google-site-verification: google7dcda757e565a307.html

El amor propio te cuida

Autora: Ana Hidalgo

El amor propio es tu mejor vacuna contra malas relaciones, personas tóxicas y fracasos amorosos.

Cuando te hablo de amor propio no me refiero sólo a tener una fuerte autoestima, sino a algo más. Me refiero a quererte y aceptarte de forma incondicional, con tu lado bueno y el no tan bueno.

Si sabes cuánto vales, y es mucho ya te lo adelanto yo, es más difícil que permitas que otros te traten como si no tuvieses valor. Ojo, nadie está libre de caer en una relación tóxica o de maltrato, igual que nadie está libre de padecer un cáncer, por ejemplo. De hecho, hay veces que caemos en relaciones tóxicas incluso dentro de nuestro propio entorno familiar.Y es que, hay cosas que simplemente suceden.

Ahora bien, igual que sabes que si cuidas tu alimentación o haces ejercicio de forma regular estás protegiendo a tu cuerpo de enfermedades, si cuidas tu amor propio estarás cuidando de tu salud emocional.

No confundas tener amor propio con ser una persona narcisista

Algunas personas creen que si se valoran mucho acabarán siendo engreídas, egocéntricas, o incluso narcisistas. Sin embargo, el amor propio no trata de eso. No se trata de creerse superior a otros, sino de saber y entender que cada persona es valiosa en sí misma.

Todos y cada uno de nosotros tienes más habilidades en algo que otros no tienen, y viceversa.

Por eso precisamente, el amor propio no trata de compararte con nadie más. Por el contrario, trata de sacar la mejor versión de ti mismo al aceptarte tal cual eres. Por ejemplo, sólo si acepto que soy bueno en algo puedo sacar provecho de ese algo. De igual modo, sólo si reconozco que no se me da bien algo puedo esforzarme por mejorar.

¿Por qué el amor propio te cuida de malas relaciones?

Cuando nos relacionamos con los demás, la forma en que nos tratamos a nosotros mismos marca el límite con el que permitimos que otros nos traten.

Por ejemplo, si nos insultamos a nosotros mismos, es muy probable que no nos extrañe que otros también lo hagan.

Si sabes quién eres y te tienes amor propio, no creerás las palabras hostiles que puedas escuchar hacia tu persona.

De igual modo, si no tienes amor propio y te exiges demasiado, probablemente tampoco te veas suficiente para otras personas. Es decir, es más fácil que te conformes con aquellas personas que te presten un mínimo de atención o te den migajas de cariño. Obviamente, esta falta de amor propio puede llevarte a caer en malas relaciones.

Es probable que si no te crees suficientes pienses que necesitas depender de otros o tener su aprobación. Imagina cómo esto puede influirte a la hora de elegir pareja.

Nos vinculamos afectivamente con las personas que creemos “están a nuestra altura o alcance”. Si tu listón está muy bajo porque no te quieres lo suficiente, estás abriendo las puertas a que se cuelen en tu vida personas tóxicas.

Por otro lado, si a esto le añadimos que, para salir de una relación amorosa necesitamos creernos capaces de poder hacerlo, te será más complicado salir de una mala relación si no tienes amor propio.

Por tanto, es mejor que tu pareja sientas que la eliges, con lo bueno y lo malo que tiene, en lugar de sentir que la necesitas como tu salvador/a de vida o como tu complemento.

Si sabes quién eres y cuánto vales, te sentirás completo, con ciertas imperfecciones, como todo el mundo, pero increíble.

Qué puedes hacer para mejorar tu amor propio

Una de las tareas más importantes para tener un amor propio saludable y fuerte es cuidar tu discurso interior. Ya en otro artículo hablé sobre la importancia de las palabras en la autoestima, te animo a echarle un vistazo.

Por otro lado, ten paciencia, el amor propio se cultiva día a día y tarda un poco en dar sus frutos. Ten en cuenta que es posible que tengas muchas heridas del pasado abiertas que te han llevado a descuidarlo. Quizás malas experiencias, hábitos familiares adquiridos poco saludables… Ten paciencia, tú también puedes tener un gran amor propio.

Además, como el amor propio consiste en quererse de forma incondicional y aceptarse, será importante recordar que no eres todopoderoso/a. Es decir, que de vez en cuando te vendrá muy bien pedir ayuda.

Practica tus derechos asertivos (ya te he hablado de ellos en otros artículos), recuerda que tienes derecho a priorizarte, cuidarte y mimarte.

Aprende más sobre ti cada día y actualízate. ¿Verdad que ya no tienes los mismos intereses que cuando tenías 8 años? Sé consciente de que vas evolucionando con el paso del tiempo y tus nuevas experiencias. No mantengas tus antiguas etiquetas.

Usa el perdón a tu favor. No mantengas antiguas heridas abiertas contigo mismo/a. Que metiste la pata, ¿y quién no? Eso tan sólo quiere decir que en esos momentos no tenías la visión global que tienes ahora y pensaste que una opción era mejor que otra cuando no era así. No pasa nada por equivocarse, perdónate y aprende de la experiencia.

Cargando ...
Compártelo con tus amigos