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Es grave, aférrate a la terapia si padeces TLP

Autora: Ana Hidalgo

Las dos ideas que quiero que te lleves de este artículo sobre el trastorno límite de la personalidad son: es grave y hay esperanza.

El TLP o trastorno límite de la personalidad es un trastorno mental grave del que se habla poco, pese a afectar aproximadamente al 2% de la población. Es por eso que hoy quería darle un poco de visibilidad.

¿Por qué digo que es grave el trastorno límite de la personalidad?

Decir que es grave el trastorno límite de la personalidad puede sonarte a alarmista o subjetivo, pero no es así. Es grave porque en torno al 70-80% de las personas que lo padecen intentan suicidarse.

Además, debido a la inestabilidad que conlleva, genera gran sufrimiento a quien lo padece y a sus allegados. De hecho, dificulta la vida social, familiar, sentimental, laboral, además de conllevar un gran dolor y relaciones interpersonales muy dañadas.

Se trata de un problema mental grave y crónico donde las conductas autolesivas son frecuentes como expresión de la angustia desbordada que sienten estos pacientes.

¿Cómo podrían describirse a las personas con TLP?

Desde fuera, con frecuencia se ve a estas personas como intensas, manipuladoras, mentirosas, agresivas, con falta de límites, dramáticas… Como puedes imaginar, esto suelo conllevar que muchas personas se alejen de estas relaciones, acentuando el miedo al abandono.

Sin embargo, tras esta apariencia de “ogros”, hay mucho dolor y muchos mecanismos de defensa.

De hecho, las personas con trastorno límite de la personalidad sufren de inestabilidad emocional extrema. Es más, les cuesta muchísimo manejar la frustración, saber quiénes son, relacionarse, diferenciarse de otros… Por esto, ellas mismas suelen verse como personas vacías, raras o especiales y tienen un autoconcepto dañado y distorsionado.

Las personas con TLP suelen tener una autoestima muy dañada, pensamientos dicotómicos (tipo “todo o nada”), cambios de humor frecuentes…

Al sentir de forma más intensa, tanto lo bueno como lo malo, su inestabilidad emocional se acentúa. Por eso, cualquier pequeño agravio pueden interpretarlo como una ofensa muy grave debido a su alta vulnerabilidad.

Cuando las emociones se desbordan buscan una vía de escape, pero al no tener muchas habilidades en la solución de problemas o el control de la frustración, las soluciones que encuentran suelen complicarles aún más la vida. Por ejemplo, pueden hacerse cortes para escapar de su cuerpo, meterse en peleas, abusar de sustancias para evadirse…

Las personas con TLP pueden parecer manipuladoras o chaqueteras dado que cambian sus gustos, conductas y preferencias a fin de encajar con los demás. De hecho, en muchas ocasiones adularán más de la cuenta a fin de encajar o compensar alguna ofensa anterior. Sin embargo, no suelen hacerlo con afán de sentirse superior o ridiculizar, sino que suelen ser formas de evitar decepcionarse.

Como leí hace tiempo, “son como personas con quemaduras por todo el cuerpo, que al mínimo roce sienten un dolor inmenso”.

¿Cuáles son los criterios diagnósticos para el TLP?

El diagnóstico del trastorno límite de la personalidad no es sencillo, dado que puede coexistir o equivocarse con otras dolencias. Es por eso que, aunque aquí te comparta los criterios diagnósticos más comunes, no deberías tomarlos a la ligera. Su diagnóstico debe ser realizado siempre por un profesional.

Según el Manual Diagnóstico DSM-V, este trastorno se manifiesta por cinco o más de los siguientes ítems:

  • Esfuerzos desesperados para evitar un abandono real o imaginario.
  • Patrón de relaciones inestables e intensas donde se alterna entre los extremos de idealización y devaluación.
  • Alteración de la identidad y sentido de sí mismo persistentemente inestable.
  • Impulsividad en al menos dos áreas dañinas para sí mismo (por ejemplo, gastos, sexo, abuso de sustancias, atracones…).
  • Automutilación o amenazas suicidas recurrentes.
  • Inestabilidad afectiva debida a reactividad notable del estado del ánimo (por ejemplo, episodios de intensa ansiedad o irritabilidad que suele durar horas).
  • Sentimientos crónicos de vacío.
  • Ira inapropiada e intensa y dificultades para controlarla.
  • Ideas paranoides transitorias relacionadas con el estrés o síntomas disociativos graves.

En cualquier caso, estas características aquí descritas deben darse durante años de forma persistente e intensa.

¿Hay tratamiento?

Sí, se puede mejorar mucho la calidad de vida de las personas con trastorno límite de la personalidad.

El TLP requiere de tratamiento farmacológico y psicológico continuado. Es importante que las personas con este trastorno se den cuenta de cómo la forma en que manejan sus emociones les afecta a ellos y a las personas con las que se relacionan, y viceversa.

Fortalecer su autoestima, adquirir herramientas para el manejo emocional, educarse sobre los distintos mecanismos de defensa, descubrir la persona que en realidad son, revisar su necesidad de encajar y su miedo al abandono… son algunas de las tareas que tendrán que abordar en terapia.

El tratamiento será largo, pero merecerá la pena.

Ahora bien, es fundamental no confiarse ante los progresos. Muchas personas abandonan el tratamiento antes de tiempo y al verse “solos ante el peligro de vivir” pueden recaer.

Iniciaba este artículo diciendo que el trastorno límite de la personalidad es grave y tiene esperanza. Por eso, precisamente, subrayaba que, si tienes TLP, debes aferrarte a la terapia. Ya sabes que si necesitas mi ayuda profesional me tienes a tu disposición.

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