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Cómo hacer frente al fin de las vacaciones

Autora: Ana M. Hidalgo

Algo que les sucede a muchas personas al terminar sus vacaciones es que sienten estrés postvacacional.

Decidir adiós a los buenos momentos de relax y volver al trabajo, comenzar la rutina de llevar a los niños al cole o activarnos en la búsqueda de empleo remunerado, puede convertirse en algo muy estresante. Sin embargo, esta no es la única causa por la que puede aparecer el estrés postvacacional.

¿Qué es el estrés postvacacional?

Lo que se conoce como “depresión post vacacional”, “síndrome postvacacional” o “estrés postvacacional” es un término inventado.

Sí, no me he vuelto loca, es un concepto relativamente nuevo que todavía no se ha reconocido oficialmente como enfermedad.

¿Quiere esto decir que las personas que dicen sufrirlo no tengan síntomas reales? No.

De hecho, este término ha surgido por la necesidad de agrupar un conjunto de síntomas, cada vez más comunes.

Ahora bien, si bien no se reconoce oficialmente como una enfermedad, este síndrome conlleva una serie de molestias popularmente conocidas que abarcan tanto síntomas físicos como emocionales.

¿Cuáles son los principales síntomas?    

Su propio nombre ya te está dando una pista, estrés o depresión postvacacional.

Es decir, entre sus síntomas más comunes están los típicos de ambas dolencias, pero sin llegar a ser incapacitantes. Al fin y al cabo, es un proceso de adaptación normal y frecuente que suele durar un par de días.

Entre los más frecuentes están:

Irritabilidad.

– Cansancio.

Tristeza.

– Dificultad para conciliar el sueño.

– Falta de apetito.

Dolores musculares.

– Profunda sensación de apatía

¿Por qué surge el estrés postvacacional?

Hasta el momento, muchas personas asociaban el estrés postvacacional con el bajón que nos puede dar por terminar las vacaciones y la buena vida. Sin embargo, no es el único motivo.

Se puede sentir estrés postvacacional también en situaciones como las siguientes.

Haber cogido malos hábitos o rutinas durante las vacaciones

Muchos de nosotros trasnochamos más de la cuenta en vacaciones, cambiamos nuestros hábitos de comida y en general, adoptamos hábitos poco compatibles con la rutina laboral.

Si te incorporas de golpe al trabajo, sin haber ajustado antes estos hábitos, es posible que tu cuerpo no llegue en condiciones óptimas. Si esto sucede, la probabilidad de que sientas estrés postvacacional será alta.

Tener que regresar a un trabajo no deseado.

No es tanto el que se acaben las vacaciones como el hecho de tener que lugar a un lugar estresante: el trabajo.

Si no te sientes a gusto en tu puesto de trabajo, es probable que sientas estrés postvacacional.

Mucho más si tus relaciones laborales son tóxicas.

Haber vivido unas vacaciones decepcionantes

Muchas veces ponemos nuestras esperanzas de desconexión en las vacaciones. Sin embargo, en ocasiones éstas no cumplen su función.

Por ejemplo, si ha habido malos rollos con la pareja, problemas con la reserva de hotel, ha ocurrido algún suceso traumático durante este periodo…

En definitiva, si no has podido desconectar en vacaciones. Al ver que lo que te queda por delante vuelve a ser la rutina y un camino empinado, es probable que sientas estrés postvacacional.

¿Cómo prevenir el estrés postvacacional?

Para prevenirlo es aconsejable incorporarse a nuestro día a día de forma paulatina.

De este modo podremos habituarnos poco a poco a los ritmos de sueño y comida que las exigencias de vida activa nos van a ir imponiendo (esto ayudará a paliar los síntomas físicos).

Si puedes, déjate unos días libres en casa antes de volver a la rutina. Así podrás iniciar los preparativos oportunos, dado que son muchos los aspectos que modificamos en esta época. Por ejemplo, cambiamos vestuario por uno más formal o menos fresco, debemos madrugar más y trasnochar menos, ajustar nuestro horario de comida a unas horas determinadas, organizar agendas…

Respecto a evitar la sintomatología psicológica, es importante evitar tener una actitud de queja permanente. Puede que no te apetezca volver a madrugar o a trabajar, pero la queja constante no te lo solucionará.

Para animarte, conviene compaginar nuestra vida activa con alguna actividad de ocio, incluso pensar y planificar una nueva escapada. De esta forma, el cambio no será tan brusco.

De igual modo,  trata de enfocar este nuevo periodo en positivo, plantéate nuevos retos, aprende algo nuevo, aprovecha las horas de sol que todavía quedan para socializar fuera de casa…Es decir, aprende a seguir disfrutando con la nueva etapa que ahora tienes por delante.

Finalmente, y aunque parezca obvio, evita sobrecargarte de tareas especialmente los primeros días. Igual que no empezarías una carrera sin calentar, no te des un palizón laboral sin prepararte antes.

¿Y si ya tengo estrés postvacacional?

Si este año no te han llegado a tiempo estos consejos, y no has podido prevenir a tiempo el síndrome postvacacional, no te preocupes.

En la gran mayoría de los casos, este síndrome no debe ser motivo de alarma.

Recuerda que se trata de un periodo adaptativo, como sucede con los cambios estacionales o en los cambios de horarios, y su duración no es excesivamente larga (de 1 a 2 semanas como mucho).

No obstante, si notas que estos síntomas se alargan en el tiempo, plantéate si estas señales están escondiendo algo más.

Es decir, pregúntate si algo que no va bien en tu vida y temes acercarte a tu realidad.

De ser así, te recomiendo visitar un psicólogo, pues es posible que estés ante alguna dolencia que deba estudiarse con más detenimiento.

Cómo lo enfrento yo en mi vida personal

No sé si a ti te pasará o no, pero para mí el fin de las vacaciones de verano me suponen el disparo de salida para el nuevo curso.

Es decir, aunque pueda llegar cansada en alguna ocasión, incluso sentir estrés postvacacional unos días, me encanta pensar que en septiembre empieza una nueva etapa para plantearme nuevos retos.

Es algo así como mi inicio de año y, ya se sabe, como dice el refrán “año nuevo, vida nueva”.

Creo que cada septiembre iniciamos una nueva etapa de la que podemos sacar partido si nos lo proponemos. Enfocarlo así me ayuda a verlo más como un nuevo reto que como una vuelta a las obligaciones.

Por eso, déjame preguntarte, ¿cuál es tu meta para este nuevo curso?

Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.

Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.

Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor, psicología y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”

 

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