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El puente del amor muestra fallos de nuestra mente

Es amor o excitación nerviosa

Autora: Ana Hidalgo

El puente del amor es el nombre que recibió un estudio psicológico realizado en los años setenta bastante curioso. Quiero hablarte de él porque ayuda a entender cómo se forman algunas relaciones de pareja y por qué suelen fracasar.

Quizás al pensar en el puente del amor, hayas imaginado los típicos puentes donde ponen sus candados los enamorados. Sin embargo, este experimento no tiene nada que ver con eso.

Aunque aquí va un poco de spoiler, lo cierto es que habla sobre cómo podemos confundir amor y excitación nerviosa. Es decir, muestra que nuestro cerebro es falible a la hora de hacer interpretaciones de la realidad. Te lo cuento a continuación, pero para ello, debo explicarte algo antes.

Qué es la teoría de la atribución.

Como te decía, en los años 70, Arthur Aron y Donald Dutton, ambos profesores universitarios de psicología, diseñaron un experimento que ponía a prueba la teoría de la atribución de otro psicólogo, Stanley Schachter. De ahí que, antes de hablarte con más detalle del puente del amor, haga un pequeño inciso en esta teoría.

La teoría de la atribución argumentaba que no percibimos nuestras emociones de forma tan clara como a priori podríamos pensar. De hecho, cometemos errores al interpretarlas.

Según esta teoría tendemos de forma natural a intentar averiguar cuáles pueden ser las causas de aquellos cambios que experimentamos. Es más, no solemos dedicarles demasiado tiempo a nuestras conclusiones y nos conformamos con la primera que nos cuadra.

Por eso, y como nos gusta mirarnos el ombligo, tendemos a pensar que estas causas suelen venir de factores internos. Veamos un ejemplo sencillo: si te digo que al llegar a casa me encontré a mi hija llorando, puede que lo primero que pienses es que estaba triste. Sin embargo, olvidamos fijarnos en el contexto (quizás había estado cortando cebollas).

Tendemos a buscar explicaciones sencillas que nos expliquen nuestra realidad de forma rápida, incluso aunque estas explicaciones no sean reales.

Pues bien, Arthur Aron y Donald Dutton, investigaron cómo debido a atribuciones erróneas, podemos confundir estar enamorados con excitación nerviosa.

El experimento del puente del amor

Quizás recuerdes o te suene el nombre de Arthur Aron de otro experimento suyo del que ya te hablé en otro artículo. Te dejo aquí el enlace por si te apetece echarle un vistazo. Fue un experimento realizado en los años 90 para estudiar cómo las personas generan intimidad. Se hizo famoso y tuvo mucha repercusión mediática porque varias personas que participaron en él acabaron casándose.

Aunque es el mismo investigador, hoy viajamos a sus estudios de varias décadas antes. En concreto a los años setenta, cuando diseñó junto a Donald Dutton, el experimento del puente del amor.

Para realizar este experimento utilizaron dos grupos de hombres a los que se les pidió que cruzaran un puente.

A uno de los grupos, se les hizo pasar por un pequeño puente muy sólido, al otro por un puente viejo, que colgaba a gran altura sobre el cañón de Capilano (Vancouver), y que se balanceaba a cada paso.

En ambos casos, encontraban a mitad del puente a una mujer atractiva que coqueteaba un poco con ellos y les daba su número con la excusa de estar estudiando los paisajes, para que la llamasen y describiesen lo que habían visto.

Lo curioso del experimento viene a continuación. Prácticamente todos los participantes que habían cruzado el puente más peligroso llamaron a la chica, mientras que sólo un 22% de los hombres que cruzaron el puente sólido lo hizo.

Además, cuando se repitió el experimento y era un hombre el que estaba en mitad del puente, en lugar de la mujer, casi nadie llamó para contar su punto de vista.

Otra curiosidad importante es que, el contenido de las llamadas que recibió la mujer de las personas del puente que se movía, fueron en su mayoría de tipo romántico y/o sexual.

¿Qué había pasado?

Interpretación del puente del amor en psicología

Antes de darte la solución, quiero que te pongas en situación.

Piensa por un momento sobre qué tipo de sensaciones experimentarías si te encuentras en un puente que se mueve con el viento y cada uno de tus pasos, y que para colmo está sobre un cañón a muchos metros del suelo.

Muy probablemente notarías un subidón de adrenalina importante. Es decir, sentirías como tu corazón late fuerte y a toda velocidad, como tu pulso se acelera, como tiendes a tener más sudoración…

Ahora piensa un momento, ¿cómo te sientes al estar al lado de la persona amada por primera vez? Es muy posible que tu corazón y tu pulso también se aceleren, sientas cierto vértigo, nerviosismo…

Lo sé, como ves entre enamoramiento y ansiedad se comparten muchos síntomas físicos. Si a esto le sumas lo que te he comentado antes sobre la teoría de la atribución y nuestra tendencia a hacer inferencias, ¿qué te da?

Exacto, el cerebro de los participantes se adelantó a categorizar sus sensaciones como algo que les era conocido, el enamoramiento.

De hecho, este mismo sesgo de interpretación se ha comprobado en más escenarios. De hecho, en situaciones de riesgo tendemos a confundir amor y excitación nerviosa. Por eso, si quieres conquistar a alguien, puedes acudir a parques de atracciones o vivir experiencias que requieran cierta adrenalina. De esta forma, será más fácil que ambas sensaciones se confundan y aparezca en forma de enamoramiento.

Aunque debes tener en cuenta que, si la situación provoca pánico o pavor, sucederá todo lo contrario, pueden asociarte con la amenaza y obtener un gran rechazo.

¿Por qué te cuento esto?

Sencillo, porque esto puede ayudarte a entender por qué se forman algunas relaciones de pareja y por qué suelen fracasar.

El puente del amor como explicación del fracaso amoroso

Dado que tendemos a asociar el peligro y el subidón de adrenalina con el amor muchas personas que se han conocido practicando algún deporte de riesgo o ante un momento o situación de crisis, es posible que terminen emparejándose.

Obviamente no son matemáticas ni ocurre el 100% de las veces, pero sí existe esta tendencia.

¿Qué ocurre? Que mientras se mantienen altos los niveles de adrenalina y cortisol (la hormona del estrés), el enganche continúa. Sin embargo, cuando estos niveles bajan, es posible que ambos descubran que tienen poco en común.

Si como ocurría con los participantes del puente del amor estás sobre excitado cuando conoces a alguien (música alta, consumo de sustancias…) es posible que, como mostraba la teoría de la atribución, asocies estos estímulos a la persona que tienes delante a poquito caso que te haga. Además, si esa persona está en un contexto similar al tuyo (como ocurre en una discoteca, donde el ruido y las luces estroboscópicas aceleran tu pulso y tus latidos) es posible que malinterpretéis la situación y la confundáis con enamoramiento.

Es decir, puede que aquí se esté sembrando la semilla de un inicio de relación. ¡Chupi! Pensaran muchos.

Ahora bien, veamos cómo sigue la historia.

Al principio, cuando empiezas a quedar con esa persona son todo novedades, por lo que se mantiene la excitación. Hacéis cosas que suelen romper la rutina, viajáis más, probáis nuevas experiencias y, además, lo aliñamos con besos y caricias que generan hormonas placenteras que nos enganchan aún más.

-¡Qué maravilla, Ana esto es lo que yo quiero!

Lo cierto es que es una sensación muy agradable, no te lo voy a negar. Ahora bien, te animo a que no te quedes en la superficie, sino a que profundices con esa persona.

Me están escribiendo personas jovencitas, en torno a los 20-30 sorprendidos porque su relación de pareja se ha roto tras unos primeros meses maravillosos.

Atemos cabos. ¿Qué ha pasado para que eso suceda?

Lo veo muchas veces, una vez que baja el subidón de adrenalina, la relación finaliza.

La atribución errónea de sensaciones puede que te haya llevado a pensar que lo vuestro era un amor puro y eterno. Obviamente lo habéis pasado muy bien porque habéis hecho cosas que os gustaban, pero si no le habéis dedicado tiempo a bajar el subidón hormonal y conoceros tal y como soléis ser en el día a día, la probabilidad de que estéis con la persona equivocada es alta.

Ten en cuenta que hay muchos factores que pueden llevarnos a elegir a una pareja u otra. De hecho, tengo varios artículos en los que hablo sobre ellos. Hoy quería compartirte este otro, el de la atribución errónea como otro factor más para que puedas entenderlo más fácilmente.

Una sencilla conclusión

A veces, simplemente fallamos en la elección de pareja porque nuestro cerebro falla y malinterpreta nuestras sensaciones. Ocurre esto al no tener en cuenta los factores externos que pueden estar influyendo en ellas.

Es por eso que te animo a revisar la historia de tus relaciones y ver si este factor te ha influido en alguna ocasión. Me encantará leerte en los comentarios.

De igual modo, ya sabes que, si estás pasando por un momento de ruptura de pareja y necesitas un poco de ayuda extra para sobrellevarlo, me tienes a tu disposición.

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