inversa a como lo sueles a hacer.
Pruébalo durante al menos una semana y después me cuentas en los comentarios si tu realidad sigue siendo la misma.
Es muy posible que el mero hecho de hacer estos pequeños cambios ya cambie tu humor.
2. Toma consciencia del momento presente en el que te encuentras
No sé tú, pero yo hay veces que ni recuerdo en qué día estoy. Si esto me pasa un par de días seguidos me paro, me tomo algo de tiempo y me reactivo. No quiero que mi mente ni mis emociones se acomoden a la monotonía y la rutina.
Por eso, para rejuvenecer tu interior es importante que aprecies los cambios sutiles de cada momento. Para ello, practicar Mindulness o técnicas de atención plena te serán de gran ayuda.
De hecho, los estudios demuestran que somos más felices cuando nuestros pensamientos concuerdan con la acción que estamos realizando. Es decir, estoy pensando y fijándome en lo que estoy haciendo.
No hagas como esas personas que repasan la lista de la compra mientras mantiene relaciones con su pareja. Eso sólo hará que conviertas en rutina y algo mecánico algo que puede ser apasionante y divertido. Es decir, que pierdas placer y diversión, te vuelvas viejuno/a interiormente.
Por eso, si vas a sacar tiempo para jugar con tu hijo, por ejemplo, haz solamente eso. Apaga el móvil y la tele y disfruta el momento. Fíjate en su voz, en sus gestos, en sus poses, trata de escanear el momento para preservarlo en tu memoria. De esta manera, el prestarle atención plena, lo convertirás en un momento de valor incalculable y lo disfrutarás más.
3. Encuentra la belleza de las pequeñas cosas que te rodean
Muy en relación con el ejercicio anterior, mirar con ojos de niño cada detalle hará que vuelvas a sorprenderte.
Me encanta recordar a mi hija cuando era un bebé y se pasaba el tiempo mirándose su mano, dejando caer objetos por el mero placer de observar lo que todavía no sabía era la gravedad.
La belleza de la vida sigue estando ahí, exactamente igual que cuando éramos niños. Sin embargo, el desgaste vital ha hecho que dejemos de apreciarla.
Trata de encontrar la sutil belleza de los objetos que te rodean (aprecia su color, su movimiento, su forma, la luz que lo baña, su textura, su olor…).
Permítete asombrarte con el funcionamiento de los objetos cercanos, con el minúsculo tamaño de sus piezas, con la belleza de sus formas… ¿De veras sabes cómo funciona todo lo que te rodea? Juega, inventa, fantasea con explicaciones que, aunque puedan ser absurdas, te ayudarán a rejuvenecer y mirar la vida con ojos de niños.
Por ejemplo, búscale distintas utilidades a los objetos que te rodean. Convierte un bote en un instrumento musical, unas sábanas en un fuerte, juega a que la flor de tu maceta es única y concede deseos…
Nuestro día a día está lleno de belleza que pasa desapercibida, decídete a encontrarla y jugar con ella.
4. Elige con quién quieres relacionarte
Varios estudios han señalado que se tiende a experimentar mayor felicidad, cuando se está con gente a la que se quiere que cuando se está en soledad.
De hecho, nuestra forma de ver el mundo es un promedio de las 5-6 personas con las que más nos relacionamos. Por eso, si tú rejuveneces emocionalmente, las personas cercanas a ti también lo harán de algún modo.
También sucede lo contrario. Si te vuelves tóxico/a o aburrido/a, o te rodeas de personas que lo son, es posible que te arrastren a ese estado. Por ello, rodéate de personas positivas, emprendedoras, buenas, valientes, creativas…
Recuerda tener cerca las personas a las que quieres y con las que te sientes querido. El amor se verá reflejado en tu vida y te ayudará a rejuvenecer tus emociones.
Que tus compañías no te amarguen o limiten tus ansias de volver a sentirte vivo/a.
5. Revisa tus hábitos
Sé que tú también lo sabes. No todos tus hábitos son buenos (los míos tampoco lo son).
Precisamente por eso, plantéate qué tres hábitos te perjudican y renuévalos por otros tres que sí sumen a tu felicidad.
Un buen truco para saber por cuáles sustituirlos es plantearse: Si hoy fuese tu último día de vida, ¿qué cosas te gustaría haber hecho?
Cuando los tengas claros, no las demores, haz que tu tiempo cuente cada día incorporando hábitos positivos.
Una reflexión que suelo pedirle a mis clientes es que cada noche se planteen: ¿qué ha habido hoy de bueno en mi vida?, ¿qué ha tenido que mereciera la pena? Procura que cada día tenga al menos 3 aspectos positivos por los que haya merecido la pena el día.
Sobre todo, al principio, suele costar encontrarlos, pero con la práctica se va cogiendo el tranquillo. Este sencillo ejercicio te ayudará a ir diferenciando unos días de otros y a sacarles el valor que tienen.
6. Cuida tu cuerpo y tu mente
Esto también lo sabes, rejuvenecer tu interior se relaciona mucho con eso de “mens sana in corpore sano”.
Practicar ejercicio o comer bien son elementos clave que te ayudarán a tonificar tu cuerpo y te aportarán energía. Además, te ayudarán a mantener la mente abierta y despejada.
Aprovecha siempre que puedas para aprender algo nuevo. No importa si es una nueva receta o una nueva ruta al trabajo, indaga, lee, empieza algún curso, habla con otras personas…
Estas sencillas acciones facilitarán la plasticidad de tus neuronas de la que tanto nos hablaba Punset. De hecho, te permitirá mantener activa la mente, crecer y rejuvenecer interiormente.
7. Selecciona la información que recibes
A diario recibimos información devastadora: guerras, fraudes, hambre… Pensamos que es la cruda realidad, pero sólo es un fragmento.
Los medios de comunicación olvidan la parte bella y amable de la realidad, pues opinan que no vende titulares. Por ejemplo, tras una catástrofe suele venir de la mano la solidaridad del pueblo.
Establece tu propio filtro y cuestiónate qué tipo de información y pensamientos quieres que te acompañen a lo largo del día.
De niño no veías las noticias a todas horas, ahora tampoco lo necesitas. Puedes estar informado de la realidad, hasta ahí perfecto, pero no la llenes sólo con noticias sensacionalistas.
Como sabes, tus pensamientos guiarán tus emociones y las acciones que tomarás cada día. Si sólo ves noticias catastróficas tu mente creerá que es la única realidad, cuando no es cierto. Cada día alguien salva la vida de alguien, surgen nuevos descubrimientos, alguien nace, gana un premio o recibe buenas noticias…
Hace años leí (no recuerdo dónde), que por cada calamidad que seamos testigos, podemos compensar su impacto con 3 noticias positivas. No sé si es cierto o no, pero desde luego hay que equilibrar la balanza de algún modo.
Recuerda que la información que recibes y cómo la interpretas crean tu mundo. Por eso, si cuidas la información que recibes, podrás poner pasión a tu vida y rejuvenecer.
8. Responsabilízate de tu forma de ver el mundo.
En muchas ocasiones no puedes cambiar lo que sucede, pero siempre puedes cambiar tu actitud ante lo que pasa. El cómo te enfrentas a las situaciones marcará la diferencia.
Volvamos a la infancia, ¿cuánto te duraban los enfados? En el parque los niños discuten, se enfadan, incluso a veces se pegan, pero al rato vuelven a jugar juntos. Es decir, se reponen rápido del dolor.
Lo que quiero decir es que quizás la vida te dé un balonazo en la cara, pero debes continuar. Es normal enfadarse y sentir dolor. De hecho, no hay fórmulas mágicas que eviten el sufrimiento. Antes jugabas, te caías, te rasgabas las rodillas y te sangraba la nariz, pero no perdías de vista que querías seguir jugando y ganar el partido. Veías el dolor como algo que formaba parte del juego, lo aceptabas y continuabas.
No se trata de lo que pasa a nuestro alrededor, sino dentro de nosotros. Responsabilízate de tu forma de ver el mundo, permitiéndote tener tus ratos buenos y tus días de mierda.
La juventud ante la vida no la da la escasez de años, sino la actitud que se siente ante ella.
Si quieres rejuvenecer, deja atrás los rencores, canta, salta, ríe, sueña, atrévete a probar cosas nuevas, sé impulsivo … y, en definitiva, siéntete vivo.
Para recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.
Autora:
Ana Hidalgo, psicóloga.
Ayudo a personas como tú a superar situaciones difíciles y salir fortalecido de ellas.
Para mejorar tu vida y aprender a disfrutar más, descárgate mi ebook gratuito Pon rumbo al cambio.
Muy bueno, gracias
Muchas gracias Elia
Hola Ana.Tengo.un defecto grande soy muy rencorosa y no lo.puedo evitar.Me dicen que debería cambiar pero me cuesta mucho hacerlo porque además desconfío de esas personas cuando me la hacen y ya no.vuelvo.a confiar más.Como dice el refrán quién hace un cesto hace un ciento creo que es así perdona si me confundo y no.es así exactamente.Guardo a veces tanto rencor que se que la máxima perjudicada soy yo porque sufro y me pongo.de mal humor y también quién esté conmigo. Porque se cansará de este defecto a la larga sino consigo controlarlo. Por eso me gustaria que me dieses algún consejo o.bien me mandases un artículo en el cual me orientases y ayudases para cambiar si es que se puede cambiar de alguna forma.Gracias.
Hola Carmen, muchas gracias por comentar y compartir tu experiencia.
Te dejo el enlace a otro artículo en el que hablo sobre el rencor, con la esperanza te sirva de ayuda.
Un saludo.
También puede interesarte este otro sobre quiero perdonar y no puedo.
Ánimo y saludos.
Excelente aportación para nuestros días.
Muchas gracias Filiberto, me alegra saber que te ha gustado.
Un saludo.