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Qué hacer cuando tu pareja quiere sexo y tú no

Autora: Ana Hidalgo

Si no sabes qué hacer cuando tu pareja quiere sexo y tú no, este artículo te interesa.

  • Ana es que me siento presionado/a para tener relaciones.

Aunque quizás no hayas pensado en ello, ante esta situación tienes distintas posibilidades a la hora de actuar. Hoy te propongo 4.

Antes de decidir qué hacer, ten claro esto

No debes pasar por alto algo importante: el sexo no es una obligación, sino una fuente de placer. Es más, forzar a alguien a mantener relaciones no deseadas es un delito.

  • Ana, no es que me obligue, es que me siento presionado/a.

Incluso aunque no estemos en casos extremos de delitos sexuales, recuerda que cuando las cosas se hacen con desgana se les puede terminar cogiendo aversión. Ten esto en cuenta antes de decidir qué hacer cuando tu pareja quiere sexo y tú no.

Por otro lado, también es importante tener presente que cada persona tiene sus propias necesidades y libido. Es más, el deseo sexual no es algo que se mantenga constante en el tiempo. Como ya hablé en otro artículo, puede verse afectado y fluctuar por muchos factores. Entre ellos, el estrés, la medicación o los cambios hormonales.

  • Ana, en mi caso, me cuesta empezar, luego ya me animo.

En tal caso, si ambos lo disfrutáis y consentís, ¿cuál es el problema?

Si con frecuencia lo que te ocurre es que sientes pereza al empezar, puedes explorar a qué se debe esta pereza. De esta manera, os será más fácil poder enfrentarla.

  • A mí lo que me ocurre es distinto, yo no me animo después. Mi pareja siempre quiere sexo cuando siento agotamiento o me encuentro mal.

Si este es tu caso, no te preocupes, a continuación, te doy algunos trucos que podéis utilizar.

Qué puedes hacer cuando tu pareja quiere sexo y tú no

Antes que nada, aclaremos términos.

Cuando dices que no quieres sexo, ¿te refieres a que no quieres sexo con tu pareja o con nadie?

Si lo que te suele ocurrir es que no quieres sexo con tu pareja, pero sí lo tendrías con otra persona, quizás sea momento de revisarlo. Las peleas o la mala relación existente con la pareja hacen que las ganas de tener relaciones sexuales disminuyan. Hablad sobre el estado actual de vuestra relación os ayudará a enfrentar la crisis de pareja.

Ahora bien, ¿qué ocurre si sí quieres, amas y deseas a tu pareja, pero no sientes deseo cuando tu pareja lo propone?

Te comparto a continuación 4 posibilidades a tener en cuenta cuando tu pareja quiere sexo y tú no.

Revisad qué es lo que realmente os apetece y que no

¿Realmente es sexo lo que tu pareja te está proponiendo? Tal vez sólo sea la interpretación que tú estás dando a sus acciones.

En consulta me encuentro con personas que buscan la atención de su pareja a través de caricias y carantoñas. Sin embargo, no pretenden con ello tener una relación sexual, simplemente se expresan así.

Quizás tú te estés sintiendo presionado/a por tener sexo cuando en realidad tu pareja lo que quiere es otra cosa. ¿Es posible que tu pareja simplemente esté buscando atención, mimos o cariño?

En cualquier caso, incluso si tu pareja quiere tener sexo, ¿sueles intentar adivinar qué tipo de relaciones quiere en ese momento?

Recuerda que la sexualidad es muy amplia y que no siempre tiene que implicar penetración.

De hecho, puede que huyas del sexo porque lo asocias con penetración o un gran esfuerzo físico. Sin embargo, el sexo es mucho más que eso.

Recuerda que las caricias y los besos también forman parte de la sexualidad, y no es obligatorio ir más allá.

Como sabes, la comunicación en pareja es muy importante. Poder hablar con claridad sobre lo que sentís y deseáis os ayudará a empatizar más con las necesidades del otro.

Planificad vuestro encuentro

Si como en el ejemplo, tu pareja quiere sexo y tú no estás disponible justo en ese momento, una muy buena opción es planificar el momento.

Lo sé, parece que así le quitas espontaneidad, pero cuando ambos tenéis agendas apretadas, puede ser muy buena opción.

Una ventaja de planear el encuentro es que os puede hacer sentir como al inicio de la relación. ¿Recuerdas cuando te pasabas la semana planeando el encuentro con la persona con la que estabas empezando a salir? Sí, es algo que puede hacer que se encienda la llama y se coja con más ganas. Eso sí, asegúrate de que no surjan otros planes para la fecha escogida, ya te has comprometido para ese momento.

Además, para activar el deseo en ese momento, puedes pensar sobre los detalles del encuentro: cómo te vestirás, qué perfume usarás, cómo pueden ser los preliminares… Vuelve a la magia de los inicios y reservaos una cita.

Ahora bien, si el pensar en ello te produce ansiedad en lugar de excitación, plantéate acudir a terapia. Es probable que alguna mala experiencia o algún miedo te esté frenando a la hora de disfrutar tu sexualidad.

Aceptar que la sexualidad y el placer es responsabilidad de cada uno

Aunque la historia ya va cambiando, muchas personas asumen el placer y la sexualidad de su pareja como su propia responsabilidad. La educación que hemos recibido puede llevarnos a estos falsos mitos que tiran por tierra nuestros derechos asertivos.

Por supuesto que nos gusta contribuir a la felicidad y el bienestar de nuestra pareja, pero no es nuestra responsabilidad. Puede sonar parecido, pero no lo es.

  • Ana, tendrás que reconocer que el bienestar de nuestra relación depende también del sexo que mantengamos.

Pues eso depende del tipo de relación que tengáis. Por supuesto que la sexualidad puede ser una parte importante, pero no en todas las relaciones ocurre igual. Por ejemplo, en general, no le damos la misma importancia a los 20 que a los 80.

De igual modo, cuando tu pareja quiere sexo y tú no, podéis hablarlo.

Tal vez tu pareja pueda encontrar otras vías de satisfacer su necesidad .Por ejemplo, a través de la masturbación a solas o con tu participación. Ambas también son formas de tener sexo, pero probablemente no habíais pensado en ellas.

De igual modo, tú también puedes buscar otras vías para estimular tu deseo. Por ejemplo, revisa qué está influyendo en tu deseo si está o no hipoactivo, consulta pornografía o literatura erótica, explora fantasías … O, sencillamente, si estás cansado/a, descansa más a menudo. El estrés puede ser la razón que te hace estar menos disponible.

Deja de juzgar y aparca tus miedos.

Si hay algo que suele generar más presión en este tipo de situaciones es la comparación.

No, no todo el mundo lo hace más que tú. Es más, tampoco el tener más o menos deseo significa que se esté enfermo. Cada persona es diferente y tiene una libido distinta en según qué momento. Recuerda que lo que para lo que una persona es normal, para otras puede ser excesivo o escaso. Al fin y al cabo, cada persona es distinta. Además, siempre podéis llegar a acuerdos que os beneficien a ambos.

De igual modo, si tu relación es sólida y os sabéis comunicar, tu pareja no te va a dejar porque tu libido y la suya no estén siempre sincronizadas. Si esto ocurriese con demasiada frecuencia hasta el punto de preocuparos, ya sabéis que no tenéis por qué enfrentarlo solos. Pedid ayuda profesional. En ocasiones la falta de deseo puede esconder una depresión o alguna alteración hormonal, por ejemplo.

Ya sabéis que, si necesitáis mi ayuda profesional, estoy a vuestra disposición.

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