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Trucos para cumplir tus propósitos y objetivos

Autora: Ana M. Hidalgo

¿Ya tienes listos tus nuevos propósitos y objetivos para esta nueva etapa de tu vida?

Hay momentos claves en nuestra vida en los que nos paramos a replantearnos dónde estamos y dónde queremos ir. Con frecuencia, el inicio de año, del curso académico, o nuestra fecha de cumpleaños, suelen ser un momento popular para plantearnos nuevos propósitos y objetivos.

Sin embargo, ¿son realmente nuevos? A menudo nos encontramos con propósitos que repetimos año tras año pero que nunca llegamos a cumplir. Perder esos kilos de más que nos sobran, aprender algún idioma o comenzar a hacer ejercicio, suelen ser de esos propósitos que arrastramos sin terminar de afianzar.

¿Por qué no se cumplen nuestros propósitos a pesar de nuestras buenas intenciones?, ¿qué podemos hacer para que esto cambie?

A continuación, te doy algunas pautas que te ayudarán a cumplir tus propósitos más fácilmente.

La clave está en tres pasos importantes que iremos explicando poco a poco. Esto es, los objetivos en sí mismos, nuestro plan de actuación y el seguimiento que realizamos.

Objetivos y propósitos

Aquí debes tener en cuenta que no todo vale como propósito.

Si realmente quieres llegar a cumplir tus propósitos y objetivos vas a tener que definirlos y escogerlos bien. De hecho, es importante tener en cuenta estos 5 aspectos clave:

1.     NO seas ansia.

Lo sé, hay muchas cosas que te gustaría lograr, pero debes tener claro que quien mucho abarca poco aprieta.

Empieza proponiéndote un objetivo o dos, después ya iremos viendo.

2.     NO seas superficial

Para cumplir tus propósitos debes tener claro en qué consisten y no quedarte en lo superficial.

Si, por ejemplo, estás decidido a dejar de fumar, pregúntate por qué quieres hacerlo.

No es lo mismo si lo haces porque quieres tener mejor salud, por reducir gastos económicos o porque deseas deshacerte del olor que deja en ti. Son fines diferentes.

Generalmente un mismo fin puede lograrse por distintos medios, y conviene conocerlo a fondo para buscar las alternativas que más te convengan.

3.     NO pongas la responsabilidad en manos de otros

Debes tener en cuenta que la meta debe depender de ti, de tus actos y decisiones, pero no de terceros.

Por ejemplo, si tu propósito es tener pareja, la has cagado. Esto no es un objetivo bien definido porque no depende únicamente de ti, debe haber otra persona también interesada. En este caso, por ejemplo, puedes reajustar tu objetivo y apuntar hacia conocer a dos personas nuevas al mes o realizar 5 actividades sociales. La probabilidad de que conozcas a alguien interesante como pareja va a aumentar, pero recuerda que el tener pareja no sólo depende de ti y, por tanto, no está en tus manos unicamente.

4.     NO seas cagón ni vayas de sobrao

Es importante que tus propósitos supongan un reto alcanzable.

Si en tu vida jamás has hecho ejercicio, por ejemplo, es muy probable que no puedas atender al gimnasio todos los días durante varias horas (al menos no en estos momentos).

Tampoco te exijas menos de lo que puedes dar, porque esto hará que termines aburriéndote y tu propósito te parezca una chorrada.

Para evitar esto, fíjate metas que te supongan un reto, pero que estén dentro de tus posibilidades actuales.

5.     NO lo elijas por presión social

A veces nos proponemos retos bajo presión social. Seguro que tú también has oído eso de: “para encontrar trabajo debes aprender idiomas”. Sin embargo, si esto realmente no te motiva, es difícil que lo mantengas mucho tiempo.

En estos casos, es posible que inicies “tu propósito” por un tiempo, pero tus ánimos se desinflarán fácilmente.

Busca algo que realmente te motive, que active tu mente y te cargue de energía con sólo pensar en lograrlo o en fracasar. Tus energías irán fluctuando conforme pasa el tiempo, pero si tus motivos son buenos, te ayudarán a perseverar.

Encuentra tus porqués y para qué. Si no sabes cómo descubrir aquello que te apasiona, pincha aquí para ir a otro post en el que hablo precisamente de ello.

En cuanto a tu plan de acción

Actuar a lo loco, de forma impulsiva o simplemente dejarlo fluir es una opción, por supuesto, pero probablemente no muy efectiva.

¿Cómo vas a saber si estás mejorando y te estás acercando a cumplir tus propósitos?

Te animo a que una vez que sepas cuáles son tus propósitos u objetivos, apliques estas 3 reglas.

1.     Tu propósito debe ser medible

Es necesario que puedas ver los progresos que vas realizando con tus esfuerzos. Si lo piensas bien, esto lo tenemos muy presente en los deportes.

Por ejemplo, sabes que tu equipo va mejorando en función de los puntos que va acumulando y los partidos y trofeos que va consiguiendo.

Por eso haz que tu propósito sea medible de algún modo. No digas quiero viajar más, sino este año conoceré al menos 3 nuevas ciudades.

2.     Concreta más sin ser estricto

Cuando estés cansado o aburrido te va a ser difícil concentrarte plenamente en tu objetivo, y es fácil que lo abandones.

Si entre tus propósitos está la pérdida de peso, concreta cuánto peso quieres perder y en cuánto tiempo. Tener un menú mensual o semanal te ayudará a ponértelo más fáicl.

De igual modo, si tu propósito es conocer nuevas ciudades, indica cuáles serán, en qué época las visitarás, cuánto vas a ahorrar mensualmente para poder viajar… pero deja opciones abiertas para cambios. Por ejemplo, dependiendo de si consigues un mayor o menor ahorro, puedes variar la calidad o ubicación del hotel.

Además, puedes subdividir tus propósitos en submetas: buscar información sobre los destinos (vuelos, vacunas, lugares de interés…), establecer un plan de ahorro semanal, ajustar el calendario laboral con las fechas deseadas… De esta forma te será mucho más fácil enfrentarte a cada pequeño paso que conlleva.

3.     Se previsor

Sabemos que los imprevistos ocurren, y es probable que el camino que quieres recorrer tenga altibajos.

Si por ejemplo decides comer menos comida rápida para mejorar la salud, puedes prever más tiempo para cocinar a diario, y también, tener claro cómo te organizarás los días de mucho trabajo y poco tiempo.

Es importante que tengas en mente qué ganarás si consigues tu propósito, y también qué perderás o a qué te arriesgas si no lo consigues.

Por ejemplo, ganarás una mejor salud si comes más saludable y evitarás problemas de diabetes, obesidad, hipertensión…

Ten en cuenta que, nuestra mente puede ser muy pilla y puede llegar a encontrar beneficios incluso cuando pierdes algo. Por ejemplo, la recompensa inmediata, el placer que te ofrece un plato rápido, sin esfuerzo de cocinarlo. Anticípate a tus propias trampas mentales.

A veces, somos capaces de autoconvencernos de que algo no es realmente tan malo o tan peligroso. Por eso precisamente, prepárate para prever consecuencias. ¿Qué dificultades puedes encontrar a la hora de seguir tu propósito?, ¿con qué apoyos o recursos cuentas para hacerles frente?

Obviamente, no basta con tener un buen plan de acción, hay que ponerlo en marcha.

Para asegurarnos que todo va sobre ruedas y no hemos bajado la guardia tenemos los seguimientos.

Seguimientos

Márcate una fecha de inicio, de fin y, varias fechas para revisar si tu plan marcha bien o necesita ajustes.

Puedes anotarlas en tu calendario, dejarte alarmas programadas en tu móvil o pedirle a alguien que te ayude a recordarlo.

Un truco sencillo es escribir tu propósito y colgarlo en un lugar visible. Esto te ayudará a mantenerlo en tu memoria más fácilmente y que puedas hacer tus comprobaciones con cierta frecuencia.

Si ves que una parte de tu plan para lograr tu propósito falla de forma sistemática, que no cumpla el pánico. Tan sólo hay que hacer ajustes en tu plan de acción o lograr una mejor definición de objetivos o submetas.

Reformula los pasos que te están dando complicaciones y sigue intentándolo, ¿quién dijo que estos propósitos no pueden retomarse en cualquier momento del año?

Actúa y persevera, verás cómo lo que ahora te supone un esfuerzo, pronto se habrá convertido en un hábito que te acercará al cumplimiento de tus metas.

Por último, algo importante, felicítate por los pequeños logros que vas alcanzando.

Como has oído mil veces: un camino de mil millas empieza con un paso.

Ahora te toca a ti…

Una vez tengas bien definido tu propósito, ponlo en marcha cuanto antes y si puedes, hazlo público.  El adoptar un compromiso social te dará un empujón extra para actuar.

Recuerda que no todas las personas nos movemos baja las mismas motivaciones. Para algunas será más fácil lograrlo si tienen presente la recompensa. A otras, en cambio, les motiva más el evitar algún tipo de daño. Por eso mismo, a la hora de ponerte anotaciones de seguimiento, pon más énfasis en lo que a ti más te mueva a actuar.

Y tú, ¿qué propósitos te has marcado para este año?

Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.

Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.

Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”

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