Cómo elegimos a nuestra pareja
¿Por qué es tan importante la primera impresión?
Autora: Ana Hidalgo
¿Te has preguntado alguna vez cómo elegimos a nuestra pareja?
¿Alguna vez te has parado a pensar por qué eliges el mismo tipo de pareja una y otra vez?
¿Por qué tus ex tienen ciertas similitudes? o ¿por qué elegiste la pareja que tienes?
Lo primero que debes saber es que no elegimos pareja por azar.
Nosotros decidimos sobre nuestra pareja analizando muchos factores, muchos de ellos de forma inconsciente.
Bajo mi punto de vista, el primer factor a considerar es cómo ha sido la primera impresión entre ambos.
Óscar Wilde dijo: “Sólo un imbécil no juzga por las apariencias”.
¿Qué pensaste la primera vez que viste a tu pareja?, ¿qué te llamo la atención de él o ella?
Lo primero que pasó por tu cabeza al conocer a tu pareja, es algo que influyó en tu elección.
De hecho, influyó en ti por varios motivos, me explico:
Modelo psicológico:
Algunos estudios señalan que nos creamos una primera impresión sobre otra persona en décimas de segundo.
Esta primera impresión tiende a mantenerse estable en el tiempo, y podemos formarla incluso sin conocer personalmente a la otra persona, por ejemplo, sólo por lo que hemos oído de ella.
¿Verdad que tienes una impresión sobre las personas que salen en la tele, ya sean actores, políticos o deportistas?
Nuestra mente analiza y etiqueta a gran velocidad lo que nos rodea, y lo hace, generalmente, de forma inconsciente.
Para ello, empleará nuestros recuerdos y experiencias previas.
De este modo, nuestro inconsciente etiquetará a otros, formando esta primera impresión, teniendo en cuenta nuestras relaciones y experiencias pasadas.
Por ejemplo, si la persona que acabas de conocer tiene los mismos gestos que alguien a quien aprecias te resultará más fácil congeniar, mientras que, si su tono de voz o alguna expresión que utiliza te recuerda a un antiguo profesor que no te gustó, será más difícil que congeniéis, pues te has creado una primera impresión a través de las experiencias del pasado.
Bajo el punto de vista de la psicología psicoanalítica, serán precisamente este tipo de “proyecciones del pasado” las que nos empujen en la elección de una pareja y no de otra.
Las teorías psicológicas, de corte psicodinámicas, señalan que aquellos conflictos internos que tengamos de nuestro pasado, especialmente de nuestra infancia, nos harán elegir a aquellas parejas que pueden ayudarnos a superarlos.
Por tanto, nuestra elección de pareja puede servirnos para crecer y enfrentarnos a nuestros fantasmas del pasado, a nuestros miedos.
Así, hasta que no superemos o aprendamos aquello que nos falta, probablemente repetiremos los mismos patrones de elección de pareja.
Modelo biológico:
Por otro lado, el modelo biológico señala que tendemos a la conservación de la especie, y por tanto, buscamos parejas que puedan aportar los mejores genes a nuestra prole.
La primera impresión nos ayuda a ello por varios motivos:
Por un lado, los rasgos faciales y corporales nos pueden ayudar a determinar, aunque sea inconscientemente, el buen aporte genético.
El estudio del genetista Neil Risch con personas latinoamericanas, mostró que éstas se emparejaban conforme a sus parecidos en la ascendencia genética, esto es, las semejanzas en su ADN.
Por tanto, la primera impresión puede servirnos para localizar ciertas similitudes genéticas con nosotros.
Además de estas semejanzas de ADN, se ha señalado que las facciones más simétricas son signo de buen aporte genético, por lo que serán una característica más a tener en cuenta en nuestra elección.
Se sostiene también que, las curvas en una mujer y la musculatura del hombre ayudan a intuir una buena gestación y crianza, aunque en este aspecto se mezclan factores bio-sociales.
Por otro lado, el primer acercamiento nos ayuda a conocer el olor de la otra persona, es decir su bioquímica, recuerda que las feromonas también juegan un papel importante en la atracción de pareja.
Es más, a este respecto precisamente se ha señalado que el olfato de la mujer se agudiza durante el período premenstrual, a fin de captar la compatibilidad genética.
Modelo social:
Bajo otra perspectiva, el modelo social indica que la primera impresión nos ayuda a conocer modales, atuendo, forma de vestirse, peinarse, lucir complementos, forma de moverse…
Todos estos factores son pistas sobre el estatus de la otra persona, su nivel económico, su educación, su carácter…
Es más, los estudios han demostrado que tendemos a escoger pareja con semejanzas en edad, raza, educación, cultura y/o religión.
En función de nuestra propia conformidad con nosotros mismos y nuestras necesidades, estas características la harán más o menos atractivo.
Por tanto, la elección de pareja no se debe al puro azar, sino a la conjunción de distintos factores.
Entre los más estudiados están los biológicos, sociales y psicológicos.
En referencia a estos últimos, si quieres profundizar más sobre tu caso en concreto, y por qué sigues cometiendo los mismos errores a la hora de elegir pareja, ya sabes que puedes contactar conmigo y solicitar una terapia individual.
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Sobre la autora:
“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.
Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.
Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog”.
HOY EN DIA CONOCIO A UN CHICO CON UNA HIJA Y LO ACEPTE TAL COMO ES PERO LA MAMA DE SU HIJA DECIDIO DECIRLE QUE LO AMA Y QUE QUIERE REGRESAR CON EL DESPUES DE HABERLO HECHO SUFRI DONDE HUBO DE TODO PERO EL NO SABE QUE DECISION TOMAR
Hola Ariadna, muchas gracias por comentar y compartir tu experiencia.
En consulta veo mucho la situación que comentas. Hay personas que todavía siguen “enganchadas” de algún modo a su anterior relación y de ahí que si se plantean este tipo de decisiones tengan sus dudas.
Este chico tendrá que tomarse un tiempo para reflexionar sobre lo que quiere o no. De igual modo, tú puedes también reflexionar sobre si estás en el tipo de relación que quieres o no.
Mucho ánimo.