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¿Qué hacer cuando estás petrificado?

Autora: Ana Hidalgo

A veces tenemos claro lo que tenemos que hacer, pero no nos atrevernos a hacerlo.

Nos quedamos paralizados, como si nos hubiesen pegado al suelo y dejamos que avancen los días sin hacer nada al respecto, excepto lamentarnos por no actuar y porque la situación no cambia por sí sola.

Queremos cambiar de trabajo pero no nos atrevemos a dar el paso, deseamos sincerarnos con otros pero mantenemos la boca cerrada, queremos alejarnos de todo aquello que nos impide crecer o que nos hace mal pero lo único que obtenemos es la quietud de nuestros actos y el hastío de nuestros pensamientos que nos consumen.

Confucio dijo: “Si sabes lo que debes hacer pero no lo haces, estás peor que antes.”

En otro post ya hablé sobre las 5 excusas que nos decimos a nosotros mismos para seguir atrapados en situaciones dañinas, así como por qué nos cuesta tomar decisiones y tendemos a procrastinar.

Sin embargo, hoy quiero ir más al grano y decirte alto y claro qué dos cosas puedes hacer para salir de esta situación.

Al final te explico cómo lo hice yo para poder ponerme en marcha en algo que me tenía petrificada.

2 acciones que puedes emprender cuando estás petrificado

  1. Levanta el culo de una vez y da el primer paso que mueve el engranaje.

    • Si quieres cambiar de trabajo, actualiza tu CV, busca nuevas empresas, o si lo tuyo es emprender, comienza a realizar tu plan de empresa y agenda cada uno de los pasos a dar.
    • Cuando lo que quieres es sincerarte con alguien, agarra el teléfono y llama a esa persona.
    • Si quieres encontrar pareja, aprende a quererte y valorarte. La seguridad en uno mismo es el elemento clave. Arréglate, ponte guapo/a y analiza tus opciones: páginas webs, citas con antiguas amistades, amigos de amigos, cursos para perder la timidez y aprender a relacionarse…

Sabes qué tienes que hacer, así que deja de rascarte la barriga y lamentarte y da el primer paso.

No te digo que hagas grandes cambios, sólo que empieces dando alguno, por pequeño que sea.

Por ejemplo si tu objetivo fuese leer El Quijote, comienza por hacerte con un ejemplar.

Un pequeño paso puede hacer que todo cambie.

  1. Comprométete públicamente.

A todos nos gusta cumplir nuestras promesas, por eso, si lo que te falta es un pequeño empujón para actuar, anúncialo a lo grande.

Díselo a tus amigos y familiares, coméntalo en tu muro, o pon carteles.

De este modo estarás generando la presión social que quizás necesites.

Te diré un secreto: siempre quise tener mi propio centro de psicología, pero me costaba mucho dar el paso, tenía la formación necesaria, licenciatura, cursos, máster, certificados de capacitación… pero algo me frenaba.

Sabía lo que quería hacer pero no lo hacía.

¿Cómo conseguí que todo cambiara?

Con un par de sillas, me explico:

Tras darle muchas vueltas, un día acepté que debía tomar acción, no importaba muy bien cual, pero debía hacer algo que me acercara a mi objetivo.

Por eso, un buen día me decidí, y fui a una tienda de muebles y compré dos sillas.

No tenía nada más, ni proyecto, ni fecha, ni dinero para ponerlo en marcha.

Sin embargo, cada vez que alguien venía a casa explicaba por qué tenía dos sillas sin desembalar:

  • “Son para mi despacho de psicóloga”.

De este modo, cada vez que veía las sillas en casa me recordaba algo importante: qué es lo que realmente quería hacer.

Pero además, me servía para darme cuenta que en realidad era algo que ya estaba haciendo (había invertido en mi negocio, aunque sólo fuese con dos sillas).

Este pequeño acto, unido a la fuerza de mis amigos  y familiares que me preguntaban qué tal iba el proyecto y se reían de que tuviera meses un par de sillas en casa, hicieron que poco a poco mi proyecto fuese tomando más forma:

– “Ya no tengo sólo dos sillas, ahora también tengo una mesa”.

– “Ahora ya estoy habilitando el local”.

– “Estoy hablando con sanidad”…  y así, como por arte de magia, pronto comenzó a tomar forma.

Moraleja de las sillas:

A veces un pequeño paso puede hacer que todo cambie.

Lo que quiero mostrarte con todo esto es que lo más difícil es averiguar qué es lo que realmente queremos.

Por eso, si ya conoces tu objetivo, no puedes rendirte ahora que ya estás tan cerca.

Séneca dijo: “No nos falta el valor de emprender ciertas cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles porque nos falta el valor para emprenderlas”.

Si sientes que estás petrificado actúa, comienza por una sola tarea que te resulte sencilla, después otra, y así sucesivamente.

Ponte en marcha y comienza hoy a lograr eso que anhelas.

Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

Ana M. Hidalgo

Sobre la autora:

“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.

Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.

Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”

 

 

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