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¿Hiperactividad?

Autora: Ana M. Hidalgo

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) sigue siendo a día de hoy un gran desconocido de cuya existencia incluso se está comenzando a dudar.

Hiperactividad Causas:

A día de hoy no existe consenso sobre el origen del TDAH.

A pesar de que algunos apuntan hacia una predisposición genética y neurobiológica, en la actualidad no se cuentan con marcadores biológicos consistentes (Timini 2004).

Por otro lado, otros apuntan a un origen social. Bajo estos modelos, la hiperactividad se debería al ritmo de vida ajetreado, los modelos de sociedad y los factores educativos.

Finalmente, hay quiénes apuntan hacia la existencia de una controversia importante, y ven el TDAH como una invención.

Recientemente he leído que algunos especialistas como el catedrático en psicología Marino Pérez cuestionan la existencia de este trastorno y lo etiquetan como “un problema que los adultos tienen con la actividad y la atención de los niños”.

En mi humilde opinión, esta etiqueta es cierta en muchos casos.

Hablando con otras madres, me ha sorprendido el elevado número de ellas que me han comentado tener sospechas de que sus hijos eran hiperactivos.

Los niños son activos e inquietos por naturaleza, pero eso no quiere decir que sean hiperactivos.

Cómo saber si mi hijo puede tener TDAH. Hiperactividad síntomas:

Antes de decidir sobre si tu hijo es hiperactivo o no, mira a ver si tiene las suficientes oportunidades de desfogarse, de correr, saltar, gritar, jugar y divertirse como cualquier otro niño de su edad.

Pregúntate: ¿va al parque lo suficiente?, ¿juega con otros niños?, si no estuvieras tan agotada por tu propio ritmo de vida¿seguirías pensando que es tan inquieto?, ¿cómo se comporta cuando puedes dedicarle más tiempo, disminuye algo su ritmo?…

También plantéate si es capaz de mantener la atención durante al menos 15 minutos en aquello que le interesa de verdad, como jugar con los coches, sus muñecos o el móvil (si es que se lo permites), si atiende viendo la tele o al estar en el circo.

Puedes preguntar a su profesora si se levanta constantemente o es capaz de aguantar al menos 15 minutos sentado.

Indaga cómo se relaciona con los demás, si sabe respetar el turno, si les interrumpe cuando hablan, si recuerda qué juguetes ha prestado hace días…

¿Basta con esto para saber si mi hijo es o no hiperactivo?

No, estas sencillas pautas te estarán dando pistas sobre su grado de atención y actividad pero el diagnósitco debe determinarlo un profesional.

Y es que, aunque suene duro decirlo y admitirlo, a veces el no saber manejar una situación difícil con nuestros hijos hace que nos aferremos a cualquier tipo de justificación de la misma.

Ojo, con esto no quiero decir que no haya niños hiperactivos.

El mensaje que quiero lanzar desde aquí no es ese.

Lo que planteo es replantearnos la forma de vida que llevamos y reflexionar sobre cómo puede afectar a nuestros hijos.

Lamentablemente, con demasiada frecuencia retrasamos la edad de tener hijos, lo que meya nuestra energía para atenderlos y entenderlos.

Para colmo, la necesidad de pasar multitud de horas fuera de casa trabajando hace que nuestra paciencia y energía disminuya.

En cualquier caso, si tras estas pequeñas pruebas, sigues pensando que tu hijo es hiperactivo, consulta con un profesional.

En caso de un diagnóstico positivo, debes conocer ciertos aspectos sobre su tratamiento.

Hiperactividad tratamiento:

Igual que existen diversas teorías sobre las causas de la hiperactividad, existen diversas teorías sobre su tratamiento.

A la hora de elegir un tratamiento, si bien debes ser asesorado por un profesional que conozca el caso específico de tu hijo, creo que te vendrá bien saber que algunos tratamientos farmacológicos tienen efectos secundarios bastante graves.

Es más, pueden tener riesgos cardio-vasculares y psiquiátricos entre los que se encuentran las alucinaciones y la ideación suicida.

De hecho, el Instituto de Salud y Excelencia Clínica (NICE) de Reino Unido señala la intervención psicosocial como mejor alternativa frente a la farmacológica.

Al igual que UNICEF, que propone como mejor alternativa los tratamientos psicológicos y las medidas educativas.

En cualquier caso, necesite o no fármacos para el tratamiento, te recomiendo la psicoterapia como una parte importante en el mismo, siendo considerado como uno de los pilares claves del tratamiento de la hiperactividad infantil.

Si deseas recibir mi ayuda profesional, puedes contactar conmigo a través de este enlace, estaré encantada de ayudarte.

Ana M. Hidalgo

www.terapiaconAna.com

Sobre la autora:

“Soy Ana Hidalgo, psicóloga de profesión y persona como tú, con grandes experiencias tanto a nivel personal como profesional.

Me dedico a ayudar a personas a superar situaciones difíciles y salir fortalecidas de ellas.

Si quieres recibir semanalmente artículos sobre amor, desamor y relaciones en general, suscríbete gratis a mi blog en terapiaconAna.com”

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