google-site-verification: google7dcda757e565a307.html

Cómo retomar las riendas de mi vida

Autora: Ana Hidalgo

No sé quién manda en mi vida, tengo la sensación de que se me escapa de las manos.

¿Te has sentido así alguna vez? Yo debo reconocerte que sí, y muchos de mis clientes también.

Por fortuna, todos podemos retomar las riendas de nuestra vida. Hoy te cuento cómo lo hice yo y cómo puedes hacerlo tú.

No sé quién manda en mi vida ni qué hacer para solucionarlo

Si me sigues desde hace tiempo, probablemente sepas que no siempre me dediqué a la psicología a tiempo completo.

Las jornadas me parecían interminables, no tenía tiempo para mi hija o para mí, parecía que la vida me arrastraba.

Tenía muchos planes y proyectos, pero no sabía cómo ponerlos en marcha. Me sentía sin energía y echaba la culpa a las circunstancias, al trabajo, a la vida…

Había olvidado algo muy importante, coger las riendas de mi vida.

Si también te descubres afirmando eso de no sé quién manda en mi vida, quizás sea el momento de reformularla.

En mi caso, acababa de salir de una relación dolorosa, mi trabajo no me llenaba y me consumía casi todo mi tiempo, me estaba perdiendo la infancia de mi hija, y para colmo, la salud de mis familiares estaba delicada en esos momentos.

Me sentía como un hámster atrapado en su jaula. Cada día me esforzaba por mover la misma rueda que no me llevaba a ningún lugar.

Desde luego, estaba muy lejos de lograr mis sueños y montar mi propio centro de psicología, o eso creía yo. Sin embargo, no era cierto, mi realidad estaba enfocada desde el pequeño agujero por el que la miraba. Tenía muchas más opciones ante mí, pero no las veía o no me atrevía a contemplarlas.

En consulta muchas veces me encuentro con personas que están en la misma situación que yo estuve:
  • Ana, no sé quién manda en mi vida. Estoy atrapada en una relación que no funciona y no sé salir de ella.
  • Odio mi trabajo, pero cada mañana sigo repitiendo aquello que no me gusta una y otra vez.
  • Mi vida no se parece en nada a lo que yo quería tener, estoy atrapado.

Aunque ellos no lo saben, al decir estas palabras en voz alta están dando el primer paso. Están aceptando su problema y mostrando su interés en cambiarlo.

De problema a problemón

En estos casos, es común que la insatisfacción con la situación nos haga enfadarnos con nosotros mismos.

Comenzamos a estar un poco más irascibles, quejicas, amargados… Quizás hayas notado que comes peor, te cuidas menos, o sientas que los demás van a por ti.

Sin embargo, simplemente es tu yo interior que te habla para decirte que toca mover pieza.

El no sé quién manda en mi vida puede transformarse en no sé para qué vivo si no tienes cuidado. Fíjate que este ya es un tema mucho más serio, puede arrastrarte a una depresión grave.

Como no quiero que pases de un problema a un problemón, abre bien los ojos y prestes atención.

¿Quieres retomar las riendas de tu vida? Tan sólo tienes que cogerlas.

Aunque quizás lo hayas olvidado como me sucedió a mí, el motor de tu vida eres y siempre serás tú. Ni una pareja, ni los hijos, ni tu trabajo, tan sólo tú. Es más, tus actitudes, pensamientos y decisiones son los que están marcando tu vida.

Quizás estés como estuve yo, mirando tu realidad desde un punto de vista muy limitado. Sin embargo, hay muchos más enfoques.

Yo, por ejemplo, pensaba que abrir mi propio centro sería imposible. Creía que tenía que tener grandes ahorros para hacerlo, que no podía conseguir ese dinero sin trabajar para otros y, al hacerlo, agotaba tanto mis energías que me resultaba imposible ponerme a pensar en proyectos al llegar a casa.

Es decir, veía las excusas con más claridad que la realidad.
  • Ana, lo mío no son excusas, es la realidad y por eso no sé quién manda en mi vida.

No te voy a negar que las circunstancias tienen su peso, ni que las excusas tengan su parte de verdad. Sin embargo, no es la única realidad posible.

¿No te lo crees? Hagamos una prueba.

Cómo diferenciar excusas de realidad

Piensa en el motivo que tanto das y que te evita hacer algo que quieres hacer. Puede ser el miedo a perder un trabajo, a la soledad, a fallar a otros…

Ahora bien, imagina que ocurre algo mucho más gordo de eso que tanto te asusta. Cuando no hay más opciones, encontramos soluciones y descartamos excusas.

En mi caso, tuvieron que llegar varios acontecimientos importantes en mi vida para que me diera cuenta de que estaba donde no quería estar. Pararme a ver mi realidad sin excusas es lo que me ayudó a retomar las riendas.

Si te asusta por ejemplo perder el trabajo, plantéate ¿qué harías si te echan?, ¿crees que saldrías de esa situación? Ya te digo yo que sí, quizás lo pasaras mal un tiempo, pero encontrarías la forma de salir. Somos capaces de reinventarnos con más facilidad de lo que nos creemos, sin embargo, nos han educado en el miedo.

Si hace un año nos hubieran dicho que íbamos a pasar por esta brutal pandemia y que estaríamos confinados tanto tiempo, seguro que habríamos creído que era imposible.

Sin embargo, aquí estamos, superando dificultades cada día y con sentido del humor. Seguro que tú también has recibido decenas de memes echándole ingenio a la situación.

Plantéate, ¿qué es lo peor que podría ocurrir?, ¿cómo te las apañarías? Verás cómo existen muchas más alternativas de las que pensabas.

Cómo retomar las riendas de mi vida

retomar las riendas de mi vidaLa realidad no es sólo cómo la vemos o sentimos, sino que hay muchas más realidades que a veces no vemos. Como suele decirse, a veces los árboles no nos dejan ver el bosque.

Para liberarte de tus grilletes que te llevan a pensar que no manejas tu vida debes estar dispuesto a mirar con otros ojos tu realidad.

Plantéate si lo que te retiene son creencias fehacientes o sólo suposiciones y amenazas que te provocan miedos innecesarios.

Mientras lances balones fuera por aquello que te sucede, culpando a las situaciones o a los demás, seguirás estancado.

Por eso, el siguiente paso para tomar las riendas es estar dispuesto a hacerlo.

Además de ello debes tener en cuenta que:

  • Tu estado de ánimo no puede depender del exterior, sino de ti. Para ello es importante que trabajes tu propia regulación emocional.
  • Las circunstancias no suelen cambiar por sí solas, necesitas involucrarte en los cambios. Como suele decirse, se el cambio que quieras ver.
  • Observa y analiza antes, durante y después de actuar. Si no tienes claro qué está pasando en tu vida, qué factores afectan para bien o para mal, es muy difícil que aciertes con el cambio.
  • No busques el cambio a lo loco, programa, organiza, planifica.
También puede interesarte…

Ya en su momento te hablé en otro artículo sobre cómo lograr objetivos, puedes echarle un vistazo pinchando aquí.

En cualquier caso, te recuerdo que si necesitas un poco de ayuda extra para retomar las riendas de tu vida me tienes a tu disposición.

En caso de que ya las hayas retomado, me encantará leer en los comentarios cómo fue tu transformación. Anímate a compartir tu experiencia, puede servir de inspiración a otros.

Como sabes, la mía acabó bien, tuve que pasar por dificultades hasta lograrlo, por supuesto, pero por fin escapé de los grilletes que yo misma mantenía.

Cargando ...
Compártelo con tus amigos