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Supera el pasado.

Tu pasado no marca tu destino.

Autora: Ana M. Hidalgo

Si quieres seguir avanzando, supera el pasado.

Hace un tiempo leí un fantástico libro de Javier Iriondo: “Donde tus sueños te lleven” donde se hablaba precisamente de esta idea: tu pasado no marca tu destino y hoy quiero compartirla contigo bajo mi propio punto de vista.

A lo largo de mi experiencia profesional me he encontrado con decenas de personas que viven su vida condicionadas por su pasado.

Con frecuencia se excusan y respaldan en su pasado para justificar los errores que están cometiendo en el presente.

Y es que, aunque nos cueste reconocerlo, a veces aterra pasar página, emprender nuevas acciones y enfrentarse a lo desconocido.

Si queremos ser felices hoy debemos empezar por asumir riesgos, cambiar de actitud y cortar el invisible cordón que nos aferra al pasado.

Hay que estar dispuestos a avanzar y emprender acciones que nos conduzcan a nuevos resultados, a nuevos caminos por explorar, a un sendero nuevo donde habita la felicidad, pues los hechos pasados jamás podrán modificarse, ni traerán nuevos resultados.

Si estás dispuesto a continuar con tu vida, invertir en ti empleando tu tiempo y tus fuerzas, estas premisas te serán de gran utilidad.

A continuación te muestro 6 tips básicos para aprender a superar el pasado y vivir tu presente:

  1. Acepta que el pasado ha terminado desde hoy.

Hasta el momento has vivido aferrado a algo que ya no existe, que ya ha terminado hace tiempo.

Quizás sufriste daños importantes a causa de terceros, o cometiste errores que consideras enormes, pero esa no es tu realidad actual.

No condenes tu felicidad por problemas que no perduran.

El hecho de que los mantengas vivos en tu mente es por la intensidad que tuvieron en el pasado pero, seguramente, tu reacción ante estos problemas y situaciones sería muy distinta hoy, ya que has madurado y aprendido de ellas.

Hoy estás más preparado para afrontar situaciones difíciles y debes superar tu pasado para continuar disfrutando tu vida.

Te voy a contar una historia donde podrás comprobar lo que trato de explicarte:

Cuando tenía cuatro años Pablo pintó la pared de su vecina.

En ese momento Pablo no comprendía que estaba deteriorando un bien ajeno, sino que creía que le regalaba su arte.

Como puedes imaginar, fue regañado y criticado y esto le hizo, sentir vergüenza cada vez que se cruzaba con ella, por eso, aprendió a esquivarla en el portal, el ascensor…

Este sentimiento perduró durante años y ahora, que ya es adulto, sigue avergonzándose de ese día cada vez que sale a relucir el tema.

Pablo procura no visitar a sus padres para no encontrar a su antigua vecina y las pocas veces que va al barrio, prefiere no usar el ascensor para no encontrársela de forma repentina.

Como ves Pablo sigue moldeando sus actos por no afrontar su error del pasado.

Sin embargo, sus errores de entonces están muy lejos de su realidad: probablemente la vecina haya olvidado aquella pequeña anécdota y, aunque así no fuera, Pablo ahora es adulto, ha aprendido de la experiencia, ha madurado desde entonces y desde luego ya no se dedica a hacer grafitis en las paredes de las vecinas.

Seguramente las experiencias de tu pasado no sean tan simples como esta, quizás sufriste maltrato, indefensión, la pérdida de un ser muy querido… pero si sigues aferrándote al pasado te perderás todo tu presente y todo lo bueno que la vida te depara.

Ya aprendiste, ahora supera tu pasado y déjalo atrás.

  1. Pide perdón sincero.

Pide perdón a quien pudieras haber ofendido en el pasado, eso te hará sentir mejor.

Si se trata de alguien a quien ya no puedas decírselo a la cara (ha muerto, has perdido la relación, niega tu contacto…) puedes escribirle una carta, aunque no llegues a enviarla, el mero hecho de pedir perdón sincero te ayudará a pasar página.

No olvides pedirte perdón a ti mismo también, es importante que veas el cambio que se ha producido ya en ti y que asumas que todo en esta vida conlleva una etapa de aprendizaje, cada uno actúa en cada momento pensando en lo que considera mejor en esa etapa concreta de su vida, usando las habilidades y destrezas que posee en cada momento, por lo que no hay que fustigarse por la elección y los actos ya realizados.

  1. Comienza a diseñar tu nuevo plan de vida.

Decide qué quieres hacer, cómo quieres actuar, quién quieres ser en definitiva.

Concreta tu proyecto lo máximo posible, esto te ayudará a conocer los pasos a dar.

Entre las actividades de tu lista hay una que debe primar pues constituirá los cimientos de tu andanza, y es el cambio de actitud y de forma de pensar.

Hasta el momento lo habías hecho de forma poco eficaz, mirando al pasado y a tus antiguas limitaciones.

Ahora eso ya ha empezado a cambiar pues estás asumiendo responsabilidad sobre tu vida y has decidido superarlo.

Cambiar tu forma de pensar te llevará tiempo, no se logra de la noche a la mañana, necesitarás de esfuerzo y perseverancia, pero sólo tú debes decidir si estás dispuesto a pagar el precio.

Permíteme que te pregunte: ¿verdad que si quieres unos buenos abdominales asumes que debes trabajarlos?

Pues con esto sucede lo mismo, aunque tranquilo que se logra antes y se suda menos jajajaja.

  1. Olvida tu etapa de lamentaciones.

Supera el pasado y deja de preguntarte “¿por qué a mí?” y empieza a preguntarte qué puedes aprender de esta experiencia.

Aprende a formular las preguntas adecuadas para guiar tu presente.

¿Qué quieres conseguir?, ¿qué te lo impide?, ¿con qué nuevas habilidades cuentas ahora, que puedes usar a tu favor?

Descubre tu valor, encuentra tu belleza, tu salud, y todas las virtudes que posees y te hacen ser quien eres.

Aprende poco a poco a conocer tu yo actual y a sacar provecho de todo su potencial.

  1. Dedica un tiempo diario a tu cuidado.

Cuídate por fuera y por dentro.

Hidrátate adecuadamente, mejora tu dieta aunque sólo sea en una cosa.

Practica ejercicios de relajación, vístete de forma que te sientas guapo, haz ejercicio…

En definitiva, realiza todos los días alguna actividad con la que realmente disfrutes ( escucha música, sal a pasear, canta sin más…).

Importante: no esperes el momento perfecto, simplemente hazlo.

  1. Crea tus propios retos personales de forma diaria y también semanalmente.

La clave está en plantear objetivos realistas, prográmate de forma adecuada a tus posibilidades actuales (con el tiempo se irán ampliando), no pospongas y sobre todo, felicítate por los logros, por tu nuevo cambio de actitud y por tu perseverancia.

Al terminar la semana, o el mes, te habrás enfrentado a muchos obstáculos.

Si te das cuenta, habrás podido vencer muchos con tu nuevo cambio de actitud positivo.

Ver tus progresos te estimulará para continuar esta línea de acción en la que acabas de iniciarte al ver resultados.

No olvides decirte a ti mismo: CHICO, TÚ VALES MUCHO, mereces disfrutar el momento (carpe diem).

Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.

Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.

Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor, psicología y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”

 

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