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Cómo terminar con una relación tóxica

Autora: Ana M. Hidalgo

A lo largo de nuestra vida, es frecuente cruzarnos con personas tóxicas y caer en una relación tóxica con ellas.

En un primer momento, no nos percatamos del daño que pueden ocasionarnos, incluso pueden aparecer como personas encantadoras y llenas de virtudes, pero poco a poco esta relación se va transformando hasta que descubrimos que mantenemos una relación tóxica con ellas.

Diferencia entre una persona tóxica y una relación tóxica

Persona tóxica

Las personas tóxicas son aquellas que no te permiten sentirte bien contigo mismo, te amargan, te roban energía, te provocan emociones negativas o simplemente no te tratan bien.

Podemos encontrar personas tóxicas en cualquier ámbito de nuestra vida (trabajo, familia, amigos y, por supuesto, relaciones de pareja).

Debes tener en cuenta que existen personas tóxicas en sí mismas, sin embargo, otras pueden serlo sólo ante ciertas circunstancias.

Por ejemplo, personas con trastornos psicopáticos pueden ser personas tóxicas en sí mismas. Ahora bien, también hay personas que, sin sufrir ningún cuadro patológico, pueden comportarse de forma tóxica por las circunstancias. Estos casos pueden darse en momentos de un gran estrés.

En cualquier caso, me interesa especialmente que te fijes en esas personas que son tóxicas la mayor parte del tiempo. Un jefe que siempre grita, una pareja que te manipula cada dos por tres, un amigo que sólo sabe quejarse… Todos estos casos te llevarán a una relación tóxica de la que deberías salir cuanto antes, pues irá a peor.

¿Cómo puedes identificar a personas tóxicas?

Sea como fuere (por problemas patológicos o no), las personas tóxicas pueden caracterizarse por cumplir alguna de estas características:

Son manipuladoras

Ten en cuenta que no dudan en seducir, mentir y engañar para conseguir aquello que desean. De hecho, actúan en algunos casos con maestría y sutileza.

Es por eso que muchas veces no te darás cuenta que estás dentro de una relación tóxica. Pueden desplegar su encanto y simpatía que, aunque suele ser superficial, puede encandilarte en un determinado momento. Aunque eso sí, incluso sus halagos estarán calculados para que bajes la guardia.

Por ejemplo, como dice el psicólogo Iñaki Piñuel en su libro Amor Zero, los psicópatas pueden tener un magnetismo emocional y sexual arrollador. De hecho, apunta que te bombardearán de amor y te seducirán al principio de la relación.

Tratan mal a los demás

Las personas tóxicas descalifican, se burlan y humillan a los demás sin ningún tipo de remordimiento.

Es muy probable que te dejen tirado/a “como a un perro”, te mientan con frecuencia, muestren soberbia, dominancia, frialdad…

Si estás o has estado en una relación tóxica probablemente te hayas sentido mal estando a su lado. Te critican, juzgan, malinterpretan y distorsionan la realidad a su antojo.

Se muestran como víctimas

No importa lo que haya sucedido, estas personas jamás reconocen su propia culpa o responsabilidad. De hecho, darán “la vuelta a la tortilla” y se las apañarán para culparte a ti o a otros. Así intentarán mostrarse como la víctima y dar pena.

Y, por si te lo estás preguntando, no, no tienen remordimientos por ello. Podría decirse que se convierten en el lobo con piel de cordero.

Controlan a los demás

Aunque no todas las personas tóxicas son iguales, muchas suelen cumplir esta característica: ser controladoras.

Exigen mucha información sobre tus acciones, pensamientos, emociones… pues tratan de conocer tus puntos débiles para echártelos en cara.

Sin embargo, no son personas abiertas cuando se trata de ellas mismas, hay mucha ocultación sobre quiénes son realmente. No te hablarán de sus amigos, familia ni aspectos más personales, a no ser que sea para ponerse en el lugar de víctima o empequeñecerte a ti.

Mucho cuidado, con quienes pretendan controlarte hasta en detalles pequeños como tu forma de vestir, expresarte…

Empañan tu vida con quejas constantes

Algo que notarás fácilmente en una relación tóxica es que te absorben energía. Esto lo consiguen a través de sus continuas quejas.

Siempre encuentran el lado oscuro de las cosas y se lamentan de ello constantemente, intentando llevarte a su lado catastrofista.

Tienen falta de empatía

Su egocentrismo es su máxima. No pueden ponerse en el lugar de otros, se creen conocedoras de “la verdad” y no atienden a otros razonamientos que no sean los suyos propios.

Muestran frialdad y carencia de emociones hacia otros, salvo que quieran conseguir algo de ti. En estos casos fingirán atención y te cubrirán de halagos si hace falta.

Son envidiosas y celosas.

Podrás descubrir a una persona tóxica en detalles sencillos, como el hecho de su envidia excesiva. No soportan la felicidad de otros y tratan de destruirla.

No suelen llevar nada bien el éxito o la felicidad ajena.

Se muestran airadas y violentas.

Saltan a la menor provocación, gritan, insultan, rompen objetos…

Si estás en una relación tóxica seguramente habrás observado que sus reacciones pueden ser desmesuradas. Un pequeño detalle puede hacer que salten o exploten sin piedad.

¿Qué hay de las relaciones tóxicas?

Lo más probable es que, si te relacionas con una persona tóxica vuestra relación acabe siendo una relación tóxica. Sin embargo, a veces las relaciones tóxicas pueden producirse incluso aunque las personas implicadas no sean tóxicas.

Esto es así por algo muy sencillo, no todos los tipos de personalidades encajan bien.

Como sabes, hay combinaciones que no mezclan bien, como el agua y el aceite; o la leche y la coca-cola. Quizás ambos seáis buenas personas, pero si al combinaros sois explosivos y os lastimáis, estáis en una relación tóxica. Por eso, como ya te anticipé en otro artículo, a veces el amor no es suficiente para mantener una relación.

¿Cómo puedes averiguar si tienes una relación tóxica?

Cuando comenzamos a percibir señales de estar viviendo una relación tóxica, con frecuencia es difícil aceptarla como tal. En consulta suelo ver que tendemos a minimizar los errores. Así, solemos justificar las acciones de los demás y las nuestras propias, miramos para otro lado y nos negamos a aceptar la realidad que comenzamos a ver se nos viene encima.

Por si nuestra negación fuera poco, cuando decidimos abandonar esta relación tóxica nos encontramos con grandes dificultades para hacerlo, pues existe una red invisible que nos atrapa en ella, y que hace muy difícil que nos alejemos de esta persona.

Un paso importante para descubrir si tienes una relación tóxica consiste en observar tu relación.

Piensa en cómo te sientes cuando estás cerca de esta persona.

Algunos indicadores de que estás manteniendo una relación tóxica tienen que ver con las emociones que experimentas a su lado. Por ejemplo, sentir con frecuencia enfadado, tristeza, vergüenza, culpa, desprecio, asco, miedo… pueden ser síntomas de que estás en una relación tóxica.

Reflexiona sobre cómo te comportas cuando estás con esa persona.

Una frase que suelo escuchar es esta de “me saca de mis casillas”.

Estás en una relación tóxica cuando dejas de actuar como sueles hacerlo pasas a convertirte en el Grinch. Por ejemplo, alzas más la voz, lloras, golpeas o rompes objetos, refunfuñas…

Es probable que incluso te pilles a ti mismo/a inventando excusas para pasar menos tiempo con esa persona. Quizás empieces a tener más reuniones de trabajo, urgencias familiares o cualquier otra actividad antes que estar con esa persona.

Escucha lo que dice tu cuerpo de vuestra relación

Si el pensar en reunirte con esa persona produce en ti malestar gástrico, dolores de cabeza, sensación de mareo, es posible que estén saltando tus alarmas.

Si tus emociones, tus actos y tus entrañas se revuelven con sólo pensar en pasar tiempo con esa persona, siento decírtelo, tienes una relación tóxica.

Cómo terminar con una relación tóxica

Como hemos visto, las relaciones tóxicas pueden darse en cualquier ámbito de nuestra vida, y no siempre es fácil soltarlas.

Por ejemplo, puede que estés pensando en alguna de estas opciones

  • Es que por muy mal que me lleve con mi madre, es mi madre, no puedo terminar la relación.
  • Mi jefe es una persona tóxica, pero necesito el trabajo.
  • Quizás esté exagerando y mi pareja no sea tan tóxica, todas parejas discuten.
  • Llevamos siendo amigas toda la vida, sería una pena dejarlo.

Si es así, te reconozco que no será fácil, sin embargo, puede ser importante para tu bienestar terminar con esa relación que te daña.

Tal vez no necesites relacionarte con tanta frecuencia con esa persona, puedas encontrar otro trabajo, o sea mejor conservar un bonito recuerdo del pasado que arrancarse los pelos a día de hoy por tantas discusiones.

En cualquier caso, te recuerdo una vez más que cada caso es diferente. A veces es importante hacerse con herramientas adecuadas para poder soltar. A este respecto, ya sabes que, si lo necesitas, me tienes a tu disposición para abordar tu caso dentro del contexto de una terapia. De todas formas, te comparto algunos truquillos que de seguro te vendrán bien.

6 tips básicos para lograr terminar con una relación tóxica.

Habla claro.

Algunas personas no saben que su comportamiento es tóxico en algunas circunstancias, por lo que debes hablar con franqueza.

A veces algo tan sencillo puede modificar su comportamiento.

Por ejemplo, si tu amigo te llora las penas a todas horas y te está arrastrando en su negativismo, plántale cara.

Hazle saber cómo te sientes y anímale a dejar de lamentarse y pasar a la acción, tomar decisiones y actuar, pues si no cambia su actitud te mantendrás fuera de su vida.

Deja de poner excusas para acabar con una relación tóxica.

Si la relación es muy dañina, debes estar dispuesto/a a terminar completamente con la relación si fuese necesario.

Si la relación tóxica es con un compañero de trabajo, por ejemplo, puede parecer complicado. Quizás debas hablar con tu compañero o con algún superior para hacer frente a esta situación. En cualquier caso, si sientes que no tiene solución, quizás puedas plantearte un cambio de departamento o trabajo. Plantéate la prioridad de tu bienestar emocional.

Si no pudiera solucionarse y tienes que seguir en la relación, establece de antemano las reglas de convivencia y rodéate de positividad para sobrellevarlo.

No permitas acceso a tu intimidad.

Si tu relación tóxica se debe a una persona tóxica, no le des acceso a tu intimidad.

La persona tóxica se aprovechará de tus debilidades, dará la vuelta a tus virtudes y tratará de desarmarte.

No le des información sobre tu yo interior, así contará con menos armas.

No le sigas el juego, esto sólo te llenará de negativismo.

Si te quiere insistir sobre lo malo que es esta o aquella persona, no permitas que continúe con este discurso.

No accedas a criticar a personas que no están delante y, por tanto, no pueden defenderse.

Si el ataque es contra ti, puedes simplemente retirarte y desatender su mal comportamiento. Que alguien te regalo algo (aunque sean palabras) no quiere decir que debas aceptar lo que te da.

Se amable.

Debes neutralizar la toxicidad demostrando que no te afecta, por lo que debes conservar tu amabilidad.

Muchas veces las relaciones tóxicas se crean por malentendidos del tipo “tú empezaste, así que tú más”. Romper con la pescadilla que se muerde la cola y tender una mano amable puede ayudar a que la relación mejore.

Busca ayuda profesional.

En muchas ocasiones las relaciones tóxicas terminan en maltrato, ya sea físico, psicológico o de ambos tipos, por lo que contar con la ayuda de un profesional será muy importante.

Ten en cuenta que con frecuencia la autoestima se ve gravemente deteriorada ante exposiciones tóxicas continuadas, por lo que será necesario reconstruirla nuevamente.

Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

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