Es o no es TOC
Distintas formas de entender una misma realidad
Autora: Ana Hidalgo
En ocasiones puede parecer difícil diferenciar lo que es TOC de lo que no lo es.
Ya en su día hablé sobre el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), por lo que, si todavía no lo has hecho, te aconsejo revisar primero el artículo anterior. Puedes pinchar aquí para verlo.
Ahora bien, dado que he recibido varias preguntas relacionadas con esta temática, quiero hacer algunas aclaraciones al respecto.
Quizás te preguntes…
– Si siempre miro tres veces si he cerrado bien el coche, ¿eso es TOC?
– Yo siempre al llegar a casa me lavo las manos después de volver de la calle, sino me da la sensación de suciedad, ¿eso es TOC?
– En mi caso cuento las matrículas de los coches que encuentro por el camino, ¿será que tengo TOC?
Lo cierto es que depende, puede ser TOC o puede no serlo.
Por eso, para contestar a estas preguntas y a otras similares quiero llamar tu atención sobre algo importante.
Parece claro que en el TOC existen obsesiones y compulsiones, pero no debemos olvidar la primera parte de su nombre. Esto es, la que representa la T: Trastorno.
¿Qué es un trastorno?
Como quizás ya sepas, en psicología, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) se ha usado hasta el momento como fuente para conocer, diferenciar y diagnosticar los distintos trastornos mentales.
En dicho manual, se indica que un trastorno es “un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa”.
Esta alteración puede ser a nivel cognitivo, emocional o comportamental.
Por tanto, para poder considerarse trastorno, debe causar un malestar significativo.
¿Qué quiero decir con esto?
Sencillo, si el realizar estas conductas repetitivas (compulsiones) no te genera gran malestar, no es TOC.
Por eso, en los ejemplos del principio, si estas acciones no te generan un gran malestar no son TOC.
Aunque ojo, quizás te generen malestar, pero tampoco sea TOC dado que hay más factores en juego como veremos.
¿Qué aspectos importantes hay que considerar para saber si es o no es TOC?
Si eres de los que revisan los manuales diagnósticos para saber qué te sucede y así auto-diagnosticarte, ten cuidado.
Si bien lo más llamativo del TOC son las obsesiones y compulsiones, existen otros factores importantes a tener en cuenta.
Por ejemplo, las obsesiones o compulsiones deben consumir mucho tiempo o causar un gran malestar.
Tampoco los síntomas pueden ser debidos al consumo de medicamentos o sustancias y no explicarse mejor por otra enfermedad mental.
Aunque puedan parecerte matices vagos son más importantes de lo que parecen.
Ten en cuenta que muchos trastornos comparten sintomatología, por eso el autodiagnóstico se desaconseja por completo.
Además, como expliqué en el otro artículo, en el trastorno obsesivo compulsivo hay más aspectos a considerar.
Por ejemplo, no es lo mismo que encuentres placer al realizar una conducta repetitiva a que no lo encuentres.
O también, es diferente que hagas algo siempre de una determinada manera pues la consideras la correcta, a que lo hagas sabiendo que es absurda o por temor.
Es por eso que, pese a la mucha literatura que puedas leer sobre esta u otra temática, si algo te preocupa, te animo a acudir a un profesional, dado que tiene una formación detrás que lo respalda.
¿Cuándo mi tendencia obsesiva puede ser un problema?
Imagina una mesa de mezclas repleta de botones.
Unos controlan el volumen, otros los filtros, los agudos, los graves…pues hay muchos factores que afectan al sonido.
De hecho, existen muchas combinaciones de botones en las que la música sonará bien y estas combinaciones tendrán cierto margen.
Sin embargo, si alguno de estos botones se sale de su rango, si no se compensa su sonido con otros botones, se hace insoportable.
En el caso de los rasgos obsesivos ocurre lo mismo. Mientras te muevas entre ciertos rangos todo irá bien.
Tus rasgos obsesivos pueden estar ahí y no molestarte en absoluto.
Es más, según como los interpretes, pueden incluso gustarte (por ejemplo, cuando te llevan a superarte).
Sin embargo, si tus rasgos obsesivos están altos y se combinan con otros factores perjudiciales, se puede crear algo explosivo.
Así, por ejemplo, al combinarlos con momentos de alta ansiedad, la probabilidad de desarrollar TOC u otro trastorno aumentará.
¿Por qué es tan importante no auto-diagnosticarse?
Ten en cuenta que la psicoterapia no es una receta de cocina, no basta con seguir siempre los mismos pasos.
Cada persona lleva detrás un bagaje a valorar con detenimiento para así ajustar los recursos y herramientas a utilizar.
Es más, una misma dolencia puede ser abordada de formas muy distintas según el caso.
Recuerda que no hay dos personas iguales. Es importante valorar no solo los déficits sino también los recursos disponibles de cada uno.
Como señala el doctor y psicoterapeuta José Luis Marín: “no se trata de ver qué trastorno tiene una persona, sino de ver qué persona tiene un trastorno”.
Y es que, en función de la personalidad de cada uno, el proceso terapéutico variará ajustándose a cada necesidad.
¿Se puede entender el TOC de distintas formas?
Sí, y de hecho así sucede.
Si bien durante años los sistemas de clasificación diagnóstica de los trastornos mentales han sido considerados como “la Biblia” de la salud mental, a día de hoy se critica en muchas ocasiones su falta de fiabilidad, validez y escasa utilidad clínica.
Es por ello que, como te explico más adelante, están surgiendo nuevas propuestas para entender el sufrimiento humano.
Como suele decirse: “no existe la verdad absoluta”.
A parte de esta nueva corriente contraria a los sistemas diagnósticos, incluso éstos no terminan de tener del todo claro el concepto de TOC.
Es más, en función de la versión del manual que consultes, llegarás a una conclusión u otra sobre esta dolencia.
Y es que, el propio DSM ha cambiado su conceptualización de algunas dolencias en sus sucesivas revisiones.
De hecho, si bien hasta hace poco el TOC era englobado por el DSM dentro de los trastornos de ansiedad, en su versión DSM-V, sale de esta categoría.
Así, se extrae para crear un nuevo grupo de trastornos, agrupados bajo la idea de un espectro obsesivo.
Es decir, lo que antes se afirmaba como un trastorno de ansiedad, ahora queda fuera.
Así, el TOC comienza a tener entidad propia y entenderse como una cuestión de grados (idea de espectro obsesivo).
Por tanto, la forma de entender el TOC ha ido cambiando con el paso de los años y, bajo mi punto de vista, seguirá haciéndolo, lo que demuestra que no está todo dicho al respecto.
¿Qué pasa con la nueva línea de propuestas para la comprensión de la salud mental?
Como he comentado, existe una propuesta que está cogiendo cada vez más fuerza frente a los sistemas diagnósticos populares como el DSM y la CIE (Clasificación Internacional de Enfermedades).
Esta propuesta se conoce bajo el nombre de “marco de poder, amenaza y significado”.
Este modelo critica a los sistemas diagnósticos el que consideren los trastornos mentales como “enfermedades del cerebro”.
Es decir, tienden a asumir que están causados por desequilibrios, anormalidades genéticas o defectos de su estructura.
Y esto lo critican fehacientemente dado que, a excepción de las demencias, no se ha encontrado correlación biológica inequívoca asociada a ningún diagnóstico.
Es decir, no existe evidencia científica que demuestre que los trastornos mentales se deban a “enfermedades del cerebro”.
En el caso del TOC, los esfuerzos por relacionarlo con alteraciones biológicas o genéticas siguen siendo inconcluyentes.
Es decir, no existen evidencias concluyentes de alteraciones biológicas o genéticas en el TOC. Cabe decir que algunas de estas hipótesis continúan en estudio.
También quiero destacar que, además de esta crítica a los manuales diagnósticos, esta nueva línea de trabajo señala otras importantes.
Por ejemplo, su idoneidad para la mejora de la salud. Me explico:
Diversos estudios muestran que el “etiquetar” con una anomalía biomédica tiene varios inconvenientes:
· Aumenta el estigma
· Hace aflorar la auto culpabilización.
· Fortalece el pesimismo hacia la recuperación.
· Conlleva una mayor inclinación hacia el tratamiento farmacológico frente a la psicoterapia.
Es decir, el clasificar un trastorno mental bajo los criterios diagnósticos establecidos puede resultar, a ojos de muchos, perjudicial.
Mi perspectiva
Bajo mi punto de vista, estoy de acuerdo en que la obsesión se mueve dentro de una línea o espectro.
De hecho, pienso que todos tenemos un componente obsesivo en nuestra personalidad.
Es más, creo que dicho componente se situaría a lo largo de una escala que iría oscilando en cada momento de nuestra vida.
Dicho rasgo, será más o menos beneficioso o perjudicial para nosotros en función de cómo lo interpretemos.
Por ejemplo, la obsesión por mejorar en una actividad puede ayudarte a trabajar duro para lograrla. En este caso, podría potenciar el éxito.
Sin embargo, si esta obsesión empieza a lastimarte y en lugar de impulsarte te frena, puede anclarte y dañarte considerablemente.
Por eso, es muy importante aclarar cómo vivencias tú tus obsesiones y/o compulsiones, pues no todas son trastorno.
Además, hay que tener en cuenta que hay personas que tienen una tendencia más obsesiva que otras, igual que podemos tener una mayor o menor tendencia a la impulsividad, la extroversión, el histrionismo… sin por ello llegar a tener ningún trastorno.
Bajo mi punto de vista esta dolencia tiene un componente ansioso importante que no debería olvidarse, pese a su salida en el DSM-V de los trastornos de ansiedad.
Por otro lado, mi visión personal de la psicoterapia tiende más a la no etiquetación de dolencias mentales.
Parto de la idea de que cada persona y cada caso es único y hay que analizarlo en su contexto.
Por eso, si tienes dudas sobre si lo que te sucede es o no es TOC, o simplemente quieres paliar tu malestar, mi mejor recomendación es ponerse en mano de profesionales de la psicología. Acude a terapia psicológica.
Sobre la autora:
“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.
Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.
Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com».
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