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Cómo llorar cuando no te salen las lágrimas

Autora: Ana Hidalgo

Hace un tiempo llegó a mi consulta una persona sumamente deprimida (llamémosla Juan) que se extrañaba de no poder llorar.

Llevaba tanto tiempo arrastrando una mala situación personal que, como él me decía, “se me han secado hasta las lágrimas”.

  • Ana, ¿cómo iba a saber que estaba tan mal si nunca lloro?, ¿no es eso lo que hacen las personas deprimidas?

No te equivoques, las lágrimas pueden ser una forma de expresión de tristeza y dolor, pero no es la única vía. Ya en su momento hablé sobre la relación de la ira y la depresión, por ejemplo, te animo a revisarlo.

Como sabes, las lágrimas no siempre reflejan tristeza. De hecho, podemos llorar de risa o estar muy tristes y ser incapaces de soltar una lágrima.

Importancia del llanto

Aunque las lágrimas pueden aportar simplemente una función biológica, como hidratar nuestros ojos, quiero centrarme en la importancia emocional y relacional que conlleva.

Si lo piensas durante un momento, ya desde bebés aprendemos a comunicar nuestras necesidades a través del llanto. Un bebé llora cuando tiene hambre, frío, sueño, alguna molestia o dolor, miedo…

De hecho, el llanto se convierte en una vía de comunicación necesaria para nuestra supervivencia.

Además, llorar tiene un efecto calmante y por eso precisamente, nos ayuda a favorecer nuestro autocuidado. Esto es así porque con el llanto liberamos oxitocina y endorfinas (que producen emociones placenteras) y activamos nuestros Sistema Nervioso Parasimpático (SNP) que nos aporta descanso tras un esfuerzo.

El llanto también nos puede ayudar a sentir el apoyo social. Por lo general, cuando vemos llorar a otra persona, tendemos a empatizar con su dolor y eso puede llevarnos a brindarle consuelo. De esta forma, el llanto también adquiere valor relacional.

Sin embargo, pese a que el llanto puede ayudarnos a sobrevivir, cuidarnos o conocernos, no todas las personas pueden llorar.

En algunos casos, esto puede suceder por un problema autoinmune que destruye las glándulas que producen las lágrimas. Me refiero a las personas que padecen el síndrome Sjögren.

Sin embargo, en el artículo de hoy, nos centraremos en personas que, aun pudiendo llorar físicamente, no pueden hacerlo o les cuesta mucho llorar, como le ocurría a Juan. Veamos por qué puede suceder esto.

Por qué me cuesta mucho llorar si quiero hacerlo

No llorar no significa ser frío, que algo no te importe o te encuentres bien. Igual que Juan, algunas personas llevan tiempo sufriendo, pero no se permiten parar a reparar su herida. Su familia, trabajo, responsabilidades diarias… pueden empujarles a seguir adelante y para ello deben desatender sus emociones, bloqueándolas. Por eso, con el tiempo, cuando esta situación les desborda, muchos de ellos no pueden desahogarse llorando. Han aprendido a contener el llanto hasta tal extremo que son incapaces de llorar.

Sin embargo, existen varios factores que pueden bloquear el llanto. Así, incluso cuando uno quiere llorar, no puede. Entre ellos quiero destacarte 4:

Roles de género

porque me cuesta mucho llorarSeguro que en más de una ocasión has oído eso de “los hombres no lloran”.

Hombres educados bajo estas creencias es posible que hayan aprendido a reprimir sus lágrimas como forma de marcar su hombría.

Al fin y al cabo, hay estudios que señalan que, a mayor testosterona, menos probabilidad de llorar. Por eso, de niños o ancianos, los hombres suelen usar más esta vía de expresión emocional.

Sin embargo, el llanto es, como hemos visto, una vía muy útil de expresión que no debería negársenos.

Personalmente lo considero una forma de pensar un tanto anticuada, y creo que todos tenemos derecho a expresarnos con lágrimas, pero obviamente, esto entra dentro de las creencias de cada persona. Ten en cuenta que en cada momento histórico y en cada lugar se destacarán unos valores u otros.

Ahora bien, como sabes, no hay emociones buenas ni malas, todas cumplen su función y, por lo general, las lágrimas es una forma de expresar algunas de ellas. Por eso, bajo mi punto de vista, quienes mantienen este tipo de creencias, deberían aprender otras vías de expresión emocional.

Factores culturales

También la edad puede marcar culturalmente si se nos permite llorar o no en determinadas circunstancias.

De hecho, a día de hoy, todavía sigo oyendo eso de “lloras como un bebé”.

Si somos niños, la sociedad nos da cierto cuartelillo a la hora de expresarnos por esta vía. Sin embargo, según crecemos, nos enseñan a limitar el llanto ante determinadas circunstancias.

Es probable que te hayas dado cuenta de que, culturalmente, no está bien visto llorar en determinados lugares o situaciones. Por ejemplo, está mal visto llorar en público si eres adulto y te sientes frustrado ante una situación laboral. Está mal visto ponerte a llorar si te das un pequeño golpe, aunque tú lo notes como un buen moratón. También lo está si tu llanto expresa envidia, estás en mitad de una fiesta o cualquier evento social. Por lo general, tendemos a pensar que “la gente no quiere que nuestras lágrimas corten el rollo”.

Es por eso que, a medida que crecemos, vamos aprendiendo a limitar nuestro llanto, para adaptarnos a las “exigencias sociales”.

Experiencias pasadas

Quizás en alguna ocasión tu llanto se desbordó en un contexto poco aceptado culturalmente. Esto puede haberte hecho sentir una peor sensación de debilidad, ser criticado, o simplemente tuvo malas consecuencias. De ahí, que tu mala experiencia pasada haya hecho que, a día de hoy, te cueste mucho llorar, especialmente delante de otros.

  • Ana, en mi caso es más que eso, yo no puedo llorar ni a solas ni, aunque esté triste.

En este caso, puede que hayas vivido alguna experiencia traumática de tal intensidad que las lágrimas te activen la conexión a esa experiencia. Serían algo así como el disparador que te hace recordar esa mala experiencia. En tales circunstancias, quizás tu mente bloquee tu llanto como mecanismo de defensa, para no traer de vuelta esos recuerdos.

Obviamente cada caso es distinto, pero es posible que, como ves, tu cuerpo quiera protegerte de algún otro posible peligro.

Incomprensión del problema

El caso más claro de entender este punto es cuando recibimos la noticia de la muete de un ser querido y entramos en shock. En esta primera fase, sabemos lo que ha ocurrido, pero todavía no lo hemos asimilado, no nos salen las lágrimas. Estamos tan impactados por la noticia que no terminamos de aceptarla.

En otros casos, algunas personas saben que tienen algún tipo de problema (una adicción, por ejemplo) a través de las advertencias que les dan sus seres queridos. Entienden que lo que les pasa puede ser grave, pero no lo sienten así. Por eso, al pensar sobre ese problema, en el daño que pueden estar generando en otros, son incapaces de llorar. Les falta la verdadera conciencia de lo que está pasando.

  • Sé que tengo un problema de adicción, y eso es algo triste, y me provoca nerviosismo, y malestar, pero al pensar sobre ello soy incapaz de llorar.

Este es uno de los problemas que podrían tener personas como Juan. No tienen tan interiorizado su propio problema como para llorar por el mismo. De hecho, quizás el hacerlo sería el hacerlo más patente y real, de ahí que su falta de llanto pueda servir de “autoprotección” para pasarlo por alto.

En otros casos, el no llorar puede deberse a no conectar con las propias emociones. Si eres incapaz de profundizar y sentirlas, no sabrás expresarlas. En estos casos, se produce igualmente una incomprensión del problema.

 

Por tanto, lo más probables es que si te cuesta mucho llorar, o incluso te es imposible, sea porque has bloqueado tus emociones o no tienes acceso a ellas. Entonces, ¿qué puedes hacer si quieres llorar y no te sale el llanto?, ¿qué hacer para desahogarte?

Cómo llorar cuando no te salen las lágrimas. Consejos para llorar

llorar cuando no sale

Si bien antes que nada aclararte que hay muchas formas de desahogarte sin necesidad de hacer aflorar el llanto. Por eso, es importante que además de ejercicios para provocar el llanto, te plantees el por qué es para ti tan importante que este fluya, ¿si pudieras aliviarte de otra forma, también te serviría?

Una vez hecha esta reflexión, te comparto estrategias muy variopintas que pueden ayudar a hacer fluir tus lágrimas o emociones.

Siente el bloqueo y déjalo pasar

En ocasiones, no nos permitimos ver nuestro bloqueo emocional como algo normal. Esto mismo hace que nos produzca ansiedad y desviemos nuestra atención para protegernos.

Permítete sentir y aceptar que en estos momentos estás bloqueado y que no pasa nada por ello. Tu cuerpo es listo y si tu malestar no sale a través de las lágrimas saldrá por otra vía.

Párate un momento, respira hondo y revisa tu bloqueo, ¿dónde lo sientes con más fuerza?, ¿qué forma tiene?, ¿y color?, ¿cómo podrías representarlo?…

Puedes expresarlo a través de tu cuerpo, cambiando tu postura o usando el movimiento; también puedes cantarlo, dibujarlo, expresarlo con una construcción lego…

En consulta veo a personas como Juan que, una vez abren las compuertas de su expresión emocional (por la vía que sea), su capacidad de expresarse a través de lágrimas vuelve de forma natural.

Hablar en voz alta puede ayudarte a conocer dónde está tu bloqueo. Di en voz alta qué te preocupa, entristece, enfada… Expresa tus emociones sin juzgarlas y conecta con ellas.

Esto puedes hacerlo a solas para sentirte más libre, y también con alguien que sea de tu confianza, desde un familiar o amiga hasta un psicólogo en el contexto de una terapia. A este respecto, ya sabes que me tienes a tu disposición si así lo deseas.

Corta cebollas

Lo sé, puede sonar muy tonto, peo a veces permite el arranque de las lágrimas. Una vez comiencen (aunque sea por la irritación lagrimal que produce cortar cebollas), puedes aprovecharla para expresar tus emociones.

Cuidado con los paralelismos a la hora de buscar formas para arrancar el llanto. Por si se te ocurrió autolesionarte para sentir dolor y arrancar tu llanto, te adelanto que no es buena idea. De hecho, no lo recomiendo en absoluto. Las autolesiones pueden acabar en algo serio. No queremos que cada vez que tengas una emoción molesta o ganas de llorar tengas que causarte ningún dolor.

Si esto te ocurriese, por favor acude a terapia cuanto antes, puede que detrás se esté cociendo algún trastorno importante como el trastorno límite de la personalidad o el trastorno histriónico.

Como verás, en este mismo artículo te comparto otras muchas formas efectivas y menos dañinas.

Mira pelis tristes o escucha canciones tristes

A mis clientes suelo recomendarles que tengan distintos playlist o listas de reproducción. Unas serán para momentos felices, otras con canciones que te llenen de energía, y otras para hacer aflorar las lágrimas y descargarse emocionalmente.

¿Sabes cuáles son las canciones que te ponen tristes y te hacen llorar?, ¿qué películas, libros o dramas en general te facilitan el llanto?

Si tras visionarlas o escucharlas te quedas con la congoja y siguen sin salirte las lágrimas, te animo a pegar un buen grito o poner tu cuerpo en movimiento para sacar la energía que retiene.

Que no te asuste sacar tu lado salvaje

Obviamente, sin dañar a nadie.

Una técnica que se enseña a los niños para el manejo de sus emociones a través de la psicomotricidad consiste en aprender a desahogarse a través de “la agresividad controlada”.

Se les suele pedir que hagan construcciones con bloques de cojines y gomaespuma y después los golpeen hasta destrozarlos.

Como es muy probable que no tengas este tipo de bloques en casa, puedes usar lo que sí tienes cerca. Por ejemplo, tus almohadas o cojines.

También puedes hacer un dibujo o una narración que exprese cómo te sientes y después romperla en mil pedazos.

Las clases de boxeo, por ejemplo, serían también bienvenidas en esta línea para lograr el desahogo emocional.

Explora tu entorno

Si bien en algunos países como Japón, existen lugares específicos donde ir a llorar (Clubs de llanto), en España también han surgido ciertas iniciativas parecidas.

En octubre de 2021, por ejemplo, se abrió en Madrid un espacio donde poder acudir a llorar para visualizar la salud mental. Si bien este espacio estuvo abierto sólo unos días y servía para promocionar una empresa de terapia online, la idea, al igual que la de los clubs japoneses, es bastante buena.

Se trata de romper el estigma de llorar en público o aprender a sacarle partido al llorar acompañado. En realidad, aunque pueda sonar un tanto raro o macabro, es algo que llevamos haciendo siglos. Esto mismo ocurre en velatorios y funerales y el llanto de otro facilita el propio.

De igual modo, si has estado cerca de varios bebés a la vez, lo habrás visto. Muchas veces cuando uno empieza a llorar los otros le siguen por empatía. Es decir, podemos evocar el llanto a través del de otros.

Ahora bien, ¿por qué te cuento esto? Porque es muy probable que en tu entorno haya terapias de grupos para personas con los mismos problemas concretos que tú puedas tener. El compartir tu dolor y escuchar el suyo puede ayudarte no sólo a llorar, sino a expresar tus emociones y reponerte.

De igual modo, como te decía unos párrafos más arriba, el hablar sobre lo que te sucede (con independencia de que el llanto llegue o no), te ayudará a ir colocando tus emociones y entenderlas. Por eso, una terapia individual también te puede servir para manejar ese malestar que sientes y te cuesta expresar. Ya sabes que, estaré encantada de trabajar contigo dentro del contexto de una terapia y acompañarte en este proceso si así lo deseas.

 

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