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Los años pasan y tu vida…empieza

Autora: Ana M. Hidalgo

Aunque sabemos que las crisis llegan, a veces cuesta saber cómo enfrentarse a la crisis de los 40, 50, 60…

Con frecuencia los cambios de década nos hacen reflexionar sobre nuestra vida. Así, pensamos sobre el camino recorrido y el que falta por recorrer.

Sin embargo, llegadas ciertas edades, estas reflexiones pueden llevarnos a plantearnos nuestra existencia y forma de vida. De hecho, muchas personas, al ver cerca el ecuador de su vida, comienzan a replantearse cambios en sus rutinas.

En función de las discrepancias que encontremos entre las expectativas que teníamos y la realidad, podemos sentir urgencia por cambiar.

Hoy quiero abordar contigo precisamente esa etapa de inflexión, como suelen decir, la vuelta al jamón.

¿En qué consiste la crisis de los 40?

Según he consultado en internet, la media de vida mundial está en torno a los 70. Sin embargo, son muchos los países que elevan su media a los ochenta, ochenta y algo. Entre ellos España. Por eso me voy a centrar en la crisis de los 40, si bien podría aplicarse a cualquier otro punto de inflexión personal.

Como te comentaba, es frecuente hacer revisiones de nuestra vida cuando llegamos a ciertos hitos. Puede ser, por ejemplo, cuando logramos un empleo, formamos una familia o, simplemente, cumplimos años.

Ahora bien, al mirar atrás en tu ecuador de vida, quizás hayas visto que es como la habías imaginado. Si es así, fantástico, estás de enhorabuena, pero si no lo es, quizás te sientas decepcionado.

Es posible que hayas descubierto que has dejado sueños pendientes por cumplir o renunciado a aspectos para ti importantes.

Si estás en esta situación, puede que te entren las prisas del cambio, como si fuese ahora o nunca.

Como es lógico esa urgencia genera una gran inestabilidad emocional y un ansia desmesurada difícil de manejar.

Puedes sentirte triste, abrumado y decepcionado por tus decisiones hasta ahora. Quizás te plantees si has perdido el tiempo o has fracasado.

Quieres viajar más, conocer más gentes, experimentar, tener más sexo, aprender idiomas, pintar, conseguir un empleo mejor, tener un hijo… Y posiblemente, todo lo quieras YA, AHORA MISMO.

Esta reflexión sobre tu propia vida unida a esas prisas de cambios son lo que te llevan a lo que se conoce como la crisis de los 40.

Quiénes pasan por la crisis de los 40

No todas las personas viven la crisis de los 40. Esto depende de varios factores.

Por ejemplo, si estás satisfecho por la vida que llevas probablemente esta crisis pasará de largo y no te afectará.

Ahora bien, si en tu vida te faltan estímulos nuevos, retos, si has caído en la rutina generalizada, si sientes inseguridad, soledad, baja autoestima, si te asusta envejecer… en estos casos, es muy probable que la crisis de los 40 haga mella en ti.

Además, hay que tener en cuenta que no se manifiesta igual ni al mismo tiempo en todas las personas.

De hecho, en algunos casos a penas si dura días u horas, mientras que en otros puede durar años.

Es por eso que no deberíamos tomárnosla tan a la ligera. Todas las crisis que nos hacen reflexionar sobre nuestra existencia pueden ser una gran oportunidad de mejora o de caos.

Cambios comunes durante la crisis de los 40

Por lo general, la forma de enfrentarnos a la crisis de los 40 puede llevarnos a tres escenarios muy distintos.

Por un lado, encuentro en terapia a personas que critican tanto la vida que han llevado que acaban decaídos. Podría decirse que se deshinchan y pierden el sentido a la vida, al menos a su forma de vivirla. De hecho, una crisis de los 40 mal gestionada puede acabar en una depresión grave.

En el extremo contrario están los que optan por una conducta más maníaca. En estos casos deciden hacer cambios radicales cometiendo peligrosos excesos. Por ejemplo, consumo de sustancias, prácticas sexuales de riesgo, gastos desmesurados en caprichos…De alguna manera, se lanzan a vivir rápido tratando de absorber todo lo que puedan en un breve tiempo.

Por fortuna, también muchas personas encuentran el punto medio. Logran hacer cambios en su vida sin necesidad de destruirla o dañarse. Algunos cambios frecuentes en estos casos son un mayor cuidado de la dieta, realización de ejercicio físico, buscar nuevos retos…

Como puedes imaginar, en función de cómo te enfrentes a esta crisis, lograrás perjuicios o beneficios para ti.

Cómo enfrentarse a la crisis de los 40

El tener un punto de reflexión en nuestras vidas es algo positivo para nosotros. Al fin y al cabo, el término “crisis” significa oportunidad.

Por eso, para enfrentarse a la crisis de los 40 y salir fortalecido, el primer paso a dar es reconocer la crisis. Acepta que estás en un momento de inflexión en tu vida. De esta forma podrás analizarla cuidadosamente y tomar decisiones al respecto.

Ten en cuenta que es normal querer hacer cambios en tu vida. Sin embargo, esto no quiere decir que debas hacerlo ya, impulsivamente.

De igual modo, tampoco significa borrar todo lo que has logrado. Tanto tus aciertos como tus errores te han aportado algo, utiliza sus aprendizajes y matiza tus cambios.

Recuerda que cambiar de forma radical e impulsiva puede hacerte perder aquello que sí está funcionando.

Por ejemplo, una de las consecuencias más comunes de esta crisis es la infidelidad y la ruptura de pareja. Otra es la pérdida de trabajo (aquí los excesos de alcohol, salidas nocturnas, drogas…) pueden ser detonantes para el despido.

Por ese momento, vamos a ver cómo enfrentarse a la crisis de los 40 en estas situaciones.

Cuidando la relación de pareja

Los cambios impulsivos producidos por la crisis de los 40 puede hacer que tu relación de pareja se deteriore.

Si de golpe y porrazo comienzas a comportarte diferente tu relación de pareja se resentirá. Comenzarán así los roces con tu pareja. Es más, la falta de comunicación sobre lo que estás sintiendo puede hacer que la relación termine en crisis.

Por ello, antes de precipitarte es necesario que hables de lo que te sucede. No te avergüences, la crisis de los 40 es algo normal y frecuente. De hecho, es posible que tu pareja también tenga su propia crisis de los 40 y queráis hacer cambios similares.

Para cuidar tu relación incluso estando en una crisis personal, háblalo, sincérate con tu pareja. Se trata de que juntos podáis encontrar soluciones para poder abordar estos cambios sin destruir vuestra relación.

Quizás necesites más tiempo para ti, para conocerte mejor o simplemente para cumplir uno de tus sueños. Si pensaste que siempre habías soñado con hacer esto o aquello háblalo con tu pareja. Incluso si el tema que te espina sea la sexualidad, no te cortes, expón tus inquietudes. En consulta veo a parejas que siguen experimentado tengan la edad que tengan.

Por ejemplo, si tienes la espinita de no haber tenido tanto sexo como querías, habladlo. Aunque no lo creas, quizás tu pareja esté en la misma situación que tú y podáis hallar soluciones.

Te sorprendería saber la de personas que a esta edad acuerdan acudir a sitios de intercambios de parejas, hacer tríos o simplemente comienzan a experimentar nuevos lugares, nuevas posturas o nuevos “juguetes”.

Recuerda que tu pareja puede ser un gran pilar sobre el que apoyarte para superar tu crisis, tenlo en cuenta.

Cómo enfrentarse a la crisis de los 40 dentro del trabajo

Aquí sucede exactamente lo mismo. En muchos casos hay un cambio radical de trabajo, bien por despido, bien por emprendimiento.

Ten en cuenta que los excesos que hagas en tu vida pueden afectarte no sólo a nivel personal. Con frecuencia los excesos se pagan a nivel social, de pareja, familiar y, por supuesto laboral y económico.

Si tu crisis de los 40 te lleva a excesos, y sensaciones fuertes, plantéate lograrlas sin dañar. Hay muchas formas de conseguir emociones fuertes sin recurrir a sustancias o comportamientos ilegales o dañinos. Dale una vuelta antes de lanzarte al vacío.

Por otro lado, si comienzas a ver el emprendimiento como una opción laboral, no lo hagas al tuntún. Antes de hacer tu gran salto aclara tus ideas.

En terapia esta es una consulta que recibo con frecuencia. Muchas personas descubren que no les satisface su situación laboral y dedicen hacer cambios. En estos casos les animo a que descubran qué les apasiona laboralmente, qué partes ya tienen y cuáles faltan.

Por eso, si tu crisis de los 40 te empuja hacia el cambio laboral adelante, hazlo con responsabilidad y cabeza. Establece un plan de acción, y ve paso a paso. Infórmate, por ejemplo, sobre cómo crear un plan de empresa, define qué tipo de negocio quieres tener, márcate una fecha para iniciar tu proyecto, aprende cómo ponerlo en marcha…

Ten en cuenta que los cambios son posibles, pero hay que organizar las prioridades. Establece aquello que es realmente importante para ti y persigue tu sueño.

Ya sabes lo que dicen: “Los milagros sólo empiezan a suceder cuando les das más energía a tus sueños que a tus miedos”.

Disfruta del cambio, del camino que conlleva, y asume la responsabilidad del mismo. Ten en cuenta que, mientras hay vida, estamos a tiempo de enmendarla en la dirección que deseemos. Por eso, si quieres aprender más sobre algo, que nada te frene. Te dejo un ejercicio sencillo sobre cómo hacerlo.

Ejercicio para enfrentarte a la crisis de los 40

Si todo gran viaje empieza con un primer paso, este ejercicio te mostrará cómo dar ese primer paso.

Busca 3-4 hábitos que tengas ahora mismo y no te aporten nada. A continuación, busca 3-4 hábitos que te gustaría tener y no tienes y que te pueden ayudar a conseguir tus metas.

Cuando los tengas localizados, sustituye uno a uno el viejo mal hábito por el nuevo. No empieces un nuevo hábito hasta no tener afianzado el nuevo hábito anterior.

De esta forma irás optimizando tus acciones y te sentirás más satisfecho con tus actos. Así, podrás enfrentar la crisis de los 40 con mayor seguridad en ti mismo.

Recuerda que será más fácil si buscas apoyos o aliados que te ayuden a cumplir tus nuevos hábitos y proyectos.

Además, es importante que no dejes fuera de tus inquietudes y proyectos a las personas que son importantes para ti.  Ten en cuenta que ningún gran logro se hace solo y su apoyo será de gran valor.

Recuerda además que es importante informar a las personas a las que puedan afectarles tus cambios. Como sabes, para arreglar una parte de tu vida, no deberías desarreglar otra. Inclúyelos en tu proyecto y escucha sus puntos de vista para que puedas decidir teniendo mayor perspectiva.

Finalmente, recordarte que no dejes de ser tú mismo, la crisis simplemente debería potenciar tu mejor versión.

Por eso, cuando sientas que la crisis de los 40 te acecha… sonríe, es tu oportunidad para mejorar.

Y tú… ¿cómo vives tu crisis de los 40?

Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.

Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.

Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor, psicología y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”

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