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Consejos para proteger tu salud emocional y mental de familiares tóxicos

Relaciones tóxicas hay de muchos estilos, y una de las que más daño puede hacernos son las relaciones tóxicas familiares.

Casi siempre hemos oído hablar de relaciones tóxicas de pareja, o incluso laborales (por eso del mobbing y el acoso laboral). Sin embargo, en muchas ocasiones “el enemigo” está dentro de nuestro propio entorno familiar. De hecho, ya hablé en su día de madres narcisistas y el daño que pueden llegar a hacer este tipo de relaciones.

Hoy, quiero hablarte de relaciones familiares tóxicas donde no tiene por qué existir necesariamente una persona con algún tipo de patología. Si me lo permites, en este artículo, exploraremos juntos cómo hacer frente a las relaciones tóxicas familiares.

Y es que, nos guste o no, las relaciones familiares son fundamentales en nuestra vida. Al fin y al cabo, nos acompañan durante gran parte de la misma. Sin embargo, como veremos, hay momentos en que estas relaciones pueden ser tóxicas y dañinas y pueden afectar negativamente a nuestra salud emocional y mental.

Qué son las relaciones tóxicas familiares

protégete de las relaciones tóxicasUna relación familiar tóxica es aquella en la que hay patrones de comportamiento dañinos para la salud de sus miembros. De hecho, las relaciones tóxicas familiares pueden afectar negativamente a la salud emocional, mental y física. Es importante detectar este tipo de relaciones tanto para nuestro bienestar personal, como para el de nuestros hijos.

Cómo saber si mi relación familiar es tóxica

Como ya hablamos en otro artículo, a veces no es sencillo saber si estás dentro de una relación saludable. Las relaciones familiares tóxicas pueden ser manifestadas de diferentes maneras, tales como la invalidación emocional, los insultos, el acoso, la falta de límites y la manipulación. Estos patrones de comportamiento pueden ser perpetrados por cualquier miembro de la familia, como los padres, los hermanos, los abuelos o los tíos y no siempre son fáciles de identificar.

De hecho, las personas que crecieron en entornos familiares tóxicos tienden a normalizar estos patrones de comportamiento. Con frecuencia, no reconocen su toxicidad familiar hasta que están expuestas a relaciones más saludables. Es por eso que, quizás estés dentro de una relación tóxica familiar y no te hayas dado cuenta.

¿Recuerdas la metáfora de la ranita y el agua caliente? Si echas una rana dentro de una cazuela hirviendo, la rana sencillamente escapa saltando ante el calor intenso que siente. Sin embargo, si la dejas en la cazuela y haces que esta se vaya calentando poco a poco, la rana no intenta huir, se va aclimatando poco a poco a lo que le sucede.

En las relaciones familiares tóxicas ocurre exactamente lo mismo. Se van gestando desde la más tierna infancia y es posible que muchas de sus alertas te pasen desapercibidas. Al fin y al cabo, es probable que las hayas normalizado. Por eso mismo, antes de mostrarte cómo hacer frente a las relaciones tóxicas familiares, es importante que averigües si estás o no dentro de una de ellas.

Indicativos de relaciones tóxicas familiares

Como te comentaba, reconocer si tu familia es tóxica puede ser difícil, especialmente si estás acostumbrado a los patrones de comportamiento que se han desarrollado a lo largo del tiempo. Para que puedas identificar estos comportamientos, te enumero algunas señales que pueden indicar una relación familiar tóxica.

Comunicación negativa:

Si en tu familia hay una falta de comunicación efectiva, se ignoran las emociones y opiniones de los demás, se grita, se insulta o se culpa a los demás, esto puede ser una señal de una relación tóxica familiar.

Obviamente, no todas las familias que no saben comunicar emociones son tóxicas, la clave está en las formas de comunicarse. Es decir, en los insultos, gritos, manipulación… Si a tu padre/madre/tío/hermano… les pierden las formas al hablar, está actuando de forma tóxica, con una comunicación negativa. Como ya te comenté en otro artículo, las palabras pueden hacer tanto daño como las agresiones físicas.

Control y manipulación:

Si algún miembro de la familia tiene la necesidad de controlar todo lo que ocurre, desde lo que come cada uno, hasta las decisiones importantes, esto también puede ser indicativo de una relación tóxica familiar.

De igual modo, si manipula y usa la culpa para obtener lo que quiere, está teniendo un comportamiento tóxico. Aquí, al hablar de culpa, no me refiero únicamente a acusar directamente a algún miembro de la familia para obtener algo, sino también al empleo de la manipulación emocional, al ponerse de víctima constante para recibir atención o aquello que se quiera.

Mucho cuidado con las personas manipuladoras y controladoras en general, pueden llevarte a hacer aquello que no deseas.

Falta de límites:

Si los miembros de tu familia no respetan los límites personales, físicos y emocionales de los demás, esto puede ser una señal de una relación tóxica familiar.

Algunos de mis clientes me comentan en muchas ocasiones cómo sus familiares no respetan sus límites. Me cuentan, por ejemplo, cómo abuelos tratan de imponer su forma de educar a sus hijos. No faltan tampoco los hijos que exigen a sus padres de forma tirana. Es más, también me cuentan de cuñados que opinan hasta de cómo deben llevar la casa a cualquier nivel.

Mucho cuidado con aguantar por aguantar, esto te irá desgastando y dará precedente a los demás para que se sientan con derecho a seguir tratándote así. Es decir, como si tú no fueses capaz de manejar tu vida y ellos pudieran decidir por ti. ¿Seguro que quieres que sean ellos quien decidan tu vida?

Abuso emocional y/o físico:

Si experimentas críticas constantes, acoso, humillaciones, insultos o amenazas, esto es una señal de una relación tóxica.

Algunas personas me comentan que, pese a ser adultos, sus padres les siguen dando empujones, pellizcos, cachetes… y todo ello cada vez que no cumplen sus deseos o expectativas. Obviamente, están en una relación abusiva o tóxica.

Recuerda que el abuso, sea del tipo que sea, o proceda de quien proceda, es un signo de relación tóxica.

Negación de problemas:

Si en tu familia hay problemas emocionales, físicos o de comportamiento, pero se niegan a reconocerlos y trabajar en ellos, esto puede ser una señal de una relación familiar tóxica.

Es más, es probable que sólo se vean los problemas de algún miembro de la familia, pero no de otros. Sentir el rol de víctima o de alguien superpoderoso/a a quien no se le permite fallar, es una carga enorme.

Las familias que tienden a emplear este tipo de etiquetas entre sus miembros, pueden estar cayendo en relaciones tóxicas familiares. Al fin y al cabo, no se permite a sus miembros expresarse o ser como son. Cuando esto ocurre, es normal sentirse evaluados por ellos constantemente.

Invalidación emocional:

Llegamos ahora un clásico de las relaciones tóxicas familiares, la invalidación emocional. Si tus emociones, pensamientos y necesidades son ignorados o minimizados, o si te hacen sentir culpable por tener ciertas emociones, ten claro que esto suele ser una señal de una relación tóxica familiar.

Cada uno siente lo que siente, eso no es cuestionable. Puedes sentir frío, aunque el termostato marque 30 º, y puedes sentirte triste, aunque los demás no entiendan tus motivos. Recuerda tus derechos asertivos. Si con frecuencia tus familiares se los saltan a la torera, probablemente tienes una relación familiar tóxica. Como sabes, mantenerte dentro de cualquier relación tóxica te acabará dañando emocionalmente.

Favoritismo:

Si un miembro de la familia es el favorito o se le da un trato preferencial, esto puede ser una señal de una relación tóxica familiar.

A todos nos gusta sentirnos tratados bien, y con cierta equidad en el trato. Cuando a uno se le endiosa y a otro se le demoniza, es posible que se esté haciendo sufrir a los dos. Es más, es una forma de cultivar el mal rollo entre ambas personas. Es decir, se está fomentando una relación familiar tóxica a corto y largo plazo.

El tener favoritos no beneficia a nadie, ni tan siquiera a quien es elegido para el trato de favor. Por un lado, no le muestra la realidad que va a encontrar fuera del núcleo familiar (no siempre será visto por los demás como un dios), y, por otro lado, puede ser visto con recelo por parte del resto de familiares, por lo que será más difícil su integración con ellos.

Además, el trato de favor hacia alguien ayuda a dañar la autoestima de quien no recibe este favoritismo. Por eso, si en tu entorno familiar se tiende a seguir este juego del favorito, es probable que se esté incubando una relación familiar tóxica.

Si has identificado alguna de estas señales en tu familia, es importante tomar medidas para abordar la situación. A continuación, te muestro algunos consejos para hacer frente a las relaciones familiares tóxicas.

Cómo hacer frente a las relaciones tóxicas familiares

el amor propio te cuida de relaciones tóxicas familiares Si tus relaciones son tóxicas, reconoce el problema

El primer paso para hacer frente a una relación familiar tóxica es reconocer que existe un problema. Puede ser difícil aceptar que alguien a quien amas y respetas es capaz de comportarse de una manera destructiva y dañina, pero es importante entender que estas conductas no son normales y no deben ser toleradas.

Identifica los patrones de comportamiento tóxico en la relación. Como ya hemos visto, estos pueden incluir críticas constantes, insultos, humillaciones, manipulación emocional, gritos, amenazas, golpes, empujones, exclusión, rechazo y control excesivo.

Si puedes, fíjate en qué situaciones se suelen dar más, quiénes están presentes, cómo reacciona la familia ante ello… Esto te permitirá entender mejor el problema y su gravedad.

Establece límites saludables

Una vez que hayas identificado los patrones de comportamiento tóxico en la relación, es importante establecer límites saludables. Estos límites son esenciales para protegerte de los comportamientos destructivos y dañinos de los miembros de tu familia.

Establece límites claros y directos en cuanto a lo que estás dispuesto a aceptar y lo que no. Por ejemplo, puedes establecer límites sobre cómo deseas ser tratado, cuánto tiempo deseas pasar en su compañía y qué temas están fuera de los límites de discusión.

Recuerda que es importante ser firme en tus límites y no permitir que los miembros de tu familia te manipulen para que los cambies. Como ya comenté en otro artículo, una autoestima fuerte te cuida de malas relaciones.

Busca apoyo emocional fuera de la familia

Es importante tener en cuenta que no siempre puedes contar con tu familia para brindarte el apoyo emocional que necesitas. Si te sientes aislado o no tienes a nadie con quien hablar, busca apoyo emocional fuera de la familia.

Busca amigos, compañeros de trabajo o un profesional de la salud mental y emocional. Los psicólogos podemos ayudarte a lidiar con los problemas emocionales y psicológicos que surgen de las relaciones tóxicas familiares. Ya sabes a esto respecto que estoy a tu disposición 😉

Mantén la perspectiva

Cuando estás en una relación familiar tóxica, puede ser fácil perder la perspectiva. Puedes comenzar a creer que el comportamiento destructivo y dañino es normal o que es culpa tuya. Es importante recordar que la relación no es normal y que no es tu culpa.

Mantén la perspectiva sobre la situación y recuerda que tienes derecho a ser tratado con respeto y dignidad. No permitas que los comportamientos destructivos y dañinos te hagan sentir menos valioso o digno. Tú vales tanto como cualquier otra persona, no lo olvides.

No trates de cambiar a los miembros de tu familia

Lo sé, es tentador intentar cambiar a los miembros de tu familia para que mejore la relación. Es posible que creas que puedes hacer que se comporten de manera más saludable y positiva. Sin embargo, esta idea, aunque bienintencionada, a menudo lleva a la frustración y la decepción.

Recuerda que no puedes cambiar a nadie, excepto a ti mismo. Trata de centrarte en cambiar tu propia respuesta a la situación en lugar de tratar de cambiar a los demás.

A veces el cambio en uno mismo es suficiente estímulo para que la situación cambie. Al fin y al cabo, somos un sistema, y el cambio de uno de sus elementos genera cambios. En cualquier caso, recuerda que no es tu responsabilidad el que los demás cambie.

Tu cambio de comportamiento/actitud ante los comportamientos tóxicos de tus familiares irá dirigido a mejorar tu bienestar y salud.

Define bien tu concepto de familia

Cuando las relaciones tóxicas familiares son muy dañinas, suelo animar a mis clientes a redefinir su concepto de familia. Es importante recordar de vez en cuando que no es lo mismo pariente que familia.

Por lo general, a un familiar le pedimos mucho más: que sea alguien que esté en tu vida para lo bueno y lo malo y que sume. Sin embargo, a un pariente no le pedimos tanto. Asumimos que es alguien que te ha tocado conocer, pero no necesariamente tiene por qué estar involucrado en tu vida.

Personalmente, soy de la opinión de que a la familia se la escoge, a los parientes, no.

Para mí, puede ser mucho más familia una buena amiga, que alguien que no se involucre en tu vida de forma positiva pese a que puedan existir lazos de sangre. El “título” de familia es algo que hay que ganarse, el de pariente, viene asignado socialmente.

Obviamente, este es un punto de vista personal, cada uno debe revisar su propio concepto y adaptarlo a sus creencias y valores.

En cualquier caso, si necesitas ayuda a la hora de poner alguna de estas estrategias para proteger tu salud de relaciones tóxicas familiares, ya sabes que puedes contar conmigo.

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