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Muchos no saben esto del pensamiento positivo

Autora: Ana Hidalgo

Pensar en positivo está bien, pero sólo hasta cierto punto pues el pensamiento positivo no siempre es bueno.

Hace unos días me pillé a mí misma autosaboteándome con la excusa del pensamiento positivo.

Las personas que me conocen suelen decirme que soy una persona muy optimista. De hecho, así me considero, pese a que, como todo el mundo, también tengo mis días grises.

Mi hija, por ejemplo, me dice que tengo suerte de ser así, de ver el vaso medio lleno con facilidad. Sin embargo, como ya me ha enseñado la vida otras veces, el pensamiento positivo no siempre es bueno.

Te cuento mi caso

De un tiempo para acá he cogido más peso del que me gusta y he pensado en hacer algo al respecto. Debido a mi trabajo (o, mejor dicho, usando la excusa de mi trabajo), paso muchas horas inactiva físicamente. Es por eso que me he planteado realizar un poco más de actividad física.

Hasta aquí todo bien. Mi optimismo me lleva a pensar que lo puedo hacer muy bien y lo voy a conseguir. Entonces, ¿cuál es el problema?

Sencillo, los días que no he cumplido con mi propósito me he autoconvencido de que no pasa nada y no es el fin del mundo, he mirado el lado bueno de ese día y he visto que, aunque no hubiera hecho ejercicio me había dado tiempo a hacer esto o aquello… ¿Te suena?

Mi pensamiento positivo estaba filtrando mi realidad, veía sólo un lado del prisma.

Es cierto, el mundo no se acaba si no hago ejercicio, sin embargo, el ver solamente el lado bonito y bueno (he tenido más tiempo para estar en familia o cumplir otras metas) no me ayuda a lograr mi objetivo. De hecho, usaba mi positivismo para escabullirme de un objetivo que estaba mal definido.

De aquí, como le hice ver a mi hija, saqué el primer aprendizaje que quiero compartirte hoy: el pensamiento positivo puede servir de excusa para no tomar acción y maquillar la realidad.

Cómo afecta el ver la realidad bajo un único prisma

El mirar sólo hacia lo que queremos ver es una trampa en la que podemos caer con facilidad.

El ejemplo más claro es cuando nos enamoramos, vemos sólo las lindezas de nuestra pareja y no vemos o minimizamos los inconvenientes.

Sin embargo, el ver la realidad bajo un único prisma no te ayuda. No importa si lo ves todo rosa o todo negro, la visión monocromática no es buena.

El pensamiento positivo no siempre es bueno porque no te deja ver los peligros que acechan. De igual modo, el pensamiento negativo no te permite disfrutar de lo bello que tienes en tu vida.

Lo ideal, tratar de ver la realidad bajo distintos prismas, a fin de entender la realidad tal cual es y poder actuar en consecuencia.

De nada te sirve negar la realidad o crearte unos mundos de Yupi en los que vivir, si la vida te va a seguir sorprendiendo y agitando.

Por mucho que te repitas que el mundo es lindo y que el coche frenará al llegar al paso de cebra en el que estás, por si acaso, ten precaución.

  • Ana, ¿no estás siendo un poco catastrófica?
  • No, simplemente te aviso una vez más de que la realidad tiene muchas caras. Que, aunque muestres una buena actitud ante la vida, no siempre es bueno pintarla únicamente de rosa. De hecho, mi mensaje es más animarte a conocer la realidad con sus lindezas y sus fallos.

Es decir, el pensamiento positivo no siempre es bueno, especialmente si te hace bajar la guardia ante los peligros.

La mosca cojonera

¿Qué te ocurre cuando oyes una y otra vez un moscardón que vuela cerca de tu oído? Yo al menos, me irrito.

Como sabes, soy pro pensamientos positivos, me encantan. Sin embargo, creo que todo tiene que ir en su justa medida. ¿Y cuál es la medida? La que cada uno decida en cada momento y situación de su vida.

Algunas personas llegan a mi consulta sintiéndose fatal con ellas mismas por no ser tan positivas como sus allegados les piden.

  • Piensa en positivo, ya verás cómo esto pasa pronto.
  • Eso que te ha sucedido no es para tanto, sé positivo.

Me dicen eso de: “Ana, yo intento ser positivo/a, pero no puedo”.

Después escucho su historia y lo entiendo. Es normal que tras un acontecimiento doloroso no tengan ganas de ser positivos/as. De hecho, es sano que en algunos momentos necesites encerrarte en tu dolor, tu rabia, tu pena… o aquello que estés sintiendo.

Sin embargo, con frecuencia ellos/as se sienten culpables por la mosca social que les insta a pensar en positivo.

Como decía hace un momento, no se trata de engancharse de forma indefinida al sufrimiento, sino de ampliar el prisma.

Todas las emociones que sentimos son útiles, aunque algunas sean incómodas o dolorosas. Por eso, tratar de acallarlas con pensamientos positivos no funciona. Es más, las empuja y sumerge por un tiempo, pero hace que salgan con más fuerza. Yo suelo compararlo con tratar de hundir una pelota en la piscina. Puedes sostenerla bajo el agua un tiempo, pero cuanta más fuerza apliques para sumergirla, con más fuerza saldrá disparada.

Por eso, desde aquí, le digo hoy a todo el mundo: el pensamiento positivo no siempre es bueno, a veces necesitamos relacionarnos con nuestro dolor.

El pensamiento positivo mágico

Otro ejemplo más de por qué el pensamiento positivo no siempre es bueno lo encuentro también en consulta.

Tanto en consulta como en redes sociales, he visto que tendemos a pensar que si pensamos en positivo nuestros problemas se van a solucionar por arte de magia. Mucho cuidado con esto.

Es cierto que pensar en positivo puede ayudarte a lograr tus metas. Sin embargo, hay que trabajarlas. No por mucho que deseas algo y lo pienses de forma optimista una y otra vez va a suceder.

Recuerdo una clienta que me decía:

  • Ana, yo siempre he sabido que iba a lograr lo que quisiera, he pensado en ello mil veces. Sin embargo, no termina de llegar y eso me frustra.

Al revisar en terapia los pasos que había dado para lograr sus objetivos, nos dimos cuenta que faltaba acción.

Por ejemplo, puede que pienses que vas a lograr el trabajo de tus sueños, que lo sientas en las entrañas, pero si no echas ni un CV, ni creas tu empresa, es muy complicado que lo logres.

Es decir, el pensamiento positivo no siempre es bueno, especialmente si lo consumes como una pastilla milagrosa. El pensamiento positivo puede ayudarte y motivarte, pero no te va a garantizar nada.

No por tener un pensamiento positivo lograrás tus objetivos sin esfuerzo. Es más, ni si quiera el pensamiento positivo y el esfuerzo unidos lo garantiza.

Te animo a que diseñes un plan de acción en el que hayas analizado la realidad, los pros y contras de la situación en la que te encuentras y que asumas que incluso aunque te esfuerces al máximo, todo puede fallar. La vida es así de imprevisible.

No es tan simple

El pensamiento positivo no es tan fácil de cumplir como muchas veces lo pintamos (sí me incluyo).

A mí me suele salir solo eso de ver el lado bonito de la vida, quizás porque llevo muchísimos años en ello. Sin embargo, no es tan sencillo, requiere un entrenamiento y, con todas y con eso, no siempre es fácil. Es más, no siempre lo necesitas. Por ejemplo, cuando fallece un ser querido, es importante transitar el duelo con la dureza que ello conlleva, sin adornos.

El problema está en que muchas veces existe poca tolerancia hacia quienes no son positivos. Su realismo o negativismo suele ser mal tolerado socialmente.

Cuando esto ocurre a veces se daña doblemente a la persona que está pasando por un mal momento.

Por un lado, lo está pasando mal por la circunstancia que sea, por otro lado, presionamos para que se sienta feliz o positiva en un momento que no puede hacerlo, y se lo vendemos como si fuese facilísimo o dependiese de él o ella lograrlo.

Es más, con frecuencia se escuchan frases del tipo: “tú lo que tienes que hacer es animarte y ser positivo”.

Cuando esto sucede, conseguimos el efecto contrario. Animar con el pensamiento positivo no siempre es bueno, presiona y autocritica a quien está sufriendo.

Por eso, si quieres animar a alguien que está pasando una crisis, no le fuerces a pensar en positivo. Muestra tu apoyo sin exigir que vea el lado lindo de la vida.

Entonces, ¿es malo pensar en positivo?

Pues como decía la canción, depende, todo depende.

Hay momentos en la vida en las que sacar el pensamiento positivo de paseo te vendrá muy bien. Te dará ánimo y esperanza para iniciar nuevos proyectos. Sin embargo, no puedes mantenerte positivo/a 24 horas al día, 365 días al año.

La clave está en buscar tu propio equilibrio y escuchar tus emociones.

Que no te vendan la moto, incluso las cosas buenas en exceso pueden ser perjudiciales.

En cualquier caso, ya sabes que me tienes a tu disposición si necesitas revisar tu caso con mayor profundidad.

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