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Ejercicios para sentirse más libre

3 listas que debes hacer para liberarte

Autora: Ana Hidalgo

Para mantener una buena salud, es importante realizar algunos ejercicios para sentirse más libre.

No sé si también te pasará, pero cuando oímos hablar de ejercicios para la salud solemos pensar en ejercicios físicos.

Sin embargo, la salud física es importante, pero no lo es todo. De hecho, los ejercicios de hoy no son físicos, sino mentales. Están pensados para mejorar tu salud emocional, en concreto, son ejercicios para sentirse más libre.

¿Por qué realizar ejercicios mentales para sentirse más libre?

Principalmente, para vencer miedos y superar la dependencia emocional que estos miedos producen en nosotros.

¿Alguna vez has querido hacer algo y no te has atrevido por tus propias inseguridades?

¿Te has negado sueños por el miedo al qué dirán?

¿En alguna ocasión has desaprovechado oportunidades por tu falta de confianza?

Si no te ha sucedido nunca, enhorabuena, probablemente tengas una fuerte confianza en ti mismo/a. Ahora bien, si te ha pasado en alguna ocasión, quizás sea hora de poner en forma tu salud emocional.

Si como yo, has tenido miedo alguna vez de enfrentarte a situaciones nuevas, te vendrá muy bien esta propuesta.

No necesitarás nada especial, tan sólo papel y boli; cualquiera pueda realizar estos ejercicios para sentirse más libre y seguro. ¿Estás preparado/a?

Las tres listas

Walter Riso en su libro Desapegarse Sin Anestesia nos comparte estos tres ejercicios para sentirse más libre.

Son estrategias comunes que los psicólogos solemos usar mucho en terapia por su sencillez y eficacia.

Como el mismo autor señala en su obra, estos ejercicios funcionan porque cuando “la libertad emocional encuentra una rendija y se cuela”, “una vez dentro de la mente barre con toda la basura acumulada”.

Estos ejercicios para sentirse más libre conseguirán precisamente esto, encontrar una rendija para sacar a flote las fortalezas personales.

  1. Incapacidades imaginarias

En muchas ocasiones nuestras personas cercanas, nuestras experiencias o nosotros mismos, han distorsionado nuestro autoconcepto.

Así, poco a poco, nos hemos creado ciertas dudas sobre nuestras propias capacidades. Lo curioso, es que solemos cometer uno o dos de estos errores:

  • Pensar que nuestra falta de habilidad es cierta, pese a que nunca la hayamos puesta a prueba.
  • Creer que es inmutable y será así siempre, sin variación alguna.

Por ejemplo, pensamos que somos mal dibujantes porque tuvimos algún profesor muy exigente de niños.

Sin embargo, olvidamos que podemos mejorar nuestra técnica con la práctica, o con clases de dibujo. Además, olvidamos que dibujar puede ser un placer en sí mismo, con independencia de cuál sea el resultado.

Ahora bien, tu primer paso a dar será localizar tus puntos débiles para poder golpearlos y abrir una rendija.

Para ello, haz una lista con lo que quieras hacer, pero te de apuro realizar por dudas sobre ti mismo/a.

Por ejemplo, que quieres tocar el piano delante de varias personas, anótalo.

Si tu sueño es cantar o bailar, pero crees que no tienes actitudes, no pasa nada, anótalo.

No importa lo imposible o lejano que lo veas, simplemente anótalo en esta lista de incapacidades que crees tener.

Cuando tengas tu lista completa, ordénala por el grado de dificultad para que puedas empezar por lo más sencillo. Generalmente pido a mis clientes que valoren la dificultad de 0 a 100 para que tengan un mayor margen.

El ejercicio en sí consistirá en atreverse a hacer lo que has anotado. No importa el resultado, sino el haberlo hecho. Esto es, vamos a golpear tu creencia de incapacidad.

Por supuesto que puedes cantar, bailar, jugar al fútbol o lo que sea que hayas escrito, por eso, al hacerlo, agrietarás tus creencias.

  1. Dependencias irracionales

Ahora que ya hemos abierto hueco, los ejercicios para sentirse más libre ayudarán a colarse por las rendijas.

Para ello, lista aquellas personas en las que te apoyas más de la cuenta hasta el punto de depender.

Por ejemplo, esa amiga sin la que no te atreves a ir a algún sitio; esa persona a la que pides consejo por todo, hasta en lo más nimio; esas personas sin las que te sientes pequeño/a o ineficaz…

Como en la vez anterior, ordena tu lista según su dificultad y ponte manos a la obra.

Se trata de que comiences a hacer por ti mismo/a todas esas cosas. Comienza a independizarte de su ayuda para estas tareas.

De esta manera, te estarás colando por tu grieta e irás avanzando, sembrando confianza en ti mismo/a.

  1. Sueños aparentemente irrealizables

Los ejercicios para sentirse más libre no serían del todo eficaces si nos limitásemos a ir de puntillas. Ha llegado el momento de sumergirte en ellos, nadar, bucear e incluso hacer saltos en tirabuzón.

Se trata en esta ocasión de disfrutar disfrutando de tus deseos más locos y atrevidos. Ojo, no me refiero a cometer ilegalidades o arriesgar vidas, sino a darte permiso para hacer aquello que quieres hacer.

Crea una tercera lista en la que anotes sin pensarlo demasiado, aquellas “locuras” que por algún motivo te negaste.

Quizás sea algo sencillo como un corte de pelo radical, o quizás vayas más allá como saltar en paracaídas. No te asustes de soñar mientras escribes, tan sólo piensa en disfrutar, ¿por qué no?

Esta lista procura llevarla siempre a mano y leerla con cierta frecuencia. Según vayas ganando confianza con los ejercicios anteriores, más te picará el gusanillo de la aventura.

Así, sin que te vayas dando cuenta, llegará el momento en que te digas a ti mismo/a:

– ¡Qué demonios, hoy lo voy a hacer!

Agarrarás tu lista de sueños y te lanzarás a hacer realidad alguno de ellos. Al fin y al cabo, sólo tenemos una vida, por eso el mejor momento suele ser ahora.

 

Espero que pongas en práctica estos sencillos ejercicios para sentirse más libre y te ayuden a mejorar tu salud emocional.

De todas formas, ya sabes que si quieres un poquito más de ayuda extra me tienes a tu disposición.

 

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